Uruguay: Marcha por los desaparecidos

23/05/2000
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Uruguay: marcha por los desaparecidos
Verdad si ¡pero justicia y castigo también!

Cecilia Duffau
Comcosur/Montevideo

La marcha del 20 de mayo, este año 2000 se pintó la cara con frutos de una
lucha de más veinte años por verdad y justicia para los detenidos
desaparecidos. Más de setenta mil personas la reafirmaron con el peso de su
silencio.

La inagotable búsqueda de madres, abuelas, hermanas, sobrinos, hijos, tiene
un punto de inflexión al lograr por primera vez, ser recibidos por el
gobierno para presentarle -y comprometerlo- con sus demandas.

El Dr. Jorge Batlle, ahora presidente, amparado por las nuevas directivas del
Departamento de Estado de los Estados Unidos (que intenta poner fin al
desestabilizante asunto de los detenidos-desaparecidos en el cono sur), no
tuvo mayores inconvenientes en trocar su largo silencio para comprometerse
ante los familiares a hacer lo posible para encontrar a los niños
desaparecidos.

Así el poeta argentino logró confirmar que en Montevideo vivía su nieta
desaparecida, y Sara se aproxima irremediablemente a Simón.

La vieja música de los Andes suena en la memoria y le hace un corte de manga
al Plan que llevando su mismo nombre, sembró el horror entre la gente
luchadora de esta tierra americana.

Verdad. Saber la verdad. Las voces susurran, se levantan, quieren cerrar
las heridas. Qué, cómo, cuándo, dónde, porqué... Pero es peligrosa la
verdad. La verdad que denuncia a quién. Y sabiendo quién es quién, -?cómo -
?cómo!- se puede renunciar a la justicia, al castigo a los culpables de
crímenes tan tremendos? No es posible pensar en el futuro de nuestros hijos,
de nuestro país conviviendo con asesinos con nombre y apellido. No es
posible ahogar el pasado sabiendo que en lugar de Zelmar, entre nosotros está
Gavazzo, que en lugar de Rosario está Silveira, que en lugar de William está
Cordero, que en lugar de El Toba está Campos Hermida...

En este punto se cruzan los caminos. Y antes de llegar a él, el gobierno
busca pactar: la Verdad a cambio de la Justicia. No se trata de perdonar se
trata de convencer a las víctimas que pueden convivir con sus verdugos.

Este plan de reconciliación y estabilización avanza lentamente. Debe ser de
amplia aceptación, deben suscribirlo los militares, la derecha y la
izquierda. La mayoría de la izquierda, aglutinada en el Frente Amplio, -
mayoritaria en la audiencia popular desde octubre pasado- está cada vez más
institucionalizada y transita caminos vidriosos con su programa, su
organización y su militancia, acompañando esta vez al gobierno de Jorge
Batlle en el plan de punto final.

Pero también se suman otras voces para exigir ya, la verdad y la justicia y
para que la Justicia no exima de castigo a los responsables. El plan del
gobierno tiene la firme resistencia de los que no olvidan que más de una
década de dictaduras arruinó la economía y la sociedad del país; que los
uruguayos debieron emigrar para poder darle a sus hijos un futuro mejor; que
otros, perseguidos, debieron exilarse para sobrevivir; que cientos de presas
y presos torturados fueron empujados al dolor y a la locura, que hubo mujeres
y hombres muertos asesinados, cadáveres sin tumbas, niños sin nombre.

La impunidad no puede sanar a una sociedad con heridas abiertas La impunidad
es la Espada de Damocles, la peligrosa, permanente, amenaza que no enseña, ni
enseñará nunca a construir el país de paz y solidaridad al que aspira y por
el que trabaja este pueblo.
https://www.alainet.org/es/articulo/104698
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