XIV Congreso de FEDEFAM: "Democracia tarea de ahora"

12/11/1997
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Teniendo como eje los derechos económicos y sociales, la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, FEDEFAM, realizará, del 28 al 30 de noviembre próximos, su XIV Congreso en la ciudad de México. A continuación, el texto de la convocatoria. La era de la exclusión Históricamente en América Latina y en los llamados países del tercer mundo, a las violaciones a los derechos socio-económicos ha seguido la protesta por las desigualdades, la conciencia, la reinvidicación colectiva, y a ésta ha seguido la represión dictatorial o civil y en todo caso, a los derechos civiles y políticos. La realidad de la violencia estructural e impunidad de los derechos socio-económicos en América Latina, se nos muestra sin vergüenza cada día en innumerables hechos de exclusión, como la realidad de los jóvenes asesinados por el "gatillo fácil" en Argentina, o en las masacres de la favelas o de los campesinos sin tierra de Brasil, o en el millón de desplazados forzosos y en las bandas de "gamines" de Colombia y Guatemala, o en la realidad de las mujeres que trabajan en las maquilas de México, Honduras y El Salvador, o en la realidad de la mortalidad infantil por enfermedades prevenibles y/o desnutrición en Argentina, Bolivia, Perú, Colombia, Chile, El Salvador, Guatemala, México. El degradamiento en los niveles de indigencia habla por sí solo. Mientras la pobreza rural se agrava. En Colombia, por ejemplo, los ingresos per capital de los ricos son 46 veces más altos que los de los pobres y hay un empleo informal del 53% del cual el 50% gana el equivalente a un salario mínimo mensual (200 dólares) Quien no posee bienes es excluido. La aplicación de la política neoliberal ha traído como consecuencia la profundización de la pobreza, incrementando los índices de mortalidad infantil, desempleo, delincuencia común, prostitución, drogadicción y alcoholismo. El reajuste económico ha significado sin duda, un negativo retroceso en la destrucción de la riqueza, disminuyendo el ingreso por habitante. Para 1992 el producto por habitante latinoamericano todavía era 7% inferior al de los años 80. Mayor desigualdad Actualmente, Latinoamérica es una de las regiones del mundo con mayor desigualdad en la distribución del ingreso. En lo urbano, los hogares pobres alcanzan el 34%, el lo rural llegan al 53%, con un 18% de nivel de indigencia. Al lado, desde 1950 se ha perdido 1/5 parte de la tierra cultivable, de bosques tropicales y especies animales. En la cotidianidad, las medidas de ajustes han disminuido el salario real, desmejorando los servicios públicos de vivienda, alimentación, higiene, salud, educación y justicia, repercutiendo negativamente en la calidad de vida de los latinoamericanos. Esta situación afecta particularmente a las mujeres. "Nos resulta impresionante la catástrofe que significa la feminización de la pobreza", dice el padre Pérez Aguirre, 43 millones de mujeres viven en la pobreza absoluta en América Latina y el Caribe, en un contexto donde el trabajo femenino proporciona el 50% de los alimentos y el 30 % es cabeza de familia y madres solteras. La deuda externa del continente asciende a 611 mil millones de dólares. Para 1987, América Latina debía 426 mil millones y a pesar de haber pagado hasta 1996, 648 mil millones, la deuda subió a 611 mil millones per capital. Indudablemente, la desigualdad se ha exacerbado por la carga de esta deuda externa y por la ocurrencia de las violaciones masivas de los derechos humanos, siendo éstas la ausencia de paz verdadera y seguridad, el principal obstáculo que se opone a la realización de los derechos socio-económicos. Integralidad de los derechos Al convocar a la realización de su XIV Congreso Latinoamericano, alrededor de los derechos socio-económicos y su impunidad, FEDEFAM busca estimular el debate del tema y contribuir a la divulgación y análisis de diversas situaciones típicas de violaciones a los derechos socio-económicos, que actualmente afectan la mayor parte de países de América Latina y el Caribe, contribuir a que se interiorice en la sociedad y la opinión pública, la integralidad de los derechos humanos. Frente a la realidad de desigualdad descrita, creemos, con Luis Pérez Aguirre, que "El gran drama de este fin de siglo es que la civilización dominante hoy no es la solidaridad, sin no la del capital que ha hecho de la 4/5 partes de la humanidad un Cristo", destruido culturas autóctonas y corroído valores étnico y éticos. Ese gran drama nos exige a las organizaciones sociales y humanitarias, seguir luchando para que se reconozca en los seres humanos "el principio, sujeto y fin de las instituciones, el verdadero fundamento de todas las realidades jurídidicas" Democracia ahora Los conflictos desencadenados por la exclusión neoliberal y la marginalidad económica, social y política, han contenido históricamente en su raíz demandas, de gran intensidad en coyunturas particulares que han generado importantes movilizaciones sociales en América Latina. En respuesta a las crisis estructurales, en medio de los vestigios de la indiferencia y el autoritarismo, diversos actores y expresiones sociales y comunitarias han intervenido concreta y eficazmente para hacer conocer la situación y plantear e implementar alternativas de acción a la sociedad en su conjunto. Actores tradicionales y otros con nuevas formas organizativas concepciones y pedagogías, en cuyo camino han prestado asistencia en una vasta pluralidad de modalidades a víctimas de la violaciones directas a derechos individuales o de grupo. Estas acciones han contribuido a que se adopten políticas determinantes para atenuar sustancialmente la ocurrencia de violaciones flagrantes, y han servido para informar, sensibilizar, difundir y crear una conciencia sobre los derechos y la dignidad de la persona. La concepción de la defensa de los derechos humanos ha evolucionado y avanzado ella misma en una perspectiva integral de los derechos humanos, igualmente importante ha sido la experiencia y capacidad interlocución nacional e internacional acumulada. Las organizaciones sociales enriquecieron la defensa de los derechos civiles y políticos, la ayuda comunitaria, la educación, la investigación, la comunicación social y nuevamente la ayuda de emergencia. Alrededor de la implementación de diversas iniciativas se han movido multiplicidad de actores, asistentes sociales, periodistas, médicos, geólogos, educadores. Aunque estos esfuerzos han sido importantes, pues a su lado se han estimulado procesos de participación, en la realidad los renglones de la salud, la alimentación o educación siguen siendo "la cenicienta" de los presupuestos de los estados latinoamericanos y las acciones del movimiento social tienen un alcance limitado frente a la magnitud del problema que se agudiza y la poca voluntad política de los estados. Gran parte del problema es que respecto de los derechos socio-económicos existe un grado por lo menos tan grande de impunidad, como respecto de las violaciones a los derechos civiles y políticos. Por ello, hacia una alternativa, parte del cambio dentro de una perspectiva integradora de los problemas sociales es ampliar y no restringir la democracia. Democracia no solo como sistema político, si no como forma de vida y como sistema económico, social y cultural en donde el Estado es garante de los recursos que exige la salud, la alimentación y la educación, la justicia. Creemos con el padre Pérez que "los obstáculos para vencer esa pobreza y esa miseria de la humanidad no son técnicos sino morales y éticos". Y con el profesor Horacio González que "la desmesura de quienes la empeñaron en la tarea de desaparición de cuerpos, de hombres, de memorias fue suponer que hay culturas que pueden hacer que desaparezca el lenguaje de la memoria" y la democracia, que es la tarea del ahora.
https://www.alainet.org/es/articulo/104318
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