Las mujeres y la comunicación en tiempos de globalización

12/05/1998
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La problemática de la comunicación figura en la actualidad como uno de los aspectos centrales levantados por el movimiento de mujeres. Así se manifestó en el "Encuentro de Solidaridad entre Mujeres" y en el " III Encuentro Iberoamericano Mujer y Comunicación", celebrados el pasado mes de abril en La Habana (Cuba), que acordaron reivindicar el derecho de las mujeres a la comunicación como parte integral de sus derechos democráticos, cuyos planteamientos serán encaminados al Foro Internacional Comunicación y Ciudadanía , que se realizará en El Salvador del 9 al 11 de septiembre de este año. A continuación ofrecemos los puntos marcantes del documento (Las Mujeres y los Medios Masivos de Comunicación en Tiempos de Globalización y Neoliberalismo. Encuentro Internacional de Solidaridad entre Mujeres, La Habana, 13-16 abril 1998) que alimentó los debates en el mencionado Encuentro de Solidaridad. Mujeres y medios de comunicación Uno de los rasgos distintivos del presente siglo es el creciente protagonismo de las mujeres en el ámbito público. En los países industrializados, las I y II guerras mundiales propiciaron que las mujeres ocuparan los puestos de los hombres, que fueron al frente, y asumieran decisiones y responsabilidades familiares, que tradicionalmente la cultura patriarcal asignó a los jefes de familia. (...) Hasta la mitad del siglo, las luchas femeninas se focalizaron en los derechos civiles y políticos, esencialmente en acciones por el derecho al voto y los primeros pasos para el desempeño de una militancia en los partidos políticos y en el movimiento sindical. Después de la II Guerra también surge un movimiento de mujeres en defensa de la democracia y la paz que gradualmente va incorporando en sus objetivos estratégicos los derechos de las mujeres a la igualdad social. Ya en los años setenta, puede hablase de un serio avance del movimiento amplio de mujeres, en particular del resurgimiento del feminismo que no sólo ha hecho visible la condición de discriminación y subordinación de las mujeres, sino que ha aportado importantes elementos a las ciencias sociales y a las acciones nacionales, entre ellas, la introducción de la prespetiva de género como categoría analítica y punto de partida para el establecimiento de una visión más integral de la realidad y de las políticas públicas. Las mujeres han ido de las palabras a las acciones y comienzan a desempeñarse como sujetos sociales; se organizan para las luchas en los barrios, en la comunidad, en los centros de estudio y de investigación, toman parte en los movimientos revolucionarios y en la defensa de los derechos humanos, y aunque no sea igual en todos los países y continentes porque las situaciones y circunstancias socioeconómicas y políticas son diferentes, se puede destacar el surgimiento de un movimiento amplio de mujeres, de feministas, que luchan por todos los derechos de las humanas. Sin embargo, los medios masivos de comunicación, en general, han permanecido ajenos a este avance social, lo cual no resulta extraño, pues ellos siempre han permanecido a los grupos de mayor poder, tanto en el ámbito nacional como en el mundo de las empresas transnacionales de telecomunicación y comunicación de masas. El papel de los medios ha sido precisamente la reproducción del sistema de ideas y valores y de mantener inalterables los roles sexuales tradicionales asignados a las mujeres y los hombres en una sociedad que como la capitalista, se caracteriza por la desigualdad, la injusticia social y la discriminación por razones de clase, raza, sexo y etnias. En ese marco resulta explicable que las mujeres se hayan ocupado y preocupado tanto por la proyección constante de imágenes negativas y degradantes de la mujer en los medios de comunicación, por el tratamiento inadecuado del tema de la mujer en las políticas informativas, por el intencionado ocultamiento de sus éxitos y problemas, por su discriminación salarial y la utilización de su imagen como consumidora y objeto de venta en la publicidad comercial. A través de estos medios se han transmitido estereotipos sexuales anclados en el pasado por lo cual en el siglo del mayor desarrollo tecnológico de las comunicaciones, ellos han resultado, generalmente, instrumentos retardatarios en el avance y desarrollo de las mujeres, a lo que se añade en los últimos años, la descarnada proliferación del uso del cuerpo femenino en los productos comunicacionales brutalmente pornográficos que inundan las pantallas televisivas y cinematográficas, y los canales de comunicación eletrónica. Es una realidad que en las dos últimas décadas ha crecido la participación de las mujeres en los medios de comunicación. Gallagher realizó un estudio acerca de esta cuestión en 200 medios de 43 países en todo el mundo, resultando que en Europa las mujeres ocupan el 30% de los puestos de trabajo en la prensa escrita y el 36% en la radio. En todos los continentes el porcentaje femenino en los medios promedia alrededor del 30%, índice que decrece ostensiblemente al tratase de puestos directivos o técnicos que tienen que ver con el trazado de políticas editoriales y decisiones sobre cobertura periodística. Resulta paradójico que en 70 países las mujeres son más del 50% entre los estudiantes de comunicación social No obstante esta presencia apreciable, los datos internacionales demuestran que subsisten significativas diferencias salariales entre hombres y mujeres en los medios, cuyo origen puede encontrarse por este desequilibrio de la presencia de las mujeres en cargos de dirección y técnicos y en otros aspectos relevantes: cuáles son los trabajos que se asignan a ellas y cuáles las coberturas mejor pagadas. (...) La radio y la televisión: los medios de mayor alcance En la radio y la televisión mundiales la imagen y presencia de la mujer se diferencian de acuerdo con el tipo de programación. En los informativos, cuyo destinario es por lo regular el público general y que gozan de los horarios preferenciales en cuanto a la potencialidad de la audiencia, la mujer está en gran desventaja con relación al hombre. En la circulación general de noticias del mundo, las tres cuartas partes contienen mensajes de carácter político. Si se sabe que tan sólo uno de cada diez políticos es mujer, se tendrá clara la exigua participación femenina en los informativos. Esta proporción se agrava en las naciones subdesarrolladas cuya situación interna obtiene poca cobertura en la prensa. En el orden actual la información -impuesto por la grandes agencias y televisoras internacionales-, el interés general y la propia opinión mundial han sido conformados para que coincidan con los intereses creados por grupos políticos o empresas hegemónicas , casi siempre dominadas por hombres. El anuncio comercial es la sangre que mueve toda la acción de la radio y la televisión en la mayoría de los países. Aquí al contrario de la noticia, la mujer tiene presencia exagerada. Como Eva frente a Adán. la mujer propone desde bebidas alcohólicas hasta el último modelo de auto. Como Eva, es la carnada para que el hombre acepte pecar, una suerte de intermediaria entre el productor y los consumidores. La mujer aparece en este tipo de mensaje como un subproducto humano al incentivar al hombre hacia la banalidad; ella misma, como parte del mercado,exhibe su cuerpo y un entendimiento limitado que roza con la simpleza en el intento de crear la necesidad de adquirir un producto. En definitiva, es usada como objeto en la operación de venta. Hoy resulta muy utilizado el recurso de fragmentar el cuerpo en la propuesta gráfica. Sin embargo, cuando se trata de imponer autoridad para convencer al consumidor, entonces se utiliza la voz masculina. Los estudios realizados en Canadá y Estados Unidos indican un notable predominio de estas voces masculinas, al presuponer que la mujer depende siempre del hombre y solicita su asesoramiento y asistencia la comprar y utilizar un producto, incluso cuando dicho producto esta relacionado con tareas que tradicionalmente suelen considerarse femeninas. Por su parte, la programación escenificada, aunque ha evolucionado todavía presenta a la mujer en conflicto del corazón vinculada con el hogar, la maternidad, la familia y al amor romántico idealizado como los únicos medios de alcanzar una idílica felicidad. En realidad, este tipo de programas, a l considerarlas esencialmente como personas que dependen de otros y como seres románticos, en menor medida aparecen las mujeres como personas racionales, activas o decididas. Una de las imágenes más profundamente reaccionaria y sin embargo insidiosamente halagadora para el sexo masculino es reducir a la belleza espectacular la figura femenina como único ideal, y con mayor valor si la muestra ofrece a la incitante vampiresa. Esta tendencia lesiona el autoestima de las grandes mayorías de mujeres con quienes la naturaleza se mostró tal vez menos generosa o no tuvieron el poder adquisitivo para reparar con cirugía las huellas de los años. Algunos investigadores identifican también diferencias de acuerdo con regiones geográficas. En América Latina por ejemplo, se sigue idealizando a las mujeres como seres irracionales, incapaces, falta de iniciativas....., aunque ya en algunas producciones comienzan a mostrarse otros tipos más cercanos a la realidad . En los últimos años, en la producción escenificada de Europa y Estados Unidos han aparecido muestras de cambios en que la mujer ocupa los lugares que tradicionalmente fueron diseñados exclusivamente para hombres, pero sin mover las coordenadas del discurso, como depredador social. Así, la mujer puede elevarse sin acceder a patrones exhibicionista de violencia extrema - al modo Rambo - como protagonista de torcidas empresas de éxitos o en el centro de lances amorosos sin apartarse mucho de los modelos ya conocidos. Por su parte, los videos musicales, videos clips son la muestra por excelencia de la mujer como objeto sexual. Aquí la sofisticación se supera a sí misma cada día que transcurre. Es la conjugación más estereotipada de todas las expresiones repasadas con anterioridad. La imagen de la mujer en la radio y la televisión del mundo no pueden desprenderse del universo de la publicidad, las modas, revistas, diarios, las grandes vallas, el video, los clips ni de las muñecas Barbie, porque todo ese conjunto entre otro elementos pujantes como las ciberredes o la informática en general, la robótica, el diseño de todo tipo de productos, los viajes, etc., conforman una visión ideal muy uniforme, aparentemente flexible y diversa, pero en esencia, hierática, monopólica, absoluta. Un mundo irreal, irrealizable, de figuras estilizadas, narcisistas, impecables, con una vocación siempre infantil, inmadura, de adolescencia crónica en que el trabajo y la sana creación de la riqueza se desprecia ante el divertimiento y la gran industria del placer. Una competencia muy fuerte con la vida real, tanto, que algunos estudiosos afirman que la vida pretende copiar a la televisión y no a la inversa. (...) Las formas alternativas, una red que se extiende La pretendida colonización cultural de los medios transnacionales y sobre todo sus intenciones de desmovilización social ante el avance de un amplio movimiento de mujeres que lucha por todos sus derechos, por la igualdad asumiendo la diferencia, por la dignidad y la ciudadanía, han abierto paso con dinamismo a una respuesta efectiva a las formas alternativas de difusión independiente, que han buscado lenguajes propios, códigos y símbolos de comunicación entre y desde las mujeres, que tienen un efecto esperanzador en el contexto actual. Los medios alternativos, con una perspectiva de género y una visión renovada a la realidad, han abarcado no sólo los necesarios temas específicos de mujeres, sino todos los temas desde una óptica de mujeres, sin caer en la lógica de l mercado imperante. Un esfuerzo enorme los precede, cabría resaltar a FEMPREES, DOBLE JORNADA, LOLAPRESS, ISIS internacional, las revistas FEM, Debate Feminista, Cotidiano Mujer, Quehaceres, Radio Tierra, Feminaria, ALAI (Agencia Latinoamericana de Información) y muchas otras publicaciones que ya cuentan con experiencias alentadora, aunque su alcance limitado por escasez de recursos hace que su mensaje no llegue a todas y todos. Los medios alternativos han proliferado especialmente en América Latina y el Caribe, donde han aparecido revistas y publicaciones, centro de documentación, programas radiales, librerías de mujeres, videos y películas creadas por mujeres, comunicación electrónica, que han ofrecido información y difundido los temas esenciales sobre las mujeres y el mundo en que viven, aportando argumentos y conexiones entre otras personas encargadas en cambiar la condición femenina. Existen datos sobre la repercusión de mucho de los materiales en ellas incluidos, los que han sido reproducidos en otros de mayor tirada. Trabajan diversas redes de estos medios en América Latina y el Caribe, Europa, Africa y Asia, pero necesitan fortalecerse y falta una valoración más efectiva de sus resultados. Excelentes sería intercambiar criterios y experiencias en el trabajo de las redes de comunicación y de las revistas y agencias alternativas, a fin de tender puentes y unir fuerzas en la labor común de visibilizar nuestra imagen, poner al debate público las realidades de nuestros pueblos y dentro de ellas de las mujeres y las familias, y capacitarse en materia de información con una perspectiva de género. Un aspecto que podría ser objeto de análisis es la participación de comunicadoras y comunicadores en estos medios, a fin de que cuenten con el apoyo de estudiosos, especialistas o corresponsales de diversas latitudes y naciones que contribuyan a una imagen de mayor alcance sobre la situación femenina. Hacen falta voces y plumas autorizadas que se sensibilicen con estos temas y contribuyan a su socialización. Urgencias y mensajes: Estrategias para hoy y un cercano mañana Persisten en el mundo las desigualdades en el acceso de la mujer a los medios de comunicación, en el mercado de trabajo, en la situación de los derechos laborales, en la ocupación de cargos de dirección sobre todo en los niveles decisorios y en particular en el tratamiento del tema de los géneros, especialmente femenino, aún distorsionado con habilidad y sin ella, aprovechando brechas o construyéndolas. Como con certeza afirma la Plataforma de Beijing 94: Hay que suprimir la proyección constante de imágenes degradantes de la mujer en los medios de comunicación, sean electrónicos, impresos, visuales o sonoros. Los medios impresos y electrónicos de la mayoría de los países no ofrecen una imagen equilibrada de los diversos estilos de vida de las mujeres y de su aportación a la sociedad en un mundo en evolución. Millones de seres humanos -mujeres y hombres- arribaremos al siglo XXI con la comprensión de que el protagonismo de las mujeres ha sido y es vital en el proceso por transformar su desventajosa situación y la discriminación que aún persiste, por el solo hecho de serlo. Indudablemente este fruto de la acción y las luchas de las mujeres en una historia casi desconocida constituye una toma de conciencia y un indicador que denota avances firmes. Esto nos hace ver con optimismo, aún en medio de la crisis actual, nuestros afanes liberadores, nos hace desde ya solidarias, y promotoras de lo porvenir, al dinamizar nuestro movimientos y organizaciones, los foros nacionales, regionales e internacionales, al fortalecer los medios alternativo y llevar a primeros planos de la información las realidades acerca de los problemas y preocupaciones de las mujeres; nos refuerza en la certeza de seguir construyendo redes por áreas, haciendo mayor uso de los medios electrónicos a nuestro alcance e introduciendo cuantas propuestas seamos capaces de viabilizar para cambiar la condición de una inmensa mayoría de mujeres que en todo el mundo afrontan los embates de la pobreza, de la desigualdad y la discriminación. Llegar a los temas económicos y políticos con una visión renovada de mujeres de estos tiempos, es un reto que debemos enfrentar en nuestro medios, y que dará otra dimensión más universal a nuestros análisis con el reflejo de la situación que enfrentan las mujeres y hombres de distintas etnias, origen social, edades, culturas, religiones u orientación sexual. Ante el flujo desinformativo hay que responder con la voz propia y autorizada que nos da llevar un peso fundamental en esta batalla. Lo que avancemos ahora, será decisivo para el mañana cercano. La televisión, la prensa escrita y todos los medios tiene un rol trascendental en el debate públicos de temas que hoy sólo son motivaciones de eventos y no traspasan más allá de la noticia de un día. Dentro de la inmensa variedad de agrupaciones y publicaciones feministas, de organizaciones de mujeres, entre las investigadoras y activistas, entre las independientes y las militantes políticas, existe hoy una coincidente opinión: es preciso trazarse estrategias comunicacionales que concreten un verdadero reexamen acerca de las vías y formas para incidir inteligente y eficazmente en los medios masivos de comunicación. Mantener el seguimiento a los planes de acción gubernamentales, su implementación y aplicación práctica a dos años y medio de Beijing, debe ser una de las fórmulas de traer al tapete y actualizar nuestra proyección cuando transitamos otra nueva etapa en la ya bicentenaria batalla por el reconocimiento de la presencia y los derechos de las mujeres en la vida de la sociedad. Monitorear, investigar, capacitarnos en el dominio de las técnicas de comunicación, estudiar los medios y sus efectos en las receptoras/res contribuiría a un conocimiento que ofrezca argumentos irrebatibles que sirvan a nuestros propósitos. Atreverse parecería ser una de las claves de un nuevo diseño comunicacional que concebiría no sólo participación de las mujeres y presencia en puesto sustantivos de dirección y técnicos, sino también la incorporación de un enfoque de género en todos los espacios de la producción comunicacional: informativa, dramática, recreativa, deportiva, musical, infantil, humorística y otras. Y entre las comunicadoras y comunicadores, ya ocupen cargos directivos, técnicos o creativos, y en todo el personal de ese complejo engranaje que se mueve tras bambalinas...
https://www.alainet.org/es/articulo/104304
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