Obispos critican neoliberalismo y proclaman: El Grito de Riobamba

29/09/1998
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Con una fuerte crítica a la "iniquidad del neoliberalismo" y una reafirmación de la opción por los pobres, concluyó el encuentro de representantes de iglesias católicas, evangélicas y protestantes de América Latina que se reunieron del 22 de agosto al 1 de septiembre en Riobamba, Ecuador, con motivo de las conmemoraciones del décimo aniversario de la muerte de Monseñor Leonidas Proaño. Los premios Nobel Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel asistieron a este evento en calidad de invitados, así como personalidades del mundo católico y evangélico como Samuel Ruiz de México, Pedro Casaldáliga de Brasil y Federico Pagura de Argentina, entre otros. El evento, convocado por la Iglesia de Riobamba que dirige Monseñor Víctor Corral, abordó temas relacionados a la coyuntura mundial y latinoamericana y la vigencia del pensamiento y la práctica de Monseñor Proaño. Conocido como el "Obispo de los Indios", Proaño ejerció durante treinta años su labor eclesial y social en la Diócesis de Riobamba. Fue pionero de los programas de alfabetización, la promoción de la organización y de la cultura indígena, así como del reparto de las tierras de la iglesia a los campesinos, por lo que fue duramente combatido por los terratenientes de la provincia y los gobiernos de turno. El trabajo de Proaño abarcó además otros campos como el periodismo, la organización de los jóvenes y los pobladores de las ciudades y la defensa de los derechos humanos. A nivel latinoamericano, aportó al fortalecimiento de la iglesia liberadora y al ecumenismo, y promovió la solidaridad entre los pueblos. Uno de los actos recordatorios de la muerte de Proaño que más atrajo la atención fue la "marcha continental con la cruz más grande del mundo" por el no pago de la deuda externa y por el pago de la deuda social y ecológica- Al concluir sus deliberaciones, los obispos, teólogos y pastoralistas dieron a conocer el "Grito de Riobamba" que reproducimos a continuación. ***************** Desde estas alturas luminosas del Chimborazo, donde nos hemos reunido en el décimo aniversario de la muerte y resurrección de Leonidas Proaño, buen pastor que fue de Riobamba, queremos asociarnos al "Grito de los Excluidos", y a las esperanzas de los Pueblos de nuestro Continente. Nos convoca ecuménicamente el Dios del éxodo y de la Pascua, que siempre escucha el clamor de su pueblo en los procesos de Liberación y Vida. Y nos acoge, con fraterna generosidad, la iglesia de Riobamba, con su pastor a la cabeza, Monseñor Víctor Corral. Con la memoria del Patriarca de Riobamba celebramos también el 30 aniversario de Medellín, el 25 aniversario del Consejo Latinoamericano de Iglesias-CLAI y el 50 aniversario del Consejo Mundial de Iglesias-CMI. Y con todas las Iglesias del mundo nos preparamos para celebrar el Jubileo de la venida de Jesucristo. Durante estos días de aniversario hemos visitado las comunidades y participado de varios encuentros de indígenas, afroamericanos, agentes pastorales y CEBs, constatando en todos estos contactos la vitalidad de esta Iglesia tan proféticamente cultivada por sus pastores y tan protagonizada por el pueblo de los pobres. En esta hora jubilar, pues, queremos hacer nuestras las grandes causas que forjaron el alma y la acción de Monseñor Proaño: - la opción por los pobres, nunca como hoy de comprometedora actualidad, porque ellos configuran -excluidos por el sistema neoliberal- más del 70% de Nuestra América; - las luchas y la aportación alternativa de los pueblos indígenas (y también de los pueblos afroamericanos), sobre todo en la defensa de la tierra y en la vivencia de la propia identidad cultural y autonomía social; - la comunidad, como expresión de la "comunión y participación" fraternas en la iglesia y en la sociedad. - y la solidaridad entre los Pueblos y la Iglesias de nuestra Patria Grande y con las Iglesias y Pueblos de otros Continentes, sobre todo del tercer mundo. 1. A partir de la opción por los pobres: * Denunciaremos incansablemente la iniquidad del neoliberalismo como mercado total, sistema de exclusión, idolatría del lucro y ecocidio incontrolado; así como el creciente armamentismo y el militarismo y paramilitarismo represores. * Conjuntamente con las voces que ya surgen en varias partes del mundo, denunciaremos esa nueva embestida perversa del anunciado Acuerdo Multilateral de Inversiones, AMI. * Lucharemos permanentemente por la abolición de la Deuda Externa y por el pago de las Deudas Sociales, acumuladas contra la vida y la dignidad de nuestros pueblos. * Reivindicaremos la reforma de las instituciones internacionales (ONU, FMI, BM, G-8) que privilegian a los países acumuladores y explotadores; y reivindicaremos también la reforma de las instituciones políticas, judiciales y sociales de nuestros estados. * Apoyaremos con solidaridad efectiva los procesos de liberación y de paz y contra la impunidad y la violencia institucionalizada que se gestan en nuestro Continente, particularmente en Guatemala, México, Colombia y Haití. * Estimularemos la participación corresponsable del Pueblo en la política y en las varias manifestaciones del movimiento popular y de la ciudadanía. 2. Pasaremos del ecumenismo de intenciones, discursos y gestos aislados al reconocimiento mutuo de las Iglesias, depositarias complementariamente de la verdad y santidad del único misterio de Cristo: - intentando superar ambiciones históricas y hasta disquisiciones doctrinales que no siempre tienen que ver con el Evangelio, - sirviendo proféticamente en la diaconía de la "justicia, la paz y la integridad de la creación", - dialogando también, macroecuménicamente, con todas las religiones, más específicamente con las religiones indígenas y afroamericanas, a partir de la fe de un solo Dios y una sola familia humana, dentro de un espíritu de acogida y de conversión, autocrítico y crítico; - ayudando a superar las actitudes de centralización y autoritarismo de la Iglesia Católica, y de atomización de las iglesias evangélicas; - reconociéndonos todas y todos en igualdad -por el bautismo y para el servicio del Reino- potenciaremos la participación adulta del laicado, y particularmente de la mujer, en las Iglesias, ejercida esa participación en los varios ministerios y en los puestos de decisión; - inculturando, a la luz del Evangelio y en la libertad del Espíritu, la liturgia, la teología y toda la pastoral; - construyendo día a día la iglesia que soñamos como Pueblo de Dios, con la Biblia hecha vida, en las comunidades eclesiales de base, por las pastorales sociales, en la creatividad fiel al Evangelio y a nuestro tiempo y a Nuestra América... Queremos que éste sea el modo de vivir y de ayudar a vivir, en nuestras respectivas Iglesias y países, el verdadero Jubileo permanente que instauró Jesús de Nazaret. Concretando, así, más allá de cualquier conmemoración triunfalista y ocasional, lo que debe significar el Jubileo Bíblico en nuestros contextos sociales y religiosos: por una conversión personal y estructural de nuestras Iglesias y Sociedades, en la vivencia de la fe con coherencia e inculturadamente, en la convivencia fraterna de una paz con justicia y dignidad, en la satisfacción de las reivindicaciones mayores de tierra, salud, vivienda, educación, comunicación y trabajo... Queremos salvaguardar la memoria histórica de nuestras Iglesias y nuestros Pueblos y nos sentimos responsables por una herencia de siglos de luchas y de martirios que no podemos malversar. Caminamos con muchos hermanos y hermanas que, en Nuestra América, en todo el tercer mundo y en el primer mundo solidario, contestan esperanzadamente el fatalismo del sistema único que nos quieren imponer. Y confiamos en la amorosa presencia del Dios de Jesús, libertador de los pobres, Padre-Madre de la familia humana. Por la Iglesia Católica: Samuel Ruiz Por las Iglesias Protestantes y evangélicas: Federico Pagura Por los teólogos: José Comblin Por los pastoralistas: José Oscar Beozzo Por la vida religiosa: Magdalena Vandenheen Por el laicado: Adolfo Pérez Esquivel Riobamba, Ecuador, 30 de agosto de 1998
https://www.alainet.org/es/articulo/104215
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