Abriendo el camino

Congresos de la Cultura Negra de las Américas

30/09/1995
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A propósito de los 500 años, en América Latina y el Caribe se promovieron encuentros de reflexión y creció el interés tanto entre la población negra como no negra por conocer la historia, la resistencia y la situación de los afro-americanos. Este proceso, sin embargo, tiene sus antecedentes en los tres "congresos de cultura negra de las Américas" que se llevaron a cabo entre 1977 y 1982 en Cali, Panamá y Brasil.

 

En estos eventos, intelectuales y representantes de organizaciones negras de América realizaron, por primera vez, un "examen multidisciplinario de la problemática continental de la realidad social y de la cultura de los africanos y sus descendientes en América".

 

Los congresos sirvieron como una palanca que impulsó, en distintos países, la formación de centros de estudios y movimientos negros interesados en descubrir sus raíces y reafirmar su identidad.

 

Por estos motivos, es válido conocer las discusiones, las temáticas y las propuestas que se efectua-ron en dichos congresos, como un ejercicio de valoración de estos aportes y como una respuesta a las posiciones neoliberales de las clases dirigentes, que tratan de vaciar nuestra memoria histórica para seguir dominando.

 

El primer congreso

 

Convocado por la Fundación Colombiana de Investigaciones Folklóricas, este congreso se efectuó en Cali, Colombia, en agosto de 1977.

 

En el evento, los delegados enfocaron la situación del negro en la Colonia y la República, los aportes que han dado los afro-americanos al desarrollo cultural de América (ver anexo) y las distintas formas de discriminación a las que se encuentran sometidos.

 

He aquí, algunas consideraciones que se hicieron:

"El negro africano fue sometido por más de cuatro siglos a la infamante esclavitud bajo el régimen colonialista de las distintas potencias europeas".

"Para justificar la explotación se le concibió como una simple fuerza de trabajo, privada de facultades creadoras".

"Los regímenes republicanos se abstuvieron de abolir la esclavitud al proclamar su independencia de las monarquías colonizadoras, perpetuando por más de un cuarto de siglo la explotación del negro en abierta contradicción con los ideales de libertad, igualdad y fraternidad que proclamaban".

"Bajo tales gobiernos republicanos y democráticos se han mantenido contra el negro y sus descendientes mulatos y zambos, formas discriminatorias raciales, económicas, políticas, sociales y culturales, abiertas o enmascaradas".

 

Frente a ello, el congreso condenó enérgicamente las prácticas sociales, tesis e interpretaciones históricas del neocolonialismo que pretende minimizar la rica participación creadora del negro en nuestras nacionalidades, proscribiendo su historia de los pensum de enseñanza, manteniendo barreras socio-económicas que lo marginan geográfica y culturalmente de los centros de estudio; imponiéndole salarios ínfimos y demás formas discriminatorias y alienantes.

 

A la vez, formuló un llamado a organizar la lucha contra los rezagos de la esclavitud en América para asegurar a los negros y sus descendientes el pleno goce de sus derechos ciudadanos.

 

Un aspecto que motivó discusión, en esa oportunidad, fue la relación entre etnia y clase. En esa época, prevalecía el criterio en la izquierda y el movimiento popular de que las contradicciones sociales, en las sociedades capitalistas, giraban en torno a pobres y ricos, opresores y oprimidos, desestimando la influencia de los aspectos raciales. En este sentido, el congreso de Cali rechazó esta posición, señalando que esta actitud, que niega "la existencia de la cuestión racial como un elemento que participa en la existencia de problemas sociales", es una forma de discriminación.

 

Los negros, sin embargo, tenían clara la película sobre la naturaleza del sistema capitalista al señalar que éste difunde "la ilusión de la igualdad étnica, pero en la práctica ejerce acciones discriminatorias al no dar oportunidades similares a las capas negras e indígenas". Por lo mismo, el congreso expresó que la única forma de resolver estos problemas "solo se alcanzará mediante la transformación total de sistema socio-económico imperante".

 

Otras preocupaciones del primer congreso se relacionan con la situación de discriminación de la mujer negra, la exigencia a los gobiernos para que apoyen los programas de desarrollo social y artesanal de los negros, la creación de una editorial que publique y difunda las obras de escritores negros y negristas y la formación de centros de estudios e investigación sobre la "presencia de los hombres y las culturas negras y su respectiva influencia en las Américas".

 

Segundo congreso

 

Luego de sortear algunas dificultades de carácter financiero, el 17 de marzo de 1980 se efectuó en la ciudad de Panamá, el segundo congreso denominado "Identidad Cultural del Negro en las Américas". La organización estuvo a cargo del Centro de Estudios Afro-Panameños (CEDEAP).

 

Asistieron unos 300 delegados provenientes de toda la región, y de Africa y Europa. Uno de los logros del evento fue la incorporación de miembros del Caribe: Jamaica, Guyana, Trinidad, Puerto Rico, Haití, República Dominicana, Guyana Francesa y Cuba.

 

Setenta ponencias presentadas sobre los temas: raza y clase, sistemas educativos formales e informales, pluralismo cultural y unidad nacional, y perspectivas del negro en América, dan una idea de la riqueza de las deliberaciones.

 

El presidente del II congreso, Gerardo Maloney, al evaluar el mismo, destacó que el evento "fue un paso en firme hacia adelante en el proceso de valorización del Negro en América".

 

"Independientemente del país, anotó Maloney, o la nacionalidad de los diferentes delegados, e independientemente de su posición ideológica y de sus características estrictamente étnicas, el Congreso reflejó un consenso fundamental: el reconocimiento de la situación histórica de opresión del hombre negro, que hoy día se materializa en el estado de atraso socio-económico en que viven por lo general los negros de la región".

 

Los asistentes al congreso señalaron que ha habido una negación sistemática de los aportes afro-americanos en la conformación del desarrollo social y cultural de nuestros pueblos. Expresaron que persisten prácticas discriminatorias contra el hombre negro, lo cual reduce sus oportunidades de participación social, política y económica. Asimismo, acordaron intensificar la lucha en todos los planos para lograr justicia para el negro en América, "desde una plataforma de coordinación, como base para lograr respuestas más efectivas".

 

Las principales conclusiones del segundo congreso, fueron las siguientes:

 

- Señaló la necesidad de mantener precaución respecto a una negritud a ultranza, que se automargine de su realidad de clase oprimida y raza discriminada.

- Propuso institucionalizar el Congreso como una entidad permanente en la lucha contra el racismo y todo tipo de discriminación racial en las Américas y el mundo.

- Se solidarizó con las luchas independentistas de Puerto Rico, Belice, Martinique, Guadalupe y Cayenne.

- Condenó enérgicamente la opresión y la segregación impuesta por la minoría no blanca en Namibia y Sudáfrica, el terrorismo racista del Ku-Klux-Klan en Estados Unidos y el surgimiento del escuadrón de la muerte en el Brasil, "movimiento encaminado a eliminar de manera sistemática a los negros".

- Destacó la importancia de estimular las formas culturales afro-americanas, siempre que contribuyan a fortalecer la unidad y las luchas reivindicadoras del negro.

 

Entre las acciones acordadas por los congresistas figuran: la creación de una asociación regional afro-americana; la elaboración de literatura afro-americana para su inclusión en los textos escolares; exigir a los respectivos gobiernos que se difundan a través de los medios de comunicación, programas culturales e históricos sobre los negros y que se elimine el sentido peyorativo con el que se proyecta la imagen e identidad del mismo; preparar una historia de la diáspora o presencia del negro en América; recomendar la creación del Instituto de Cultura Afro-Americana y editar las obras de editores contemporáneos sobre el problema del negro.

 

Tercer congreso

 

El tercer congreso reunido en Sao Paulo, Brasil, en agosto de 1982, demostró la vitalidad y los avances logrados por los movimientos negros.

 

En el evento denominado "Diáspora africana: conciencia política y cultura africana" participaron doscientos representantes de entidades y organizaciones negras, artistas y escritores, instituciones culturales y religiosas, profesores, científicos y miembros de las comunidades afro-americanas pertenecientes de a países de América, Europa y Africa.

 

El Congreso ratificó la solidaridad con los pueblos palestino y Namibio y con la lucha que el "Congreso Nacional Africano (ANC) viene sosteniendo para derrocar al criminal sistema racista en la Unión Sur-Africana".

 

Un asunto que conmovió a los delegados fue la intervención del representante brasileño, Benedito Pío, quien denunció que en el gobierno del Estado de Sao Paulo hay un proyecto de esterilización de la mujer negra. Para justificar el proyecto, se indica que el crecimiento de la población negra, dentro de 20 años, representaría una amenaza al poder constituido.

 

A fin de avanzar en la elaboración de la Historia de la Diáspora Africana, el congreso propuso la creación de un comité de seis destacados intelectuales.

 

En este evento, también se formuló un llamado a las organizaciones obreras y campesinas del continente para que "incorporen y refuercen las acciones necesarias para combatir toda clase de racismo en las fábricas, establecimientos de administración, campos y demás sitios de trabajo".

 

En materia religiosa, se indicó que para la definición de la cultura negra se utiliza el código occidental cristiano, con valores diferentes y simbologías diversas a las negras. Por lo mismo, se señaló que la religión negra y la utilización de ídolos y símbolos propios constituyen formas de identidad, resistencia y lucha.

 

Otras resoluciones de interés tienen que ver con la creación de la revista internacional "Afro-diáspora" y de la "Organización Interamericana de los Negros" (OIAN), para lo cual se discutió las finalidades, el funcionamiento, la organización y la constitución jurídica.

 

"La ausencia de fuerza impositiva en la Carta de los Derechos Humanos, lo que, en nuestro caso se torna una tibia salvaguarda de nuestros derechos, nos impone la necesidad de juntarnos para actuar contra el inmoral genocidio, explotación y marginación que nos han impuesto, sin que se escuchen voces o acciones del mundo en nuestro favor. Esta reacción, la basamos en los derechos positivos sobre los derechos morales; en la ley de la justicia sobre las leyes de los Estados, y finalmente en la ley natural".

 

Finalmente, cabe indicar que en el evento reapareció con fuerza el tema de la mujer negra. Las mujeres negras se reunieron por primera vez en este evento y reclamaron mayor participación.

 

"Vivimos en sociedades completamente hostiles, que nos explotan como fuerza de trabajo, como sexo y como raza", dijeron. "Es hora de reconocer el papel fundamental que desempeñamos en cuanto a la transmisión de los valores de la cultura de nuestros ancestros, nuestra participación decisiva en la acumulación de riqueza de las nuevas sociedades americanas y en la formación de riqueza de estas nuevas sociedades", acotaron.

 

Durante este tercer Congreso se determinó que el próximo se rea-lizaría en Granada, país caribeño en el que regía el gobierno revolucionario de Maurice Bishop. Esta iniciativa se interrumpió a causa de la invasión militar de Estados Unidos a la isla, en octubre de 1983.

 

Fuente: Congresos de Cultura Negra de las Américas, Centro Cultural Afro- Ecuatoriano, Quito, 1989.

 

Anexo

 

Los aportes de la cultura negra

 

¿Conocía Ud., amigo lector, que parte de la música popular americana está levantada sobre pilares africanos?

 

Si revisamos la música norteamericana, centroamericana, antillana y suramericana, podemos afirmar que esto efectivamente es así.

 

El negro introdujo nuevas formas artísticas, técnicas y una nueva concepción filosófica de la música. El jazz, los lamentos espirituales, las canciones de trabajo, los cantos religiosos forman parte de la rica tradición musical de los negros. A ello, se debe sumar la creación de nuevas técnicas, especialmente en la percusión. Pero los aportes negros no sólo se dan en la música, sino abarcan la danza, la pintura, la escultura, el lenguaje, la literatura, las artesanías, las tecnologías y el deporte.

 

En las danzas y bailes americanos están presentes las rasgos africanos. El rock and roll, el charleston, el huapango, el calipso, la rumba, el tamborito, la zamba, la salsa, la cumbia, el huaino, la marinera, el tango, entres otros, tienen sus raíces en la cultura negra.

 

Los ritmos negros y la danza han sido incorporados a las manifestaciones culturales occidentales, aunque el aporte africano no ha sido lo suficientemente valorado y reconocido.

 

En la pintura, las formas estéticas africanas crearon nuevas corrientes pictóricas en Europa, las cuales fueron transplantadas a América y aún mantienen vigencia.

 

La escultura africana ha influido en el arte americano tanto en la forma como en los materiales empleados.

 

La arquitectura africana está presente en los tipos de construcción y el uso de materiales livianos aprovechados del medio ambiente.

 

Cuando las lenguas africanas se encontraron con las europeas e indígenas se produjo un enriquecimiento de estas últimas, provocando cambios semánticos, fonológicos y morfológicos. Las formas africanas han generado nuevas manifestaciones lingüísticas como el papliamento, el gullah, el creole y el patois.

 

Las culturas negras tienen una rica tradición oral. En el siglo XIX, se desarrolló la literatura de la esclavitud. Los cuentos folklóricos negros influyeron en las obras teatrales y en la literatura escrita. En el siglo XX, surgieron formas poéticas inspiradas en la folklórica negra, tanto en lo que se refiere a la estructura, al metro, la cadencia y el ritmo.

 

Las comunidades negras se han destacado por ser hábiles artesanas sobre todo en lo que se refiere a la cerámica, la cestería y la talla de muebles. La sociedad blanca ha asimilado valores negros en aspectos como el peinado, las túnicas, las camisas, los nuevos colores, los objetos de cuero y las sandalias.

 

Las tecnologías aportadas por los afro-americanos dejan sus huellas en las actividades mine-ras, en la agricultura, ganadería, medios de transporte, caza y pesca.

 

Por último, el aporte cultural de los negros se da en el campo deportivo y especialmente en el fútbol, el box, el básketbol, el atletismo y otras disciplinas. Los mejores deportistas son negros. Están presentes en olimpiadas y torneos internacionales. En las delegaciones de los países que tienen población negra -aunque ésta sea minoritaria- casi nunca faltan los afro-americanos.

 

Fuente: Congresos de la Cultura Negra de las Américas, Centro Cultural Afro-ecuatoriano, Quito 1989.

 

* Este artículo  es parte de "Afroamericanos: Buscando raíces, afirmando identidad", serie Aportes para el Debate No. 4 (ALAI).

 

https://www.alainet.org/es/active/999
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