Halliburton, Irak y Katrina
Negocios, guerra y huracán
20/09/2005
- Opinión
La "no prevención" de catástrofes del gobierno de Bush es "maná del cielo"
para Halliburton, la poderosa firma de servicios petroleros encabezada por el
"halcón" Dick Cheney
Sean calamidades creadas por mano humana, como el 11 de septiembre y su
secuela en Irak, o por fuerzas naturales, como el devastador huracán Katrina,
los contactos -y la simbiosis- de la empresa con la cúpula político-militar de
la presidencia imperial, le permiten aprovechar esas adversidades para hacer
buenos negocios.
Si se revisan los detalles pronto se develan los mecanismos y operaciones que
permiten y facilitan este proceso. Los principales contratos gubernamentales
de Halliburton se realizan con el Pentágono, por medio del Cuerpo de
Ingenieros del Ejército (ACE, por sus siglas en inglés) o de la Marina, bajo
una modalidad conocida como Logistics Civilian Augmentation Program (LOGCAP),
un esquema de privatización -y "mercenarización"- de las funciones de
"logística" del Pentágono iniciado en 1985, que permite a cientos de firmas
suplir servicios y suministros como transporte, habitación, construcción de
cárceles, preparación y distribución de alimentos y combustible,
interrogatorio (sic) de prisioneros, limpieza, lavandería, etcétera,
"liberando" a miles de tropas que son usadas en el frente de batalla.
El LOGCAP no logró gran aliento sino hasta que Dick Cheney, como secretario de
Defensa de Bush padre, lo impulsó y generalizó en 1992 por medio de un estudio
que contrató precisamente con KBR para determinar si los contratistas podían
hacerle frente a las necesidades logísticas "básicas" del Pentágono.
El estudio, clasificado, concluye que un LOGCAP generalizado beneficiaría al
gobierno con "la ventaja" de que las empresas no están sometidas al código
militar, por ejemplo en materia de atrocidades -caso de los contratistas del
Pentágono en Colombia-.
En agosto de 1992 Cheney otorgó el primer contrato "ampliado" de LOGCAP a
favor de su subsidiaria Kellog, Brown and Root (KBR), y poco después, en 1995,
fue nombrado presidente de Halliburton. Este tráfico de influencia y manejo
presupuestal, Estado-empresa (pork and barrel) y de personal (revolving door)
es parte del modus operandi del capital monopolista.
En 1997 la Auditoria General detectó irregularidades y Halliburton fue
sustituida por DynCorp, pero mantuvo un contrato sin licitación por cinco años
para reconstruir los campos petroleros de Irak. En 2001, con Cheney en la Casa
Blanca, KBR logró un contrato LOGCAP por 10 años y hoy domina el 90 por ciento
de todo el LOGCAP en Irak, pasando de 320 millones de dólares en junio de 2003
a 2 mil millones en septiembre de ese año.
Según la colega Lolita Baldor de Associated Press (AP), entre 2003 y 2004
Halliburton realizó contratos en Irak valorados en 10.700 millones de dólares,
pero éstos pueden llegar a los 18 mil millones, sin incluir otros LOGCAP de
KBR en decenas de países como la construcción de las cárceles en Guantánamo y
Afganistán o los 1.220 millones de dólares de Halliburton con Pemex, empresa
estatal (mexicana) sujeta a iniciativas del Banco Mundial para su
desmantelamiento y extranjerización, intensificadas por Vicente Fox.
Halliburton está sometida a "auditorias" y se detectan copiosas anomalías
("sobornos" al por mayor, cobro de 10 mil comidas diarias que no sirvió,
sobreprecio en la gasolina para el Ejercito, uso de alimentos con un año de
caducidad, etcétera). Aún así, la prensa informa que en julio pasado el
Ejército le asignó 5 mil millones de dólares a Halliburton para el apoyo
logístico de las tropas en Irak hasta julio de 2006, un aumento de mil
millones por los mismos servicios.
En 2003 se dijo que la guerra costaría 60 mil millones de dólares. En marzo de
2005 la erogación de las operaciones militares llegó a más de 135 mil millones,
de un total de 250 mil millones. Se gastan 6 mil millones al mes y en cinco
años la cifra acumulada se calcula en más de 1.3 billones de la moneda
norteamericana.
Malo para el mundo y los contribuyentes, bueno para Halliburton, el principal
entre cientos de contratistas militares en Irak que, además, se beneficia de
los desastres naturales: una de sus subsidiarias acaba de recibir un contrato
de 500 millones de dólares de la Marina para realizar reparaciones de
emergencia en instalaciones navales dañadas por Katrina. En julio de 2005, KBR
Services Inc. obtuvo un contrato para prestar servicios de emergencia, retiro
de escombros y basuras, en caso de desastres naturales.
La Casa Blanca tenía una idea clara y precisa del impacto que tendría un
huracán de categoría 3, 4 o 5 proveniente del Sur-Sureste de Luisiana sobre
Nueva Orleáns. Así se lo hizo saber hace un año la Agencia Federal de Gestión
de Crisis que pidió a la Casa Blanca, por medio del secretario de Seguridad
Interior, Michael Chertoff, tomar medidas para mitigar el desastre, incluyendo
el reforzamiento y ampliación de los diques de protección al Norte de la
ciudad. El ACE estimó su costo en 14 mil millones de dólares. Ante el drenaje
presupuestal de la "reconstrucción" de Irak sólo se asignaron 700 millones. Se
habrían salvado miles de vidas. Pero las utilidades empresariales, por la "no
prevención" de estas tragedias humanas, son fabulosas.
- John Saxe-Fernández , México, columnista especial de la Agencia Periodística
del Mercosur (APM), Facultad de Periodismo y Comunicación Social Universidad
Nacional de La Plata (UNLP)
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