Se murió el pajarito, ahora deben morir los indultos
21/06/2005
- Opinión
"La ferocidad y violencia son crímenes que no conocen los soldados de la
libertad, y si contra mis esperanzas, alguno de los nuestros olvidase sus
deberes, declaro desde ahora que será inexorablemente castigado... Yo lo
castigaré de un modo terrible; y él desaparecerá de entre nosotros con
oprobio e ignominia"
José de San Martín - 8 de setiembre de 1820
El fallecimiento del cruel represor genocida Carlos Guillermo
Suárez Mason ocurrido ayer nos confirma una vez más los errores políticos
cometidos desde el advenimiento de la democracia en 1983. Sin las radicales
Leyes del Olvido -Punto Final y Obediencia Debida- y los peronistas
Indultos no se hubiera escapado este "pajarito" de padecer la más severa de
las efectivas condenas.
La muerte lo encontró solamente en la condición de encarcelado
no por los delitos cometidos, sino por haber eludido en dos oportunidades a
la justicia, una cuando se fugó a los Estados Unidos de Norteamérica y otra
al violar su arresto domiciliario.
Revolvernos en las atrocidades cometidas por este criminal no
creo que contribuya a que nadie se forme opinión sobre él. Está todo dicho.
Está todo probado. Y hasta su propio reconocimiento hecho público y ante la
justicia me liberan de abundar sobre macabro personaje.
En el día de su muerte, ayer, los diputados nacionales del
radicalismo, peronismo y de otros tantos en representación de la derecha no
permitieron dar debate sobre los proyectos de ley para establecer la
nulidad de los indultos. Una cuestión alarmante ya que en esos momentos
estaban muchos vivando a Diego Armando Maradona en el mismísimo Congreso
Nacional porque le otorgaban un premio con nombre de prócer, Sarmiento.
Solamente veintiún legisladores, como siempre representantes de
la izquierda y la centroizquierda vernácula, estuvieron presentes para dar
el necesario y debido debate sobre el particular; y que fuera "prohibido"
por el presidente peronista del cuerpo Eduardo Camaño. Recordemos que éste
señor no es la primera vez que demuestra su desprecio por las minorías
parlamentarias y que, sin embargo, es el primero en anotarse en cuanta gira
presidencial se hace.
Uno se pregunta, y se seguirá preguntando, para qué existen en
la Argentina los seudo-representantes del pueblo si no es para legislar y
permitir los debates de ideas y opiniones. La historia nos impone recordar
que cada vez que los senadores y diputados se oponen a la discusión es
porque hay intereses superlativos en juego, así ha sido con el debate
parlamentario sobre la deuda externa, las leyes del olvido, el aborto y la
lista es demasiado extensa para este artículo.
Obviamente que la celeridad únicamente encuentra su camino
cuando desde el Poder Ejecutivo se mandan leyes para su pronta sanción, sin
trabajo de comisiones parlamentarias y de trámites súper rápidos. Una
cuestión, desde ya, no inventada por la actual administración estatal pero
si perfeccionada con la discrecionalidad en el uso de los fondos públicos.
https://www.alainet.org/es/active/8535
Del mismo autor
- Independizarnos de la corrupción 08/07/2007
- Todos somos corruptos? 05/07/2007
- El futuro será más de lo mismo 02/07/2007
- Patética Santa Cruz 24/04/2007
- Una Santa Cruz en serio? 15/04/2007
- Las tizas no se manchan de sangre 10/04/2007
- Así nuestra Argentina 06/04/2007
- Papeleras: Estos son unos atorrantes 01/12/2006
- Papeleras: El único responsable es el gobierno 15/10/2006
- Marchas vacías 30/08/2006
Clasificado en
Clasificado en:
