Triunfo electoral del FMLN

28/03/2000
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Los resultados electorales del domingo 12 de marzo ubican al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) como la primera fuerza electoral de El Salvador, desplazando a su rival el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Tras la firma del acuerdo de paz, el 16 de enero de 1992, el FMLN llega a ocupar una posición expectante en el escenario político nacional. Tras la incorporación a la vida política, el FMLN inició su participación electoral en 1994, obteniendo 21 representantes a la Asamblea Legislativa. En 1997 su representación se incrementó a 27 escaños. Y el pasado 12 de marzo alcanzó 31 diputados -dos más que la oficialista ARENA- y la conducción de 78 alcaldías, incluyendo la capital. Pese al significativo triunfo del partido de la ex-guerrilla, el panorama político no cambia radicalmente. La nueva composición de la Asamblea Legislativa presenta al FMLN con sus 31 diputados, seguido por ARENA con 29. El derechista partido de Conciliación Nacional (PCN), recupera terreno y pone 14 diputados, y se convierte en fiel de la balanza. El partido Demócrata Cristiano (PDC), en una de las peores actuaciones electorales, obtiene 5 diputados, mientras el nuevo PAN y el CDU, apenas dos. Los partidos denominados pequeños, tales como el Partido Liberal Democrático (PLD), Convergencia Democrática (CD) y el PPL no obtienen escaños, y se encuentran en peligro de desaparecer por no reunir el 3% mínimo, requerido por la Ley. El Alcalde Silva Héctor Silva, de la coalición FMLN-USC-Iniciativa Ciudadana se convierte, tal como lo pronosticaban las encuestas, por segunda ocasión en el alcalde de San Salvador. Dos hechos gravitaron favorablemente para que Silva obtenga por abrumadora mayoría el sillón municipal; uno, el hecho de haber realizado una positiva gestión al frente de la administración municipal; y dos, la campaña millonaria desplegada por su rival Luis Cardenal de ARENA que se le convirtió en un boomerang. Desde que Silva asumió la alcaldía de San Salvador, muchas cosas han cambiado en esta ciudad de más de seis millones de habitantes. Entre los logros más relevantes constan el haber llevado adelante la modernización de la administración municipal (nuevos impuestos, bonos municipales, transferencia del 6% del presupuesto de la nación), una campaña acertada para el rescate del centro histórico, un adecuado manejo de los desechos sólidos de la ciudad, su buena relación con los empresarios que le ha permitido concretar proyectos de desarrollo social de la urbe, y su acercamiento con las ONGs que le ha facilitado realizar contactos con municipios de otras grandes urbes de Latinoamérica, especialmente con Porto Alegre, de Brasil. Alto abstencionismo En el Salvador, el proceso de democratización no se ha afianzado con suficiente solidez. El establecimiento de los mecanismos básicos para la edificación de un ordenamiento democrático que haga efectivo la realización de los derechos civiles y políticos de los ciudadanos, todavía sigue siendo una materia pendiente. Un signo muy claro en este sentido fue el alto abstencionismo, más del 60%, registrado en las elecciones pasadas, que da cuenta de la poca credibilidad del electorado tanto en los comicios como en los candidatos y partidos políticos. El otro mensaje claro de los electores fue el cansancio y malestar con ARENA, cuyas administraciones se han caracterizado por gobernar en beneficio particular del partido y del grupo empresarial que le rodea. El presidente Francisco Flores es la viva imagen de este comportamiento, mientras, por un lado, suele llenarse la boca hablando que gobierna en un país democrático con oportunidades para todos, por otro, ya se ha hecho común que tire a la basura todos los proyectos que tienen que ver con el desarrollo social del país. En lo que va de su administración, el mandatario ha mantenido un permanente enfrentamiento con el movimiento sindical organizado, que parte por su disposición a desconocer los compromisos asumidos por el anterior gobierno en el plano social y laboral. La última confrontación se dio ante la huelga de los trabajadores y médicos del Instituto de Seguridad Social de El Salvador (ISSS), que alcanzó niveles inéditos de intensidad por la postura intransigente del presidente Flores que se negaba a cumplir con la disposición de la Cámara de lo Segundo de lo laboral que había dispuesto el reintegro inmediato de los 221 trabajadores despedidos. En la agenda del presidente parecería que únicamente consta el punto relativo a las privatizaciones de los servicios públicos, tales como: la banca, la electricidad, la telefonía, el agua potable, la salud. En el plano económico, los indicadores demuestran que el país ha entrado en un proceso de recesión, que la inflación en el último trimestre ha registrado un pronunciado aumento, al igual que el desempleo y el subempleo, mientras los salarios se mantienen congelados y deprimidos. Con este telón de fondo de por sí adverso, ARENA además erró en el manejo de la campaña, con discursos subidos de tono y entredichos, que terminaron ayudando a los partidos de oposición. La situación futura no se presenta muy cómoda ni para el partido ni para el Ejecutivo, no sólo por el incremento del peso político de su principal adversario, el FMLN, sino también por el de su contrincante en el campo de la derecha, el PCN. Por lo pronto, la conformación de dignidades de la nueva Asamblea será ocasión para conocer qué estrategias políticas cuentan seguir estas colectividades.
https://www.alainet.org/es/active/802?language=es

Del mismo autor

Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS