Entrevista a Erminia Maricato

Movimientos y cuestión urbana en Brasil

29/07/2014
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Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento No. 497: La cuestión urbana hoy: Entre el mercado total y el buen vivir 24/11/2014
Formada en arquitectura y urbanismo, Erminia Marica to es considerada una de las principales pensadoras sobre las ciudades brasileñas.  La docente de la Universidad de São Paulo, que en su trayecto fue secretaria ejecutiva del Ministerio de las Ciudades y consejera de las Naciones Unidas para los asentamientos humanos, entre otras responsabilidades, en diálogo con ALAI abordó aspectos diversos de la crisis urbana, señalando pistas de superación.  Esto fue lo que nos dijo.
 
-              En junio 2013 Brasil fue escenario de masivas movilizaciones, impulsadas sobre todo por la juventud, que colocaron sobre la mesa temas relacionados con la “crisis urbana” de las grandes ciudades.  ¿Qué ha pasado desde entonces?
 
Durante mucho tiempo me venía preguntando, ¿por qué la lucha por la reforma urbana pasó al olvido?  Parecía que había desaparecido todo lo que hicimos durante tres décadas con las alcaldías democrático-populares, como llamamos en Brasil a los gobiernos locales que empezaron a hacer políticas innovadoras, participativas, democráticas.
 
Cuando Lula ganó las elecciones, creamos el Ministerio de la Ciudad, el Consejo Nacional de la Ciudad, la Conferencia Nacional de la Ciudad y parecía que finalmente podríamos pasar de la escala local a una política urbana con dimensión nacional; pero pasó lo contrario, las ciudades empeoraron mucho.  Cuando el gobierno federal empezó a hacer inversiones con políticas públicas en las ciudades o políticas públicas en infraestructura económica y urbana, las ciudades empezaron a empeorar.  Y esto, porque durante el periodo neoliberal no se invirtió.
 
-              ¿Cuál es tu explicación de esta paradoja?
 
Encuentro que para esto es clave considerar el hecho de que el Partido de los Trabajadores (PT) y los partidos de izquierda, al armar la coalición política de sustento al gobierno, entregaron el tema de la ciudad principalmente a las fuerzas de la burguesía nacional atrasada que expresa al sector inmobiliario y al sector de la construcción; o sea, los grandes contratistas de obras públicas.  Este es un capital muy importante en la historia del país y también está presente en toda América Latina y en todo el mundo.
 
Ellos tomaron el comando de las ciudades sobre todo a partir del gran programa de vivienda lanzado en la segunda mitad del segundo gobierno Lula.  Fue un programa diseñado con los empresarios, que apuntaló la construcción civil y los empleos.  Hoy la tasa de desempleo es una de las más bajas en la historia brasileña, pero las ciudades están pagando un precio muy alto.
 
Junto a los capitales de la construcción civil y el capital inmobiliario, que por cierto andan muy asociados, también fue privilegiada la industria automovilística.  Uno tiene el fondo público para obras de infraestructura y los otros dos tienen subsidios.  O sea, es un retorno al desarrollismo o neodesarrollismo que resulta bien para unos sectores pero no para las ciudades, porque las ciudades fueron invadidas por coches de una forma absolutamente increíble.
 
En 2011 yo escribí un libro titulado El impasse de la política urbana en Brasil.  Para entonces hablaba como solitaria sobre la cuestión urbana en Brasil, y de ahí que me tachaban de pesimista, pero cuando llega junio 2013 pasaron a decirme que era profetiza.
 
-              ¿A qué se debe la incorporación de la industria automovilística entre los sectores con privilegios?
 
A que esta industria es responsable por el 18% del Producto Interno Bruto de Brasil.  Y se puede entender el raciocinio de los economistas del gobierno que para contrarrestar la crisis de 2008 se apueste por la industria automovilística, pero el transporte colectivo estaba en ruinas desde el neoliberalismo, 30 años sin inversiones, sin embargo lo ignoraron.
 
De hecho, las municipalidades a las que considerábamos “un modo petista de gobernar”, recularon.  Todos los avances de los presupuestos participativos, de la urbanización de favelas, el mirar a la ciudad olvidada, mirar a la ciudad que no es del mercado, que no es de las tarjetas postales, quedaron al margen porque el capital asumió el comando del crecimiento.
 
Hay que reconocer que hubo un combate a la pobreza, Brasil era el tercer país más desigual del mundo, hoy es decimoquinto, por lo que algunas cosas mejoraron, pero las ciudades se quedaron fuera de la agenda política nacional y el Ministerio de la Ciudad, en cuya creación participé en 2003, se lo entregó al partido más conservador y corrupto que representa los intereses de la construcción, el Partido Progresista (PP) de Paulo Maluf.  Por tanto, al entregar la ciudad a esos intereses, esta alianza condujo la ciudad a lo que yo llamo un impasse.
 
De modo que en 2013 se inicia un nuevo ciclo político, con la dificultad de que el PT está bajo un linchamiento mediático.  La elite brasileña está convenciendo a la mayoría de la población de que las cosas nunca fueron tan malas, tan corruptas, tan mal administradas y este es un problema serio.  La derecha ataca todo el tiempo en coro con los grandes medios y el PT no responde.
 
Por otra parte, los movimientos sociales que construyeron la propuesta de reforma urbana fueron engullidos por la institucionalidad.  Y allí además gravita la forma de funcionar del aparato institucional en Brasil, que es un capitalismo de compadres, patrimonialista, periférico, de la política del favor, clientelar.
 
Y si bien tenemos consejos para todo: chicos y adolescentes, ancianos, mujeres, asistencia social, educación, salud, vivienda, consejos nacionales, estaduales, municipales; si bien hay una fiebre participativa, el hecho es que los movimientos que construyeron esta propuesta política perdieron la capacidad de ofensiva y surgieron nuevos movimientos.  Hoy hay movimientos en el área de vivienda, por ejemplo, que están abrazando la propuesta de reforma urbana de nuevo.
 
-              ¿En torno a qué ejes de la propuesta de reforma urbana se da la articulación de estos nuevos movimientos y cómo se les podría caracterizar?
 
La lucha por la reforma urbana tiene en su corazón la cuestión de la tierra e inmobiliaria, la cuestión de la segregación y de la exclusión de las personas del derecho a la ciudad, que ahora conecta con una nueva generación de jóvenes.  Esto era visible ya antes de junio 2013, pues había una movilización entre los jóvenes organizados, por vivienda, por transporte, por cuotas en la universidad, por una prensa alternativa, por cuestiones de racismo, de género… pero no están en los partidos formales.  Se trata de una cosa nueva, pues se organizan en redes horizontales, sin jerarquía, con división del trabajo muy democrática, por ejemplo para representar el movimiento no hay líderes especiales… esto es muy interesante; no sé a dónde va a llegar.
 
Una explicación sobre estos movimientos dice: la crisis de representación política.  Sin duda esto es verdad.  Porque se percibe que las manifestaciones organizadas por las centrales sindicales, por ejemplo, no parecen tan vivas, originales, como las manifestaciones de estos jóvenes.  Y sin duda la representación que construyó esta democratización de Brasil con la hegemonía del PT está en crisis.
 
Otra explicación señala que con el PT en el gobierno federal se produjo una mejoría de las condiciones de vida que dio paso al surgimiento de una clase media y que esa clase media baja quiere más.  Otra explicación es que la policía es tremendamente bárbara.  Mira que en las conmemoraciones de la Copa del Mundo atacaron con bombas a los argentinos que conmemoraban de madrugada porque no querían quedarse quietos.
 
Todas estas explicaciones son importantes.  Pero mi explicación es que hay lucha de clases en la ciudad.  O se remunera a los capitales -en tres años el metro cuadrado subió en Rio de Janeiro más de 180 %, igual que el alquiler, el precio de las casas, al tiempo que se expulsa población- o se invierte en la reproducción del trabajador: salud, educación, transporte, vivienda, saneamiento… nosotros tenemos epidemias de dengue en las ciudades, y hacemos túneles, estadios, puentes, viaductos, para el coche.  Y ya no queda lugar para poner los coches.
 
Entonces, cómo puede ser que la izquierda no ve la ciudad, que hay lucha de clases en la ciudad.  Y el problema no se revuelve con la distribución de renta o del salario.  Porque más salario no compra el transporte colectivo.  No compra una buena localización en la ciudad, porque esto sube.  Solo se resuelve con políticas públicas.  Reconozco que ha habido distribución de renta, para comprar coches, motos, aparatos domésticos, una televisión mejor… no condeno esto, pues una máquina de lavar ropa, una refrigeradora es importante…  pero nadie vive sólo dentro de la casa: vive en la ciudad.
 
-              En este contexto, ¿cómo valoras la aprobación del Plan Director Estratégico en São Paulo a finales del mes de junio, que ha sido presentado como un avance en el plano de la vivienda y movilidad?
 
Tengo 40 años de haber trabajado en urbanismo, pero ahora soy muy crítica a los planes directores.  No hay un plan director en Brasil que no diga que el transporte colectivo es prioridad.  No hay uno.  No hay un plan director en Brasil que no instituya la función social de la propiedad.  Nosotros conquistamos en la Constitución federal la función social de la propiedad, la función social de la ciudad; el derecho a la vivienda es absoluto en nuestra Constitución.  El derecho a la propiedad privada no es absoluto.  Pero ¿cómo se aplican las leyes?  Como si el derecho a la propiedad privada fuera absoluto, y el derecho a la vivienda fuese relativo.
 
Ahora bien, el Plan Director aprobado en São Paulo es muy bueno.  Hubo una movilización interesante en la Cámara Municipal, que los contratistas de obras públicas condenaron y solicitaron la represión aduciendo que la Cámara estaba cercada.  No es de extrañar esta actitud poco democrática porque son ellos quienes financian las campañas electorales.  Y esto es un problema serísimo en Brasil.  Ellos tienen acceso a los ediles, los movimientos populares, no están allí todo el tiempo.  El Plan Director es bueno, pero puede perfectamente ser aplicado al revés, como fue el plan de 2002 que era muy bueno: daba prioridad al transporte colectivo, prioridad a la función social de la propiedad, pero de nada sirvió.
 
-              ¿En qué medida esta influencia de los contratistas logra ser contrapesada con la exigencia de transparencia de los presupuestos y la consiguiente apertura al escrutinio ciudadano?
 
Voy a poner el caso de São Paulo, donde fui Secretaria de Vivienda del primer gobierno del PT, con Luiza Erundina.  El presupuesto se define el 31 de diciembre en la madrugada… ¿quiénes están junto a los representantes en las cámaras municipales?  Los representantes de los lobbies, porque el pueblo está conmemorando el cambio de año.  Ellos son muy, muy poderosos y fuertes. 
 
Durante mucho tiempo hablé de analfabetismo urbanístico, que es no entender hacia dónde van los recursos que se están utilizando.  Si haces un mapa de las ciudades, se puede ver dónde están los pobres, dónde están todas las inversiones, cuantas veces se barre las calles, cuantas veces se plantan o se podan los árboles, cuántas veces se cambian las lámparas quemadas… Esto es muy interesante porque se tiene  una gradación  ¿Y el pueblo sabe esto?  No.  Pero, no es únicamente el pueblo… pregunte a los economistas si saben qué significa el papel de la renta inmobiliaria para la vida de la ciudad.
 
El desarrollo de la ciudad es contrario a los intereses de la buena movilidad.  Cuando vas a Suiza, estoy hablando de un país capitalista, ves que cada cosa está en su lugar y no hay un metro cuadrado sin uso.  ¡Acá no!, acá el Estado controla una parte de la ciudad.  Las leyes son para una parte de la ciudad.  El mercado es para una parte de la ciudad.  El resto no llega a tener derecho a las leyes.  Y esto es una ciudad periférica.
 
-              ¿La realización de los mega-eventos como la Copa y las Olimpiadas, repercutirá, acaso, en una reorganización territorial, productiva, económica, etc. en Brasil?
 
Critiqué mucho las inversiones destinadas a la Copa, pero mi posición es que las ciudades brasileñas estaban siguiendo un rumbo, que los mega-eventos profundizaron, mas no lo crearon.  Hay cosas que se repiten en China, Grecia, África del Sur y se repetirán en Rusia, puesto que se presentan como un tsunami de capitales internacionales que están a la expectativa de a dónde atacar.  Es un asalto a la nación, no es poca cosa, con reglas que llegan al detalle como la limitación de la venta informal alrededor de un kilómetro de los estadios.  Es un negocio gigantesco, que gana con la venta de todo lo que se pueda imaginar.  Principalmente con el derecho de la imagen.
 
Otra de las facetas de este gran negocio es la cuestión urbana.  Se puede ver la arquitectura del “Nido de pájaro” en China que, como en África del Sur, después no saben qué hacer… cuando estuve en China, estaban discutiendo qué hacer con el elefante blanco, en África del Sur, en la ciudad del Cabo, llegaron a discutir la demolición del estadio.
 
En Brasil construimos 12 elefantes blancos, ¡12!  En Manaos se demolió un estadio para 40 mil personas y se construyó otro por 400 millones de reales de 44 mil lugares.  En Natal, una ciudad que tiene, como Manaos en la Amazonía, problemas de saneamiento terribles, demolieron un estadio que raramente se llenaba, para construir otro más grande.  Es una máquina.  Son capitales que llegan y los gobiernos tienen que terminar todo a tiempo.  
 
Y, bueno, la Copa en Brasil es un gran éxito, salvando las acciones violentas de la policía.  Resultó acertada la intenciones del gobierno federal de hacer obras para la movilidad en cada ciudad de la Copa, pero ciertas obras no son buenas, no son las más prioritarias para la movilidad de masas.  Además, considero que no son obras viales, sino inmobiliarias, porque están relacionadas al mercado.
 
-              A propósito de la violencia policial, ¿de quién dependen estos cuerpos?
 
La policía es principalmente de cuño estadual, aunque ahora para la Copa hay mucha concertación y articulación entre las policías.
 
-              Precisamente, Rio de Janeiro ha sido escenario del programa de “pacificación” de las favelas en el cual participan estructuras militares que dependen del gobierno federal, y que ha sido denunciado como una medida para militarizar dichas zonas.  ¿Cuál es tu punto de vista al respecto?
 
En primer lugar es necesario ver que hay una lógica territorial respecto a donde se “pacifica”.  Las favelas localizadas en la periferia no se “pacifican”.  Las favelas bien localizadas desde el punto de vista de la valorización del precio del suelo son las “pacificadas”, porque la estrategia es de limpiar la ciudad.  Pero, ¿cuál ciudad?  Aquí se trata de dar a una parte de la ciudad esta característica global, de valores, de distinción… todo esto está muy conectado con la valorización inmobiliaria, con el negocio de la ciudad.  El gran negocio.  Ahora hay muchas operaciones urbanas de alianza público-privada.  Entonces, en algunos lugares se invierte los recursos públicos y privados.  Y la población pobre tiene que salir. ¿Por qué tiene que salir?  Porque ella desvaloriza, el pobre pesa negativamente en el precio.  El mix de renta es la mejor cosa para contener esta explosión del boom inmobiliario, pero la ciudad está profundizando la segregación.
 
Los pobres están yendo hacia nuevas periferias, porque el capital inmobiliario disputa las tierras de la primera periferia.  Hay evidencias de que extranjeros están comprando casas en las favelas que tienen buena vista, que están cerca de las playas, que están bien localizadas.  Buena localización es un concepto muy importante.  El crimen organizado, o la policía que es también una forma informal de organizar, ahora comanda la construcción de nuevas viviendas en la periferia, nuevos espacios, y allí no hay “pacificación”.
 
https://www.alainet.org/es/active/79233
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