Retirados puertorriqueños enfrentan un futuro incierto

24/11/2014
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La sociedad puertorriqueña está asediada por un abrumador sentimiento de inseguridad ante el empeoramiento de la crisis económica. Las declaraciones de la banca, de los economistas pagados por el gran capital, de las empresas acreditadoras, y del gobernador Alejandro García, lejos de aclarar e informar, lo que han hecho es ofuscar y agravar el sentimiento de zozobra y desesperanza.
 
Para afrontar esta nueva crisis, el gobernador García ha adoptado medidas típicas del recetario neoliberal. Estas han sido particularmente dañinas para los retirados. El año pasado el gobierno aprobó la ley 160, que alteró de manera drástica el sistema de retiro de los empleados públicos. Pone fin al sistema previo, establecido por la ley 447 de 1951, bajo la cual todo trabajador del sector público recibía pensión completa tras 30 años de servicio, irrespectivamente de su edad.
 
Pero la ley 160 cambia eso. El monto de los pagos mensuales de pensión ya no está garantizado, y los empleados ahora deben trabajar más años para obtener la totalidad de los beneficios.
 
Los maestros de escuela pública se salvaron de la ley 160. Demandaron y en abril el Tribunal Supremo determinó que varios componentes claves de esa ley eran inconstitucionales pues violaban obligaciones contractuales para con los maestros. Se salvó así el retiro de los maestros, pero en su decisión el tribunal afirmó la legalidad de otras partes de la ley que reducen los aguinaldos, paga de verano y beneficios médicos. 
 
"La edad de retiro de los empleados públicos la subieron y sus beneficios (de retiro) han sido reducidos a nivel de pobreza", dijo la economista Martha Quiñones.
 
Ramón Marrero, doctor de emergencia que trabaja en Cayey, fue forzado a continuar trabajando justo cuando le iba a tocar el retiro. Se iba a jubilar tras 18 años de trabajo, pero la nueva ley le requiere tres años de trabajo adicionales antes de recibir la pensión completa. 
 
"Uno tiene proyectos de vida para cuando llegue el momento del retiro. Cuando de repente te posponen la fecha de retiro todos esos proyectos y planes quedan patas arriba", dijo Marrero, quien va todos los días a trabajar desde el municipio de Cidra, donde él vive.
 
Quiñones, profesora en la Universidad de Puerto Rico, advierte que a los trabajadores y pensionados del sector privado también les espera un trago amargo. "Muchas de esas pensiones privadas están amarradas a bonos del gobierno de Puerto Rico, los mismos que han sido degradados por Moody's y por Standard and Poor. Cuando se afecta el valor de esos bonos se reducen las pensiones." 
 
Los jubilados del sector público están en la calle y en pie de lucha, no solamente defendiendo sus beneficios y planes de retiro de la siempre presente amenaza de privatización, sino también protestando contra las medidas de austeridad neoliberal decretadas por el gobierno, las cuales afectan a toda la sociedad.
 
"La clase dominante local quiere cancelar los avances y victorias de los trabajadores para regresarnos a una era pasada", dijo José Rivera Rivera, presidente del capítulo de jubilados de la UTIER, sindicato de los trabajadores de la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico.  
 
"Para el sistema neoliberal establecer su superioridad, éste debe borrar los últimos dos siglos de lucha sindical y solidaridad. Es la nueva etapa del capitalismo, nos quieren hacer empezar desde cero." 
 
"El capital está en la ofensiva por el mundo entero. Pero la situación en Puerto Rico es peor porque es una colonia de Estados Unidos", dijo el trabajador telefónico retirado Guillermo de la Paz. "Aquí los explotadores pueden experimentar en modos que no pueden hacer en un país soberano."
 
"Para los ricos no hay crisis", dijo De la Paz. "Mira, si tenemos aquí al multimillonario Henry Paulson diciéndole a los ricos de Estados Unidos que vengan acá para evadir contribuciones."
 
Rivera Rivera entiende que para que Puerto Rico salga de su crisis económica y proteja los beneficios que los jubilados se han ganado, el gobierno podría comenzar cobrándole contribuciones a los ricos.
 
"Nuestro gobierno supuestamente está en crisis porque no puede pagar su deuda, pero la administración (del gobernador previo) Luis Fortuño prácticamente eliminó la responsabilidad fiscal de las grandes corporaciones y de los ricos en su reforma contributiva de 2009. No se justificaba, ya los ricos tenían unos beneficios contributivos tremendos."
 
 
Artículo publicado en el periódico puertorriqueño mensual Compartir es Vivir, noviembre de 2014.
   

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