La lección humanista de Cuba

20/10/2014
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Es frecuente que Cuba sea motivo de polémica y debates encendidos. Pero, al margen de la opinión que se tenga sobre su sistema político, algo está ocurriendo en nuestros días para que el mundo entero deba dar las gracias a las autoridades y pueblo cubano: Un grupo de 165 profesionales de la medicina de este país ha viajado a Sierra Leona como parte de un total de 461 trabajadores de la salud que Cuba ofreció hace varias semanas a la Organización Mundial de la Salud (OMS) para enviar a Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry (en este país ya había 16 médicos cubanos), en la campaña internacional de lucha contra el ébola. Se trata del mayor grupo médico enviado por una nación extranjera al epicentro de la epidemia, teniendo todo el personal más de 15 años de experiencia profesional y habiendo actuado en desastres naturales o epidemiológicos.Desde que en 1963 partiera hacia Argelia la primera brigada médica cubana con misión internacionalista, 131 mil 933 profesionales de la salud han brindado su colaboración a otras naciones en los últimos cincuenta años.
 
Puede ser que cuando salga publicado este artículo haya nuevos datos positivos sobre la participación de personal médico norteamericano y europeo en los países afectados. Pero lo cierto es que en el momento en que lo escribo sólo se conoce que Estados Unidos enviará 3.000 soldados que no atenderán directamente a los pacientes contagiados. Sus labores incluyen planes para levantar 17 centros médicos de tratamiento, entrenar a miles de trabajadores nativos de salud y establecer un centro de control militar para coordinar los esfuerzos. Por su parte, Inglaterra hará lo propio con 750 soldados entre los que hay ingenieros y médicos militares que supervisarán la construcción de un hospital para tratar a enfermos del ébola. El personal inglés tampoco proporcionará cuidados directos a los enfermos. Curioso, unos envían militares mientras Cuba envía médicos y personal de enfermería, todos ellos especialistas.
 
Solidaridad como la de Cuba –cuyo personal médico tiene fama de llegar el primero a los escenarios de desastres naturales y epidemias, y el último en irse- no la está haciendo ningún otro país. Semejante gesto de solidaridad y de responsabilidad sólo está siendo ejercido por ONGs y personal misionero. Entre las ONGs Médicos Sin Fronteras merece algo así como un reconocimiento mundial, un Premio Nobel de Medicina. Ha atendido ya a más de 4.000 infectados por el virus. Así pues, cuando leo que portavoces de la Unión Europea aseguran que nuestro territorio está armado contra el ébola y que revisará además los protocolos contra el virus, me parece bien, pero me falta leer una segunda parte en la que se anuncie el compromiso de la UE con los pueblos africanos sufrientes a la manera de Cuba. Es cierto que la Unión Europea ya está enviando apoyo material necesario: hospitales de campaña, ambulancias, equipamientos médicos y de protección del personal sanitario, productos de higiene y otros. La UE anuncia 180 millones de euros para los países afectados. Dicho sea con sinceridad, me parece excelente, pero ¡qué escaso es el compromiso!
 
Se piense como se piense lo cierto es que Cuba da ejemplo. Es un gigante moral. A través de los años, su colaboración internacionalista ha ido haciéndose cada vez más amplia y notable. Entre los hechos más importantes podemos recordar las donaciones de sangre que hicieron los cubanos a los heridos en el terremoto de Perú en la década del 70; la ayuda a países africanos en pleno Pe­riodo Especial, a pesar de las dificultades económicas por las que atravesaba la isla; la ayuda ofrecida y practicada tras los huracanes Mitch y George, en 1998; el ofrecimiento de La Habana de ayudar a los damnificados que provocó el huracán Katrina, en Estados Unidos, dejando a un lado diferencias ideológicas y políticas. También conviene citar a la fundación de la Es­cuela La­ti­noa­mericana de Medicina en 1999, que for­ma parte del programa de colaboración con países del subcontinente. Y qué decir de la Operación Milagro que ha hecho posible que miles y miles de personas de América Latina hayan recuperado o mejorado la visión gratuitamente.
 
Como será la cosa que el diario estadounidense The Washing­ton Post ha reconocido la importancia de la ayuda médica de Cuba a los países africanos que sufren los embates del virus del ébola. Este diario subraya que Cuba, a pesar de ser una nación pobre, con un PIB que es casi la sexta parte del que exhibe el Reino Unido, ha dado una respuesta rápida y contundente, por encima de los ofrecimientos sanitarios de muchos de los países más ricos del mundo. Evalúa además el sistema universal de salud cubano, tomando como referente las apreciaciones de la OMS, al reconocer los extraordinarios avances médicos que llevan a Cuba a alcanzar indicadores que se igualan por los alcanzados en países desarrollados como la reducción de la mortalidad infantil y la alta esperanza de vida.
 
Es normal por consiguiente que la directora general de la OMS, Margaret Chan, haya agradecido a Cuba por ser el primer país que da al paso al frente al llamado de la ONU y la OMS ante la situación en África occidental. Ni es la primera vez ni será la última que algo así ocurre. En sentido contrario, por lo que se ve el pasado colonial europeo en África no da como para que se asuma una co-responsabilidad suficiente, aunque sólo sea desde la compasión o bien desde el egoísmo de combatir la epidemia allí donde están los focos, como mejor manera de evitar el traspaso del virus a Europa. El ébola al infectar a personas europeas ha provocado un interés extraordinario entre nosotros. De no ser así, el silencio sobre este virus sería de la misma magnitud que ante la malaria, esa enfermedad silenciosa que mata a un niño cada 45 segundos.

 
Europa va de mal en peor. Si en algún momento fue una potencia moral, hoy, raptada por un neoliberalismo agresivo que está destrozando la cohesión social y nos conduce a una sociedad degradada, la Unión Europea es un artefacto en manos de dirigentes postrados al servicio del poder económico que convierten todo en mercancía y motivo de negocio. El ébola ya cotiza en bolsa escribí otra vez y ahora interesa. E interesa en la medida en que nos afecta como potencial peligro para nuestro territorio. Por lo demás, a la corrupta Comisión de la que forma parte un tal Cañete vinculado a las petroleras, no le quita el sueño la posibilidad de ayudar responsablemente a África. La UE no es Cuba, en lo moral no le llega ni a la suela del zapato.

 
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