Tuto-Doria-Juan: Horizontes del campo político

24/09/2014
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La democracia es tan generosa, que hoy, hasta los vendepatrias pueden ser candidatos” (Evo Morales)
 
El desafío…
 
Tuto Quiroga revelando que Doria Medina está asesorado por los marketineros de Goni en las elecciones del 2002, ha erguido la batida mediática que necesitaba para asustar y desplazar a Doria y que Doria necesita -aun sin saberlo-, para salir de la congeladora en que lo puso el affaire Jaime Navarro.
 
Pero lo que realmente llamó la atención, es el desafío –caballeresco- del mismo Tuto a “debatir” con Doria sobre ¿quién es más funcional al MAS?, desafío que muy pronto encontró respuesta positiva. Samuel puso fecha y lugar: el 28 de septiembre en la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).
 
¿Se llevará a cabo? no lo sé, pero por lo visto Jimena Costa está gestionando que ese encuentro no se realice por el “bien de ambos”.
 
Llama la atención que Tuto ponga como eje de debate ¿Quién es más funcional al MAS? Y no ¿Cuál de los dos tiene el mejor programa de gobierno para el país?
 
Llama la atención –también- que los amigos de ayer, hoy se pongan frente a frente, como si no hubieran sido cómplices en el proceso de “privatización”, y que se conoce como la primera ola del saqueo neoliberal.
 
Algo de historia
 
Tuto Quiroga fue Subsecretario de Inversión Pública y Cooperación Internacional del Ministerio de Planeamiento dirigido por Samuel Doria Medina, ambos fueron miembros del equipo negociador ante el Club de Paris (noviembre de 1991) para lograr un préstamo de 560 millones de $us, para ello Doria Medina se comprometió privatizar –inclusive- el Banco Central de Bolivia (cosa que no ocurrió –felizmente-, sino ahora estaríamos con nuestra economía dolarizada como en el Ecuador). En el haber de Tuto están el D.S. 22836 del 14 junio de 1991 y la Ley 1330 de Privatización del 24 de abril de 1992, origen de la destrucción de las empresas estatales en Bolivia.
 
Tuto cerró su paso por el MIR-ADN en calidad de Ministro de Finanzas (1992-1993), el “más joven” del país solía decir su padre putativo Hugo Banzer.
 
Los ríos de sangre se cruzaron, los principios fueron echados al olvido y los muertos de la Harrington convertidos en adornos de museo político para recordatorio anual de esa peligrosa especie de arrepentidos.
 
La segunda ola del saqueo es la que corresponde a la “capitalización” (Ley 1544 del 21 de marzo de 1994) promulgada por Goni pero prohijada por Jaime Paz, Samuel Doria Medina y el mismísimo Jorge Quiroga Ramírez mediante Ley 1473 de 1º de abril de 1993 de Necesidad de Reforma de la CPE, y que le permitiría a Goni modificar la Constitución y abrir los candados que protegían a las empresas estratégicas de la voracidad transnacional y el latrocinio político (marzo de 1994).
 
Todo este proceso está cargado de coimas, maletines negros y carros de lujo regalados en la puerta del legislativo.
 
Jaime Paz Zamora privatizó las empresas que eran de las Corporaciones Regionales de Desarrollo (60 en total en los nueve departamentos, más 32 del ejército), no lo hizo solo, recibió el apoyo militante de la ADN.
 
Goni privatizó las empresas estratégicas (YPFB, COMIBOL, ENDE, ENFE, ENTEL y el LAB), pero no lo hizo solo, recibió el “invalorable” apoyo de Juan del Granado, para ese tiempo todavía del Movimiento Bolivia Libre (MBL).
 
Miristas, adenistas, emeneristas y emebelistas constituyen un círculo político donde manda el axioma “no pisarse la manguera entre bomberos”. Los ucesistas, condepistas y eneferistas son acompañantes tardíos de estos negociados, pero cómplices igual.
 
Aun hoy, muchos de ellos caminan por las calles como si nada hubiera pasado, como si no tuvieran nada que ver con la historia del saqueo y como si nunca hubieran firmado nada contrario al país.
 
Los latrocinios del pasado no eran errores de políticos mediocres, sino el asalto planificado por una mafia que en forma de crimen organizado, disponían del ejecutivo y el legislativo como bunker, y el judicial para darle forma jurídica al saqueo.
 
Por ello la privatización (1992) y capitalización (1994) son dos eufemismos que taparon el negocio más nauseabundo de la historia económica en Bolivia.
 
El campo político
 
Este es el panorama que nos tiene que servir de base para comprender el presente electoral y las coyunturas mediáticas que se organizan en torno a Doria – Tuto y en algo Juan…
 
Sería ingenuo admitir que Tuto y Doria están en veredas contrarias, ni siquiera Juan lo está, son lo mismo, con distintos colores de bandera y programas que varían en las formas más no en el fondo.
 
Provienen de la misma matriz ideológica y comparten el mismo padrino gringo.
 
El país para ellos no existe, existe una máquina de hacer dinero fácil y una masa popular ignorante que vota para su propia desgracia.
 
Por ello miran a la empresa privada como predestinada al éxito y el Estado como mal administrador predestinado al fracaso.
 
El programa de Tuto es elocuente al respecto:
 
El desafío histórico recaerá en los empresarios privados y su imaginación innata para competir en el mercado internacional, en clara sociedad con un Estado comprometido en coadyuvar al proceso de inserción internacional de la economía boliviana” (Pág. 7)
 
¿Imaginación innata? ¿Quién les ha hecho creer a los autores del documento que los empresarios tienen la bendición darwiniana para los negocios? ¿Quién les ha hecho creer que sin transnacionales –se sobreentiende, algo mejor que las empresas nacionales-, no se puede vivir? Semejante modelo de auto-desprecio solo puede explicarse por su falta de vocación nacionalista y su mentalidad dependiente.
 
Doria Medina no se queda atrás, por el contrario confirma lo anterior, en su programa de gobierno señala que:
 
El motor del Plan Bolivia Progresa será mantener y aumentar la tasa de crecimiento de la economía, lo que sólo puede lograrse con una inteligente y fuerte inversión público-privada. Para asegurar que la inversión esté adecuadamente protegida y al mismo tiempo ofrezca suficientes retornos al Estado, debemos promover ‘alianzas público privadas’ en diferentes campos de la economía que, a diferencia de las empresas estatales mal concebidas y peor realizadas que prefiere el Gobierno, desaten sinergias productivas que permitan que la empresa privada haga lo que mejor sabe hacer bajo control y con la participación de nuevas entidades técnicas estatales” (Pág. 32)
 
Juan del Granado, de forma disimulada y eufemística, y luego de un paseo horrible por un seudo análisis económico de la economía plural nos dice:
 
Superando tanto la posición neoliberal privatista, de políticas orientadas a economías de mercado libre y auto-regulado, como la posición estatista burocrática, proponemos un modelo de desarrollo alternativo sostenido sobre la consideración equilibrada tanto de las ventajas como de las dificultades del mercado y del Estado y, consecuentemente, de la necesidad de complementariedad entre ambos. Es así que proponemos, que la iniciativa privada esté basada en un marco de acción pública que promueva: i) la reestructuración productiva a través de innovaciones y del fortalecimiento de los encadenamientos productivos y ii) la redistribución equitativa de la riqueza. En este sentido, planteamos que la actuación estatal no ocurra de forma unilateral como la única fuerza dirigente del desarrollo económico, sino en concertación y coordinación con los actores privados” (Pág 103)
 
Y más adelante aclaran:
 
[s]e debe buscar complementariedad de la inversión privada y no su remplazo por parte de la inversión pública, con el objetivo de ampliar la base productiva de la economía boliviana así como su nivel de competitividad” (Pág. 120)
 
Para el proceso de privatización en los noventa, el ardid narrativo decía que las empresas eran corruptas y deficientes por definición, para salvar a esas empresas había que privatizarlas y el capital privado iba a generar inversiones y fuentes de empleo. Esa hegemonía semántica neoliberal echaba loas a la iniciativa privada y volcaba lodo sobre la empresa estatal, la construcción mediática manejaba esa dicotomía como núcleo legitimador de la Doctrina del Shok (Naomi Klein).
 
Hoy Doria Medina, Tuto Quiroga y Juan del Granado ofertan exactamente lo mismo que ofertaban en los noventa, nos están diciendo que las empresas estatales están condenadas al fracaso y que la única salvación es el capital transnacional, encubierto tras la nomenclatura “inversión privada-inversión estatal”.
 
Si en el campo económico no tienen diferencias, ¿qué diferencias pueden tener en el campo político?
 
Asumiendo que la política es la concentración de la economía la respuesta salta a la vista: Ninguna.
 
Por ello tienen que “fabricar” coyunturas mediáticas, para calentar un ambiente ya congelado en sus propias encuestas.
 
Es urgente para los marketineros de estos dos amigos, organizar una sensación térmica propicia para encarar la última etapa electoral y preparar el escenario post electoral.
 
Para lograrlo necesitan una amplia base de aliados con estructura mediática y por lo visto el jueves 18 lograron descongelar el ambiente.
 
Al fin y al cabo, los medios también necesitan caldear el ambiente electoral, para darle sentido a estas últimas semanas de proselitismo.
 
Horizontes…
 
De este modo, el “horizonte de visibilidad” (Zavaleta) se abre a dos lecturas, una primera que son las elecciones del 12 de octubre y una segunda la recomposición de la derecha post 12 de octubre.
 
El 12 de octubre y con la victoria asegurada será puesta, a prueba de fuego, el esfuerzo de cada candidata y candidato del MAS, pues much@s de ellas y ellos están esperando que Evo y Álvaro los jalen como por arte de magia y no es así.
 
En este contexto la tarea de las candidatas y candidatos es socializar el programa de gobierno, un programa que acelera el proceso de industrialización y la redistribución de la riqueza producida socialmente.
 
Ese proceso de socialización no puede ser obra fortuita de caravanas y casas de campaña sino la acción consciente y expresada de lo que se piensa hacer hasta el 2020, partiendo por la reducción de la pobreza hasta las relaciones internacionales, pasando por el proceso de industrialización.
 
Y ello es así, porque después del 12 de octubre se vienen las elecciones de Gobernaciones y Municipios donde consolidar territorialmente el peso de la revolución, no es una tarea, es una obligación nuclear.
 
Por su lado, la derecha en sus tres variedades tiene un solo camino: Sufrir la derrota y transitar la crónica de una muerte anunciada. Posteriormente pueden o no, armar su recomposición. Tendrían que hacerlo sobre nuevos paradigmas, dejando el neoliberalismo y haciendo una nueva metáfora del poder, más igualitaria, más comprometida con la conciencia del pueblo. Pero eso no podrán hacerlo ni Doria, ni Tuto, ni Juan, estos tres representan a la burguesía enana y oligarquía birlocha que hoy está en estado de decrepitud y senilidad que no tiene remedio.
 
Su desafío por tanto no es electoral, es histórica, lo lograran no lo sé, ni me importa.
 
Lo que si me importa, es la trayectoria y profundidad del voto indígena, nacional y popular, pero eso ya es materia de otro artículo, por hoy lo escrito, escrito esta.
 
Idón Moisés Chivi Vargas
Indio aymara y abogado.
 
Documentos oficiales utilizados:
Programa de Gobierno Unidad Demócrata: Una mejor Bolivia es posible ¡La unidad es el camino!
Programa de Gobierno PDC: 2015-2020
Programa de Gobierno MSM: 2015-2020
 
https://www.alainet.org/es/active/77442
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