Dorothy Stang: Una vida cegada por la codicia

18/02/2005
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Dorothy Stang, misionera asesinada en 2005 en Pará, Brasil
Foto: catholicsun.org
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A siete días del asesinato de la misionera Dorothy Stang, una ola de indignación y repudio recorre Brasil. El movimientos sociales que integran el Foro Nacional por la Reforma Agraria y la Justicia en el Campo, entidades de derechos humanos y la Pastoral Social de la Confederación Nacional de Obispos del Brasil anunciaron que realizarán hoy (18 de febrero) manifestaciones de protesta en la Plaza de los Tres Poderes de Brasilia y en otras ciudades brasileñas.

 

El Presidente de Caritas, Demetrio Valentini, dijo que la protesta “será un momento de denuncia e indignación contra el modelo de ‘agrobandidismo’ que está matando personas y contra el irrespeto a la vida”.

 

El asesinato Dorothy Stang ocurrió el sábado 12 de febrero, a las 9 de la mañana, mientras ella se dirigía con dos trabajadores a una reunión del Proyecto de Desarrollo Sustentable Esperanza, localizado a 40 kilómetros de la ciudad de Anapu do Oeste, estado de Pará. Dos pistoleros le dispararon 6 balazos a quemarropa segándole la vida.

 

La misionera estadounidense -nacionalizada brasileña- trabajaba desde hace 38 años en la Amazonia defendiendo las causas ambientales y de los trabajadores sin tierra. Por su compromiso con los más pobres, Dorothy Stang fue declarada “ciudadana honorable de Pará” por la Asamblea Legislativa del estado. Así mismo, recibió el 10 de diciembre pasado el premio de derechos humanos, concedido por la Ordem dos Advogados do Brasil.

 

 La misionera venía enfrentando amenazas de muerte por parte de hacendados, grileiros (personas que se apropian de tierras públicas) y madereros de la región, desde que inició su labor de apoyo a los trabajadores rurales en 1997.

 

Dorothy Stang sabía que la iban a matar, varias veces lo denunció ante las autoridades pero éstas no hicieron nada. “Los gobiernos federal y estadual tenían conocimiento de listas de amenazados de muerte por los latifundistas pero nada o muy poco han hecho al respecto”, señaló la Comisión Parlamentaria Mixta de Investigación de la Reforma Agraria y Urbana, en un comunicado.

 

Tras discutir la situación de Pará con sus ministros, Lula decidió movilizar a unos 2000 efectivos del ejército hacia la región amazónica de Anapu, al tiempo que la policía buscaba a los cuatro sospechosos: dos pistoleros, un intermediario y quien habría ordenado el asesinato.

 

Si bien la presencia de los militares podría reducir las tensiones en este vasto territorio donde la presencia del Estado es bastante débil, la pregunta que muchos se hacían es qué pasará cuando las tropas se retiren.

 

Movimientos que luchan por la tierra aprovecharon este momento de conmoción nacional e internacional para criticar la política del gobierno de Lula. El Foro Nacional por la Reforma Agraria y Justicia en el Campo, compuesto por 45 entidades y movimientos sociales brasileños, responsabilizó a la lentitud de la reforma agraria por la muerte de la misionera. Agregó que más allá de los discursos del gobierno federal, sus acciones en el estado de Pará han sido retóricas y sin firmeza, cediendo a las presiones de los grupos de presión, que actúan en forma articulada, con omisión o apoyo del gobierno estadual de Pará.

 

 “Desde la masacre de Eldorado de Carajás (donde 19 campesinos del Movimiento sin Tierra fueron asesinados por policías) hasta el asesinato de Irma Dorothy, la política del gobierno del estado de Pará ha sido la defensa de los intereses de los grileiros, madereros y latifundistas”, agregó el Foro.

 

La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), una ONG vinculada a la Iglesia, exigió que este crimen sea investigado por la Policía Federal y que sus autores intelectuales y materiales sean juzgados en el ámbito federal, sin interferencia de la oligarquía latifundista del estado de Pará.

 

En la franja amazónica del estado de Pará, los hacendados y madereros han impuesto la violencia y el terror para defender sus intereses. Según la CPT, en el último año, 11 personas fueron asesinadas y más de 30 amenazadas de muerte, incluyendo a Dorothy que fue asesinada.

 

El Estado está totalmente ausente de esta zona de Pará, la violencia es deliberada y está al servicio de quienes controlan el poder (hacendados, madereros y grileiros), señaló la CPT.

 

Los movimientos sociales, entre los que encuentra el Movimiento Sin Tierra, organizaron manifestaciones y vigilias en todo el país en homenaje Dorothy Stang, cuya muerte se puede comparar con la del sindicalista Chico Mendes, asesinado en 1998 por el hijo de un hacendado. Exigen castigo para los culpables y la adopción de medidas urgentes para proteger a todos los defensores de los derechos humanos en riesgo de muerte en el estado de Pará.

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