El Fascismo, vanguardia extremista del capitalismo
19/03/2014
- Opinión
Presentación
En el llamado período de entreguerras, 1918-1939, surge en Europa el fascismo como ideología y movimiento político a la vez. Su principal mentor fue, como bien se sabe, Benito Mussolini. El fascismo, en tanto proyecto político, se orienta hacia la instauración de una suerte de corporativismo de marcado acento totalitario, y un modelo económico denominado dirigismo. Entre sus características importantes, suelen destacarse: un particular nacionalismo de tinte identitario y revanchista que deviene en la violencia contra los que considera sus enemigos; un fuerte aparato de propaganda, y su ubicación en la extrema derecha. El fascismo agrupa a sus acérrimos enemigos en: los comunistas, los demoliberal-masónicos y el populismo católico. No pueden olvidarse, desde luego, los diferentes matices entre los estados fascistas históricos, a saber: el fascismo en la Alemania nazi, o nacional-socialismo; el fascismo italiano de Mussolini y el nacional-catolicismo en la España de Franco. De igual modo, las múltiples relaciones entre el fascismo y el capitalismo se muestran en las alianzas que se establecen entre el fascismo y las clases sociales poderosas, con algunas contradicciones relacionadas con el poco respeto a las llamadas libertades económicas y la autonomía de mercado. Pero dejemos la palabra al profesor Luis Navarrete para que, a través de la lectura de su obra El fascismo, vanguardia extremista del capitalismo, nos ayude a comprender mejor un tema de mucho interés histórico, político y social, como el fascismo, y sus múltiples relaciones e implicaciones con el capitalismo.
Finalmente, es para mí un honor presentar este opúsculo de un profesor e intelectual venezolano de rica y fructífera trayectoria, que va desde las aulas de la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela, de la cual fue su director, hasta su colaboración y participación permanente en los asuntos editoriales de la Universidad Bolivariana de Venezuela, nuestra universidad.
Prudencio Chacón
Rector
Universidad Bolivariana de Venezuela
Parece una aberración que, después de dos guerras mundiales y de tantas luchas de los pueblos del mundo en pro de la paz y de la justicia social, hoy tengamos que seguir lidiando con el insidioso fascismo. Creíamos que lo habíamos enterrado al término de la Segunda Guerra Mundial y después de aprobar la Carta Universal de los Derechos del Hombre, pero la verdad es que sigue vivito y coleando. Vale la pena, entonces, preguntarse por las razones de esa sobrevivencia. Umberto Eco escribió, en ese sentido, un trabajo titulado «El fascismo eterno». Sería terrible para la Humanidad que eso fuera una probabilidad cierta. Yo prefiero pensar –y en eso está comprometida la sociedad mundial democrática– que, más temprano que tarde, le pondremos una lápida que diga: Junto a su padre, aquí yace el fascismo. Para eso, que todavía falta mucho, al lado de este hijo odioso, habría que sepultar primero a su padre, el capitalismo. Primero tenemos que lograr que se haga casi unánime la conciencia del riesgo que corre la civilización humana si no lo logramos, cuando menos, a mediano plazo. Y por eso también se hace cada día más perentoria la urgencia de desarrollar a todos los niveles una batida universal contra el fascismo. Esta iniciativa del Centro Nacional de Historia se inscribe, precisamente, en esa inaplazable tarea mundial. Y ahora, aquí, en la patria de Bolívar, forma parte de la gran batalla por la preservación y el fortalecimiento de nuestra Revolución Bolivariana.
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