Retóricas sobre la violencia
24/02/2014
- Opinión
Breve comentario sobre el debate entre Tania Díaz y Roberto Briceño León respecto a la violencia en Venezuela
Uno de los principales discursos opositores sobre el tema de la inseguridad en el país tiene como argumento central la criminalización del discurso y de los mensajes emitidos por actores gubernamentales, así como la pérdida de valores, como causas de la violencia, lo que resulta poco serio, en especial por ser difícil de comprobar empíricamente esas relaciones lineales de causa-efecto que se pretenden establecer. A este argumento responde el gobierno señalando como causa de la violencia al discurso y a los mensajes emitidos por las telenovelas y los medios de comunicación, que es tan poco serio como las explicaciones etiológicas de la oposición. La dimensión valorativa y discursiva es importante, pero no lo es todo, no hay que sobredimensionarla. Hay que analizar cada fenómeno concretamente, tomando en cuenta nuestro contexto y sus particularidades fácticas y situacionales. Si la discusión es valorativa habría que empezar por el modelo de sociedad y de Estado que están tomando ambos bandos como referentes.
Los discursos aludidos son similares, se alimentan de prejuicios y son profundamente conservadores, tienen su núcleo en la “moral y las buenas costumbres”, en una homogenización ideológica de la sociedad. Su referente son los modelos sociológicos del equilibrio y del consenso, donde el conflicto, el cambio y la diversidad son considerados como amenazas para el sistema social.
En las ciencias sociales pudiera tomarse como ejemplo de lo anterior al discípulo más conservador y reaccionario de Saint-Simon, August Comte, para quien la Revolución Francesa era un episodio criminal y antinatural en contra de la historia (Zaffaroni) que debía ser dejado atrás para construir una nueva sociedad de orden y progreso, concebida como un organismo armónico, donde el ser humano es visto como un sujeto-órgano que más que derechos tiene deberes. Esta visión conservadora de la sociedad es refinada más adelante por Durkheim, para quien los valores, las normas y el derecho son el “cemento” de la sociedad, es lo que la mantiene unida. Este bloque valorativo sería el reflejo más acabado de lo que es la “conciencia colectiva”. Basado en estas ideas Durkheim explica su concepto de “anomia”. Según este autor en las sociedades capitalistas modernas, las normas y los valores tradicionales se ven socavados sin ser reemplazados por otros.
Existe anomia cuando no hay unas normas claras que guíen el comportamiento en una determinada área de la vida social. “La anomia, en efecto, da nacimiento a un estado de exasperación y de cansancio inusitado, que puede, según las circunstancias, volverse contra el sujeto mismo o contra otro; en el primer caso hay suicidio, y en el segundo, homicidio” (Durkheim, 1897). Hace casi 120 años este autor concebía a la violencia como consecuencia de la crisis de los valores, desde un contexto histórico distinto al nuestro, con un marco ideológico bastante reaccionario y conservador… ¿Hemos avanzado tan poco en las explicaciones sobre nuestros problemas sociales?
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