Sobre los pueblos y nacionalidades andinas
25/07/2013
- Opinión
Los pueblos andinos se han forjado tras un largo proceso aproximado de 20000 años de existencia y autodefinición histórica conviviendo con la Naturaleza considerada Madre, a lo que se ha superpuesto un proceso de dominación y dependencia desde la llegada, en 1532, de los colonizadores íbero europeos que han truncado el desarrollo autónomo de los pueblos del Abya-Yala en general y de los Andes en particular.
Los pueblos andinos han aprendido a convivir con la naturaleza que para algunos sectores es agreste por la diversidad de climas, latitudes, orografías y formas de vida que la catalogan como uno de los diez países del mundo con mayor biodiversidad. Escenario éste que junto a las características climatológicas, pluviales, entre otros, han posibilitado la construcción de un sistema de saberes y tecnologías que le permiten producir, a sus habitantes, en cualquier condición agro climática y aún de riesgo natural.
La economía, organización social y política de los pueblos tienen sus propias tradiciones forjadas a los largo de 20000 años y han mantenido sus componentes como formas de resistencia frente a la agresión de los agentes coloniales que continúan ejerciendo poder sobre los recursos y poblaciones. El ayllu andino, localizado en un territorio concreto, ha servido de base para la construcción de formas de organización y administración de la comunidad natural, de la comunidad humana y la comunidad espiritual. Por eso son vigentes aún las formas organización territorial basadas en la reciprocidad, el control vertical de pisos ecológicos, la paridad y la complementariedad ecológica y las formas de organización de los ayllus, etnias y nacionalidades.
Desde la llegada de los colonizadores íbero-europeos y de otras latitudes, los pueblos y nacionalidades han ejercido formas de resistencia encubierta y manifiesta para sobrevivir y oponerse a la dominaciones mediante acciones de masas o adoptando, adaptando, re-creando, reinterpretando los elementos culturales que son introducidos desde afuera. Es decir, son pueblos que han aprendido a incorporar, desprenderse o modificar lo ajeno desde su propia visión. Es una forma de hacer frente a los procesos de disturbación étnica, cultural y espiritual que se ha venido produciendo con los procesos de evangelización, extirpación de la idolatría y los programas orientados a la integración a la sociedad nacional u oficial.
La cultura de los pueblos andinos tienen un conjunto de electos constitutivos diferentes a occidente moderno. Se basa en la tradición comunitaria forjada por los ayllus prehispánicos, que se conserva en las comunidades indígenas, nativas y campesinas. Los elementos constitutivos básicos de las tradiciones andinas se expresan en la tierra, el territorio y el sentimiento de territorial, punto básico del que deriva la identidad cultural; el origen común de los pueblos y que se encuentra en los elementos ancestrales principalmente mitológicos; una historia local diferente a las académicas y oficiales, historia no escrita y que forma parte de la memoria colectiva que se transmite de generación en generación a través de la oralidad, el ejemplo y la actividad pragmática; un conjunto de patrones de vida que pautan y regulan la vida en común, tiene contenido proyectivo y progresivo, sincroniza la tradición con la modernidad, imbrica lo material con lo espiritual que posibilita sentir y vivir la vida en armonía, reciprocidad, paridad, sacralidad, ritualidad, festividad y naturalidad.
La naturaleza es concebida como fuente de vida y por tanto dadora de vida, en este contexto el trabajo también es concebido como una festividad que congrega a los humanos en el escenario de producción ejercitando el sentimiento lúdico, festivo, cognitivo y ritual de la vida, a diferencia de occidente moderno donde el trabajo es producto del castigo divino.
La racionalidad de la concepción del mundo es diferente a lo que nos ha impuesto las concepciones eurocentristas acerca de la naturaleza, del hombre y de la sociedad. En la cultura andina lo natural, lo sagrado, lo humano forman parte de un mismo mundo en el que todos sus componentes tienen vida y dimensión humana, por eso dialogan entre sí en una relación de mutua crianza.
En consecuencia, en un escenario de la diversidad con procesos históricos locales diferentes en el espacio y en el tiempo, no se puede construir sociedades uniformes, por el contrario es un espacio con sociedades humanas multiculturales con recursos, economías, culturas, tradiciones, maneras de vivir, saberes, técnicas y lenguas diversas. Cada cual con sus propias formas de organización, percepción, representación, simbolización y comunicación del patrimonio cultural material e inmaterial que posee. Que configuran grupos humanos unos diferentes a otros y que se presentan como formas de ayllu, etnias y nacionalidades. Esta situación nos lleva a entender que en los Andes se pueden identificar nacionalidades conscientes de su existencia que desarrollan esfuerzos para su reconstitución; nacionalidades que tienen potenciales culturales y sociopolíticas para su reconstitución pero que no son conscientes de su existencia; pueblos y nacionalidades desarraigadas o integradas en mayor o menor grado al sistema oficial vigente.
Las diversas formas de organización que se han registrado en ayllus, comunidades y nacionalidades combinan la experiencia vivida de los mayores con la energía de los jóvenes y pos eso coexisten vigentes autoridades naturales, ancestrales, tradicionales con los oficiales modernos. Formas de autoridad que constituyen potenciales para la re-construcción de las nacionalidades con sus propios sistemas de autonomía y autogobierno. Muchas formas de autoridades se mantienen porque han asumido solamente roles subordinados o rituales que se hacen vigentes en determinadas situaciones de coyuntura.
Según los mismos dirigentes, en cada en cada ayllu, comunidad, etnia o nacionalidad y los pueblos que las conforman, como catalogaron los campesinos de Paca, existen tres tipos de componentes: “Los que sienten y padecen con la comunidad”, “los que sienten y ya no padecen con la comunidad” y “los que no siente ni padecen la comunidad”. Es decir, designa a los que se afirman en su ayllu, comunidad, etnia y nacionalidad en la vida cotidiana desde el interior; a los que solo sienten desde la lejanía a la comunidad pero que ya no padecen su cotidianidad porque son los que han emigrado; y a los que niegan su propia cultura aun conviviendo con las vicisitudes de la comunidad.
Los pueblos y nacionalidades que han aprendido a valorar y ejercer sus tradiciones históricas, culturales y lingüísticas, pese a la estigmatización negativa de las organizaciones indígenas, la criminalización de la protesta, de las organizaciones y la persecución de sus dirigentes que asumen la defensa de la vida, han construido las condiciones favorables para forjar una plataforma unificada y mínima no negociable de lucha de los pueblos por la tierras, el territorio, la cultura y la autonomía a nivel continental. Solo así se puede lograr contener el avance del neoliberalismo deshumanizante que promueve la cultura del despojo, de la moneda y la muerte.
En el Perú aún no se ha conseguido vertebrar un movimiento articulado de todos los pueblos y organizaciones indígenas, condición básica para la refundación del Perú como país pluricultural, multinacional y multilingüe. Para plasmar este mandato de la historia es necesario restablecer, restaurar, vigorizar o consolidar las organizaciones y maneras de vivir en comunidad desde los ayllus, las etnias y las nacionalidades originarias, nativas, ancestrales o indígenas.
El movimiento indígena para conseguir su rol protagónico debe asumir conscientemente una actitud política que aglutine a sus componentes no solamente a nivel nacional sino continental, porque la mayor fuerza agresora viene de las políticas neoliberales implementadas desde los países imperiales y la globalización. Esta decisión supone pasar de las acciones reivindicativas a las políticamente propositivas con miras a ejercer el poder desde los ayllus, comunidades, pueblos y nacionalidades y gradualmente construir un poder que reúna las características de la cultura andina: productiva y ritual, material y espiritual, recíproca y solidaria, festiva y cognitiva, capaz de resolver los problemas dentro de las comunidades sin acudir ni utilizar los procedimientos burocratizados y generalmente onerosos de los aparatos del Estado. Proceso en el que se debe incluir, también a las poblaciones emigrantes y urbanas marginales.
En el Perú, el esfuerzo para convocar y conducir al movimiento indígena está altamente fraccionado y requiere ser reforzado apelando el trabajo organizativo y activo con los residentes indígenas que por emigración se han establecido en ciudades y hasta en el exterior y que conservan las características y atributos de sus tradiciones culturales. Estas organizaciones mantienen de modo recreado el sentimiento de su identidad territorial y cultural para ejercer en la lejanía y desde la lejanía un espacio de reencuentro cultural que lleva a realizar encuentros deportivos, folclóricos, radiales, festividades y solidaridad ejercitando las tradiciones de la reciprocidad, pese al desarraigo que se produce gradualmente en los descendientes en segunda y tercera generación.
En las ciudades, principalmente Lima, existe un potencial humano propositivo de cada ayllu, comunidad, etnias y nacionalidades que agrupa a los inmigrantes que en su conjunto dan colorido multicultural a las ciudades que los albergan. Cumplen rol protagónico para reeditar en sus nuevos lugares de residencia en la vigorización de las tradiciones culturales locales y, de la misma manera, para proponer medios y posibilidades acciones y proyectos de sus lugares de origen. Estos potenciales son muestras del sentimiento proyectivo y progresivo para la construcción de una propuesta política.
Texto presentado en el Congreso Refundacional de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas Andinos del Perú, Lima, 12 y 13 de julio del 2013
https://www.alainet.org/es/active/65997?language=en
Del mismo autor
- Sobre los pueblos y nacionalidades andinas 25/07/2013
Clasificado en
Clasificado en:
