La Cumbre del Caribe

27/04/1999
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El 16 y 17 de abril se celebró en República Dominicana la "II Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe -AEC-", con la participación de 25 países de la región. Entre las principales temáticas de la Cumbre figuró el balance de los avances realizados en relación a la liberalización de los intercambios y la integración económica, en el marco subregional y bilateral. En la "Declaración de Santo Domingo", que resultó del evento, los jefes de Estado y de gobierno señalaron la importancia de lograr operativizar un espacio económico global, bajo el criterio de que "la mundialización constituye el mayor desafío para la región y presenta a la vez riesgos y oportunidades". La Declaración señala igualmente el compromiso de incrementar el espacio para el comercio y la inversión, en el marco de los principios establecidos por la Organización Mundial de Comercio. En esa perspectiva, se señaló la importancia de poner en marcha un plan de desarrollo turístico sostenible que, según los jefes de Estado, representa una gran posibilidad para aumentar las tasas de crecimiento, empleo, e ingreso de divisas. La Cumbre permitió, igualmente, que el conjunto de países del Caribe renovara su solidaridad con Cuba, representada por el presidente Fidel Castro; asimismo, de manera enfática, instaron al gobierno de los Estados Unidos a poner fin a la aplicación de la ley Helms-Burton, en conformidad con las resoluciones adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Más aún, la Declaración rechaza enérgicamente toda forma de injerencia en los asuntos internos de los Estados y la aplicación extraterritorial de leyes nacionales y medidas unilaterales; los programas, acciones y sus resultados deben inscribirse en el marco de acuerdos intergubernamentales, señalaron. A nivel político subregional, reiteraron su "compromiso de preservar, consolidar y fortalecer la democracia, el pluralismo político y el estado de derecho, marco privilegiado para el respeto, la defensa y la promoción de los derechos humanos, incluyendo el derecho al desarrollo y las libertades fundamentales". En esa línea, ubicaron al ejercicio de la participación ciudadana como un elemento indispensable para la instauración de una nueva cultura política. En relación al medio ambiente, afirmaron que el Mar del Caribe es un "bien inestimable", cuya protección es indispensable y rechazaron que "sea utilizado para el transporte continuo de desechos nucleares y tóxicos que, de una u otra manera, pueden provocar una mayor degradación". Un vistazo sobre el Caribe La zona del Caribe es de gran interés estratégico, tanto a nivel económico como político. Su ubicación geopolítica, entre la primera potencia mundial y América del Sur, que constituye una enorme reserva de materias primas, es trascendente. Según datos publicados por ALAI, el Caribe contiene importantes recursos naturales y materias primas, tales como la bauxita, níquel y metales preciosos. Los países productores de petróleo del Caribe (Venezuela, México, Colombia, Trinidad, etc.) concentran poco más del 10% de las reservas mundiales conocidas y aprovisionan a una quinta parte del mercado mundial. El Caribe es también un importante centro financiero internacional, conocido por sus zonas francas y paraísos fiscales. Las Bahamas y las Islas Cayman, por ejemplo, juegan un rol planetario. Miles de millones de dólares, generados por el tráfico de drogas, se blanquean en el Caribe. Los 250 millones de habitantes de la subregión constituyen un mercado importante, cerca del 50% de importaciones provienen de los Estados Unidos, país que ejerce a la vez una presión militar considerable en la región; mantiene innumerables bases militares, y realiza ejercicios de entrenamiento regulares en el área. Europa, por su parte, ha desarrollado su ofensiva por mantener su influencia, Francia, por ejemplo, mantiene su intervención ideológica y lucha por la conquista de mercados, a través de los llamados "departamentos franceses" (Martinica, Guadalupe, Guyana). Numerosas barreras, que resultaron del pasado colonial, se han levantado entre los pueblos, entre ellas la lingüística, lo que limita los flujos de información entre los países. Para paliar a esa situación, diversas iniciativas de acercamiento están siendo impulsadas por organizaciones democráticas y populares.
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