Balance de un paro nacional

10/06/2004
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Uno de los temas que merece ser valorado como un logro de primer orden en el paro nacional del 8 de junio, es la participación unitaria de la mas variada gama de organizaciones sociales, que con propuestas concretas, puso en evidencia los profundos vacíos que el Estado guatemalteco presenta en los tres temas levantados en la protesta. A saber: la ausencia de una verdadera legislación agraria y el uso indiscriminado de la violencia en los desalojos de fincas ocupadas por campesinos, la inconsistencia del paquete fiscal que se encuentra en discusión en el congreso de la republica y su carácter regresivo, y la falta de información sobre una mala negociación en el TLCAUSA. No se trata de algo menor, especialmente si se toma en cuenta que el sector empresarial, fiel aliado del gobierno, se ha limitado a levantar lugares comunes en los puntos indicados. En un caso, invocando el respeto a la sacrosanta propiedad privada. En otro la imposibilidad de pagar mas impuestos pues con estos se pierde la competitividad y en el caso del TLCAUSA, señalando las enormes oportunidades que se abren al país, etcétera. Mientras que el gobierno se había dedicado a señalar la corrupción del gobierno anterior como la causa de todos los males. El fondo del asunto es que ahora tiene que pagar sus impuestos y dejar de evadir su responsabilidad fiscal, tal y como se ha hecho evidente con la publicación de la lista de contribuyentes especiales, todos evasores millonarios, que los deja sin la hoja de parra para exigir, como siempre, un trato especial. A otro nivel de análisis, es importante señalar que por primera vez luego de la firma de la paz en 1996, las organizaciones campesinas, obreras, estudiantiles, de mujeres, de pobladores, de derechos humanos y largo listado, promovieron un paro de alcance nacional con millares de participantes en diferentes actividades que incluyeron marchas, cierre de carreteras, fronteras, aeropuertos, y bloqueo de edificios públicos. Antes solo se habían producido movilizaciones populares parciales, y otras que en casos eran convocadas por las organizaciones empresariales en defensa de su agenda particular. En suma, el 8 de junio será recordada en Guatemala como una jornada que desde ya se puede calificar de histórica. Pero además, se consiguió una negociación con los tres poderes del Estado y en los acuerdos alcanzados el tema agrario sale a la superficie con todo su vigor, así como el carácter regresivo de una propuesta fiscal en la que el ejecutivo tuvo que dar marcha atrás. El TLC será a partir del paro nacional un tema de discusión por todos los sectores y la ratificación del mismo dependerá de una consulta popular que luego de un proceso de información debe tener lugar. En síntesis se trata de una jornada que terminó con éxito. Sin embargo lo más significativo de estas jornadas es la disposición de las más diversas organizaciones sociales para continuar con los esfuerzos unitarios, con las propuestas compartidas y con la claridad de que solo la lucha unificada puede dar frutos, antes que las luchas sectoriales desvinculadas o aisladas. En este sentido, la jornada del 8 de junio realizada en Guatemala pone de manifiesto algo que muchas veces se pierde de vista: solo la unidad de acción de las luchas populares puede dar paso a la construcción del bloque, polo o alianza popular que todos necesitamos. Es el ABC de la unidad lo que se pudo observar en las calles, ciudades, carreteras y otros lugares de un país que como el nuestro parecía haber olvidado que la movilización social es el instrumento principal para el impulso de sus demandas más inmediatas. Por ello, el actual gobierno que apenas con cuatro meses debe hacer frente a esta renovada ola de lucha social, debe saber que ya no podría gobernar sin hacer caso a las demandas populares. Se abre ahora un compás de espera que contra todo pronostico no será pasivo, por el contrario, existe la disposición en las mas variadas expresiones sociales de dar un seguimiento activo al cumplimiento de los compromisos. Adicionalmente, el movimiento social es consciente de sus enormes posibilidades, cosa que desde hace tiempo no lo sabía. Ese es el logro mayor.
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