Triunfo electoral de la derecha

15/10/1999
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El candidato ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, Adolfo Portillo, del Frente Republicano Guatemalteco (FRG) parece tener todas las cartas a su favor para triunfar en la segunda vuelta del 26 de diciembre. Las cifras sugieren que será muy difícil que su contendiente Óscar Berger, del Partido de Avanzada Nacional (PAN), pueda superar la diferencia de votación (47,7% contra 30,4%, respectivamente). Más allá del resultado de la segunda vuelta, el derechista FRG ya tiene asegurado el Congreso, con una mayoría absoluta de 64 de los 113 curules de diputados. El PAN, actual partido de gobierno, obtuvo 37 puestos y la izquierdista Alianza Nueva Nación (ANN), 10. Se estima que Berger pagó por el descrédito del gobierno de Álvaro Arzú, quién no supo aprovechar las ventajas -recursos y apoyo interno e internacional- que le trajo la firma de la paz. La ANN, que representa una nueva fuerza electoral que incluye a la ex guerrillera Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-, causó sorpresa al obtener el 11,6%, cuando las encuestas le daban apenas el 7%. Entre la bancada de la ANN en el Congreso electo figuran entre otros la conocida defensora de derechos humanos Nineth Montenegro y los líderes indígenas Pablo Cetto y Fermina López. La ANN anunció que no apoyará "ningún partido de derecha" en la segunda vuelta y dejó en libertad la votación de su militancia. Su candidato Alvaro Colom retó a los ganadores a debatir los temas de fondo y a dejar de lado la "campaña negra" de descalificaciones e insultos que caracterizó la primera vuelta. Además de Presidente y Diputados, el electorado guatemalteco eligió 20 representantes al Parlamento Centroamericano y 330 alcaldes. En ambos el FRG lleva la mayoría, con más o menos la mitad de los primeros y unas 145 alcaldías contra 105 para el PAN. Mientras el PAN obtuvo mayor votación en la capital, donde según resultados provisionales habría ganado la alcaldía, el FRG se impuso en el resto del país; se estima que una de sus bases más fuertes son las zonas de repoblación, endoctrinadas contra la izquierda. Persiste una alta tasa de abstención electoral: solo un 53% del electorado acudió a las urnas, lo cual, sin embargo, representa una participación mayor que en anteriores contiendas electorales donde el abstencionismo ha llegado a cerca del 60%. El partido del ex dictador Ríos Montt El claro triunfador de la jornada fue el partido del ex dictador Efraín Ríos Montt -reconocido como uno de los más sanginarios de la historia reciente guatemalteca- que tendrá en sus manos el poder legislativo, y muy posiblemente también el poder ejecutivo. La bancada eferregista en el Congreso incluirá al propio Ríos Montt -quien probablemente lo presidirá-, junto con su hija y su yerno, y al menos seis ex militares de la línea dura. Entre ellos, los generales Byron Barrientos, ex oficial de más alto rango de la inteligencia militar, responsable de liquidar a los reductos urbanos de la guerrilla; Arturo de la Cruz, encargado de diseñar las políticas de reconcentración de la población desplazada por las masacres en aldeas modelos; Juan Santa Cruz Tecú, responsable de la organización de grupos paramilitares y de inteligencia militar; y Luis Felipe Miranda Trejo, quien ideó y diseñó el modelo de las temidas Patrullas de Autodefensa Civil -PAC-, que fueron la punta de lanza de la contrainsurgencia en las zonas campesinas. Ríos Montt, quien gobernó el país en 1982-3 -uno de los períodos más represivos de las dictaduras guatemaltecas-, fue el responsable de la política de tierra arrasada y está acusado de haber eliminado 400 aldeas indígenas en su estrategia contra la guerrilla. Respecto al apoyo electoral recibido por ese partido, Nineth Montenegro exclamaba que "los desaparecidos estarían horrorizados de ver esta ausencia de memoria colectiva de los guatemaltecos". Los 36 años de guerra interna en Guatemala dejaron un saldo de 200.000 muertos y desaparecidos. Su candidato presidencial, Alfonso Portillo, un profesor universitario de 48 años, en tanto, tiene antecedentes de diversos tintes políticos y con períodos oscuros en su vida. En su juventud tuvo vinculaciones con la guerrilla, cuando estudiaba en México, y en ese país fue acusado del homicidio de dos jóvenes en 1982, por el que estuvo prófugo de la justicia hasta que prescribió el delito en 1995. A su regreso a Guatemala en 1989 se incorporó al Partido Socialista Democrático, luego transitó por la Democracia Cristiana, antes de entrar a la FRG en 1995. Incluso en 1994, suscribió un mensaje de la DC al electorado advirtiendo que si se votaba por el general Ríos Montt, "vamos a retornar a la violencia del pasado y a la incapacidad de manejar políticamente al país". Apenas un año después, declaró que el día en que conoció a Ríos Montt fue "el más feliz de mi vida". Los críticos de Portillo lo señalan como una persona sin valores y con una asombrosa capacidad demagógica y populista. En estas elecciones, el FRG logró incorporar en la lista de diputados al ex-presidente de la República Ramiro de León Carpio, lo cual le sirvió para ablandar su imagen. También destaca la presencia del ex-comunista Carlos Cáceres, quien aparece como uno los principales asesores de Portillo. Por la presencia de estas figuras, hay quienes hablan de que estaría articulándose un sector moderado al interior de esta colectividad política en la cual tienen un peso considerable segmentos fundamentalistas religiosos, como la Iglesia del Verbo, de la que hace parte el propio general. Queda por ver, entonces, si Portillo llega a la presidencia, qué orientación imprimirá a su gobierno -su campaña populista se basó en promesas de combatir el crimen y la pobreza- y qué margen de maniobra tendrá al interior de su partido para implementarlo.
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