Cien millones, cien llantos
03/10/2012
- Opinión
Ricardo Álvarez y algunos diarios del país han trasladado a Honduras la campaña electoral de Venezuela y están enfrentados con Hugo Chávez, como si a este líder de nivel continental y mundial (sus relaciones son con los presidentes de China, Rusia, Irán, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, para solo mencionar algunos) le quitaran el sueño las aspiraciones del alcalde del remedo de ciudad que se llama Tegucigalpa. Ha advertido Don Ricardo al Comandante Hugo Chávez que ni siquiera le dirija la palabra y que no aceptará, en el caso remoto de que llegue a Presidente de Honduras, ni un tan solo petrodólar bolivariano. De paso, Ricardo arremete en contra del Presidente venezolano porque, según él y su voceros a través de los medios impresos y de radio y televisión, Chávez se entromete en los asuntos de Honduras cuando regala 100 tractores para los campesinos hondureños (algunos de esos tractores se encuentran en los cuarteles o en las fincas de altos oficiales), porque nos donó cuatro millones de bombillos ahorradores que fueron instalados en la casas de miles de hondureños, porque nos condonó una millonaria deuda que Honduras tenía con Venezuela, porque nos vendía petróleo en condiciones sumamente favorables para Honduras lo que permitió que tuviéramos acceso a los combustibles a precios mas baratos.
De paso se quejan de que Chávez debería utilizar todos esos fondos en el desarrollo de Venezuela, porque Honduras es un país que no necesita de nadie para resolver sus propios problemas, a pesar de que hemos demostrado al mundo nuestra miseria, de que nuestra política exterior se ha caracterizado por el más vergonzoso pedigüeñismo y porque los políticos que nos gobiernan no dudan ni un momento para vender el país por jirones para hacer ciudades modelos extrañas a los catrachos caitudos.
Ya David Romero ha demostrado, mediante un trabajo de investigación meticuloso en los mismos diarios que hoy ponen el grito en el cielo, que no hay tales 100 millones regalados y que los dineros que provenían de Petrocaribe quedaron depositados en el Banco Central cuando a Zelaya se le dio el golpe de Estado y que ha sido el gobierno usurpador de Micheleti quien se repartió con la cuchara grande, pues también el alcalde Ricardo Álvarez recibió una tajada de 90 millones de lempiras que seguramente fueron utilizados para financiar las marchas de los camisetas blancas.
A un pueblo con valores éticos lo único que le queda es agradecer los gestos de solidarizad que el Presidente Chávez ha tenido para con nosotros los catrachos: los que compramos combustibles a menores precios, los que recibimos los bombillos ahorradores en nuestras casas, quienes recibieron los tractores, los miles que fueron a Caracas a operarse de los ojos,… ¿qué más pueden hace sino agradecer?
Chávez, por su alto nivel humanista y su verdadero talante de líder, no ha querido que solo Venezuela sea la beneficiaria de las riquezas que la naturaleza le ha dotado, riquezas que antes eran explotadas por las grandes transnacionales del petróleo y que ahora han vuelto a las manos del pueblo de Bolívar. Él ha querido compartir con nuestros pueblos, sin regalarnos nada, sino que permitiéndonos el uso de algunos recursos que debemos pagar en condiciones sumamente favorables por los bajos intereses y por los largos plazos que nos concede, de tal suerte que Venezuela, al apoyarnos también asegura su futuro porque es dinero que tiene invertido en forma solidaria en nuestros países.
Los politiqueros del patio afirman que estas ayudas solidarias estaban destinadas a destruir la democracia hondureña y caraquean, como gallinas cluecas, cosa que no han hecho cuando los Estados Unidos nos presta dinero en condiciones mas desfavorables y enajena a cambio la soberanía nacional al apoderarse de la base de Palmerota y al darle instrucciones al Presidente de Honduras hasta para que reestructure la cúpula militar catracha. Lo que no explican es de qué democracia hablan estos señores, porque realmente aquí no hemos tenido democracia sino una oligocracia que ha usurpado el poder de la nación para propio beneficio, manteniendo a la mayoría de los hondureños en la miseria total.
Chávez está a punto de ganar nuevamente las elecciones presidenciales en Venezuela. Cuenta con el respaldo de la gran mayoría del pueblo venezolano que ahora es además bolivariano. Ese mismo pueblo que los corruptos gobiernos anteriores lo mantuvieron por muchos siglos en la miseria total, a pesar de los grandes recursos con que cuenta ese país. Ese pueblo votará por Chávez porque él y su gobierno les ha dotado de casas dignas (dignas de verdad no como los cuchitriles con que Ricardo insulta a los pobres de Honduras), les ha vuelto la dignidad al erradicar el analfabetismo, les ha proporcionado un sistema de salud eficiente (en los últimos años ha construido 50 hospitales, que no tienen comparación con la miseria del Hospital Escuela), ha mejorado la enseñanza primaria y secundaria y ha dotado de computadora a todos los niños escolares, ha creado nuevas empresas administradas por los trabajadores para la fabricación de computadoras, de tractores, de accesorios para celulares, etc., ha elevado el nivel de vida de los pobres y ha superado en gran medida la miseria, ha cultivado el nivel artístico de los niños al crear escuelas de música y orquestas sinfónicas juveniles en casi todos los municipios del país, ha mejorado las expectativas de los jóvenes para que puedan asistir a la universidad, está construyendo grandes hidroeléctricas para ir dependiendo cada vez menos del petróleo que es un recurso no renovable, ha redistribuido las tierras entre los campesinos; en pocas palabras, le ha devuelto la esperanza y la dignidad a un pueblo que fue, por siglos, ultrajado por los politiqueros.
Todo este pataleo de la derecha radical, también instrumentalizada desde fuera, no tiene pies ni cabeza porque a Chávez le importa un pito lo que de él digan nuestros indignos gobernantes y politiqueros de aldea y porque, además, toda esta alharaca no es más que el llanto prematuro por lo que aquí, en Honduras, está a punto de suceder: el pueblo, que despertó gracias al golpe de Estado, ha dicho basta y ha decidido retomar a su patria para conducirla por los destinos de verdadero progreso, de la mano con aquellos pueblos y gobiernos, como el pueblo bolivariano de Venezuela y su Presidente Chávez, que quieran ayudarnos verdaderamente a superar la miseria que ahora nos inunda y a recuperar la dignidad.
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