”Huelga militar”?

25/05/2012
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La expresión es del historiador Malcom Deas en un Seminario en Cartagena hace varios años para referirse a la perspectiva histórica de las relaciones civiles - militares en Colombia y afirmaba: “Hay buenas y malas relaciones en sucesivas administraciones y en sucesivas coyunturas…hay altibajos en las relación, hay armonías y conflictos. Aún a veces, hay especie de, si se quiere, huelga militar…Huelga militar, amenazas de retiros, amenazas de no colaborar. Eso sí existe aquí, de vez en cuando.” La pregunta pertinente sería, si eso es lo que está sucediendo actualmente.
 
No solamente por los correos que se conocieron de algunos oficiales en retiro, uno de ellos aparentemente excedido en cuanto insinúa un cambio del Presidente, aparentemente por el incumplimiento de promesas de campaña en cuanto a aspiraciones prestacionales, legítimas seguramente, pero hay que ser cuidadoso porque no sólo se está en los límites del código penal, sino que se envía un mensaje negativo a los miembros activos de la Fuerza Pública y a la sociedad. Porque es claro que los miembros de la reserva de la Fuerza Pública tienen su legítimo derecho, como retirados, a opinar sobre los problemas del país, a plantear sus demandas salariales y a expresar sus preferencias políticas, pero en la medida en que son parte de la reserva activa de la Fuerza Pública, deben ser más cuidadosos que los demás civiles.
 
También se ha venido planteando por algún sector político que hay desgano en la Fuerza Pública para combatir, que en cierta medida se estaría configurando una situación como la mencionada por Malcom Deas de ‘huelga militar’, arguyendo, de un lado, falta de claridad acerca del fuero militar y el llamado empapelamiento del que pueden ser objeto posterior al desarrollo de operaciones o combates militares y del otro, el que el Presidente esté insistiendo en eventuales conversaciones de paz con la guerrilla, argumento que no compartimos, pues una tropa bien entrenada y bien formada, como es la de nuestra Fuerza Pública, debe tener claro que los conflictos armados terminan en una mesa de negociación. Esto ha sido desmentido por los comandantes de las fuerzas, quienes insisten en que hay una moral y entusiasmo para el combate claros en los miembros de la Fuerza Pública.
 
Hay necesidad de diferenciar dos situaciones, la primera, es verdad que hay necesidad de que se haga claridad acerca del fuero militar –esta es una institución histórica de casi todos los ejércitos del mundo- y en esa dirección apunta el proyecto en trámite en el Congreso elaborado por una comisión de juristas especializados y con participación de miembros retirados de la Fuerza Pública; la segunda, es que no se puede olvidar  que estamos en medio de una confrontación armada con unas fuerzas guerrilleras que siguen teniendo una capacidad de producir daño importante –a pesar de los golpes que la Fuerza Pública les ha propinado- y que cuando se producen errores –por rutina o por apreciaciones equivocadas de situaciones tácticas- por parte de unidades militares en el terreno, esto puede tener consecuencias lamentables; es la lógica de los enfrentamientos armados y de las guerras.
 
Finalmente debemos decir que siempre debemos tener claro que en una democracia un principio fundamental es la subordinación de la Fuerza militar y policial a las autoridades democráticamente electas, quienes las conducen y orientan.
 
- Alejo Vargas Velásquez es profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y
coordinador del Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa.
https://www.alainet.org/es/active/55138
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