Una relación menos tensa

25/04/2012
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Muchas personas han estado promoviendo la idea de lo beneficioso que sería una relación menos tensa entre Cuba y Estados Unidos. Se plantea que esto pudiera resultar favorable para ambos países y lo que es más importante, para sus ciudadanos y en especial para aquellos que habiendo nacido en uno de los dos países residen en el otro.

Pudiera decirse que estos últimos serían los más interesados en que mejorara el clima existente, acompañado de tener plena libertad para visitar a sus familiares o enviarles algún tipo de ayuda sin estar sujeto a regulaciones restrictivas.

Los académicos, científicos, educadores y profesionales en general, seguramente mostrarían interés en desarrollar intercambio con sus similares del país vecino. Primero por lo interesante que pudiera ser la comparación de las situaciones y problemas de cada cual y segundo por el tipo de cooperación que se establecería entre ambos grupos de personas.

Algo similar pudiera concretarse entre miembros de otras profesiones, principalmente artistas y deportistas que seguramente estrían muy complacidos del intercambio, la sana competencia, la mutua comunicación de experiencias y nuevas formas y técnicas que se estén desarrollando en los campos específicos de cada uno de ellos.

La industria y el comercio no estarían ausentes en el desarrollo de esta nueva relación y posiblemente serían de los primeros en sacar provecho a la misma, con la seguridad de que amplios beneficios se obtendrían para ambas partes.

¿Sobre qué bases se pudiera comenzar a construir lo que hemos llamado una relación menos tensa entre ambos países?

Consideramos que el primer principio sería el respeto mutuo a la soberanía y a la autodeterminación de cada uno. Si para tener una relación menos tensa tuviéramos que esperar a que Cuba se convierta en un país capitalista o Estados Unidos comience a construir el socialismo, es decir que las diferencias políticas entre los dos sistemas dejaran de existir, el camino sería infinitamente largo.

En un proceso como este debe existir una confianza política en ambos lados y estar convencido de que una nación no se está tratando de cambiar el sistema establecido en la otra, sino que se acepta este como algo cuyos parámetros y características solamente le competen a los ciudadanos que viven en la misma.

Si analizamos el tipo de gobierno y sistema establecido en los países con que Estados Unidos y Cuba tienen relaciones diplomáticas, podremos ver un ejemplo práctico de lo que estamos planteando.

Las relaciones se mantienen con países capitalistas, reinados, países socialistas, repúblicas con varios tipos de gobierno, comunidades de estados, e independientemente de que en un momento determinado pudieran existir diferencias sobre alguna situación, por medio de la diplomacia y la buena voluntad, se trata siempre de solucionar el asunto y mantener una relación aceptable entre ambos, sin que esto quiera decir que tengan criterios similares sobre todos los asuntos propios de sus relaciones diplomáticas o que en un momento determinado no pueda surgir una crisis.

Tratando de sintetizar las épocas y eventos que en mi criterio han caracterizado la situación existente entre Cuba y Estados Unidos, pudiera comenzar con una época de hostilidad, si tomamos en consideración las situaciones entre los dos países en los años 60 y principios de los 70 del pasado siglo.

A mediados de los 70 comenzó una época donde se dan algunos pasos buscando la posibilidad de un arreglo conveniente para ambos, que culmina a finales de los 70 y principio de los 80 y trae como resultado la firma de algunos acuerdos, entre otros los límites marítimos y de la zona económica, la apertura de las Oficinas de Intereses y los acuerdos migratorios.

Los finales de los 80, más los 90 y pudiéramos incluir los años que van corriendo de este siglo, se han caracterizado por la hostilidad, con avances limitados en algunos aspectos de la situación entre ambos países, como la colaboración en la lucha contra la droga, la venta de alimentos por parte de Estados Unidos, una aplicación más benévola en las restricciones de viajes a Cuba y envío de remesas, al igual que en viajes de distintos grupos y algún que otro avance.

¿Hacia donde debemos avanzar ahora?

En mi criterio lo primero ahora es promover el análisis conjunto, la discusión y en los casos que sea posible el acuerdo sobre las situaciones que se mantienen faltas de solución entre ambos países, aunque el acuerdo a que se llegue sea que ahora no hay acuerdo, pero eso permitiría al menos conocer las posiciones de la otra parte y analizar las propias, que pudieran modificarse, para en un futuro llegar a la fórmula aceptable para ambos.

Es evidente que ya no tenemos que comenzar de cero. Lo que está funcionando pudiera ser objeto de análisis para perfeccionar su funcionamiento y lograr mejores resultados, pero quizás sería mejor entrar en el análisis de otros aspectos que ampliarían el rango de asuntos en que ambos países tiene cierta y determinada coincidencia, así como un nivel de cooperación, aunque este al principio sea limitado.

Esto demostraría la voluntad política de ambas partes de avanzar hacia nuevas fronteras, que amplíen la convivencia pacífica entre ellos, independientemente de las diferencias ideológicas que pudieran existir, todo fundamentado en los principios de respeto mutuo y no intervención en los asuntos internos del otro país.

El petróleo sería quizás un buen punto por donde comenzar. Estados Unidos es un gran consumidor de petróleo, Cuba en pocos meses se convertirá en un productor importante de este rublo.

Se ha comenzado a tener ciertos contactos en relación con la seguridad en las perforaciones en alta mar, servicio que puede ser suministrado por empresas estadounidenses, lo cual les ofrecerá una posibilidad adicional en cuanto al rápido control de cualquier situación de peligro que surja.

Pudiera analizarse la posibilidad de que personal estadounidense trabaje en estas perforaciones, que empresa estadounidenses perforen en la zona económica exclusiva de Cuba y que una parte del petróleo que se produzca pueda exportarse a Estados Unidos.

Cuba no tiene una sola ley que prohíba esto. Estados Unidos tendría que modificar las leyes que rigen el bloqueo a Cuba. Ya se ha comenzado a discutir en el Congreso estadounidense un proyecto que se refieren a este asunto, que de convertirse en ley, darían todas las libertades necesarias a las empresas para operar en aguas cubanas.

La venta de petróleo cubano a Estados Unidos implicará que Cuba tendrá en su poder unos cuantos millones de dólares, que utilizará en comprar aquello que necesite para su desarrollo y mantenimiento del ritmo del país, no solamente alimentos, sino también medicinas, equipos y en algunos casos fábricas completas. La realidad es que si Estados Unidos no le vende a Cuba lo que esta necesita, lo podrá comprar en otros países, después del petróleo, con menos limitaciones financieras.

No creo que el pragmatismo de los hombres de negocio estadounidenses les permita ver eso con calma. Tampoco creo que el propio gobierno de Estados Unidos, que pudiera encontrar en el comercio con Cuba un alivio a la situación económica del país, ya que este promovería empleos y utilidades, dejaría pasar por alto la posibilidad de que sean sus comerciantes los que vendan a Cuba.

Aquí comienza a formarse la bola de nieve. Mientras más rueda, más grande resulta. Los problemas comienzan a verse desde otro punto de vista, la comunidad de intereses económicos puede resultar trascendental para que otros aspectos de la situación entre ambos países se resuelvan sin esfuerzos extraordinarios.

La hostilidad quedaría relegada al pasado y nadie desearía que se agrie el pastel donde está comiendo. Las fuerzas contrarias a la paz y el entendimiento mutuo tendrían una severa pérdida, que tratarían de superar, pero sería difícil lo logren, si el clima de entendimiento avanza.

¿Es este el momento apropiado para que se inicie el proceso a que me refiero?

Pudiéramos decir que Cuba, desde hace bastante tiempo y por declaraciones de su presidente, el General de Ejército Raúl Castro, ha manifestado su disposición al análisis y la discusión con Estados Unidos de todo lo que ese país desee y siempre ha recalcado que dicha actividad no debe estar precedida de condicionamiento alguno y en la misma debe regir el respeto mutuo, la igualdad, la autodeterminación y la soberanía de cada nación.

Por parte de Estados Unidos se han realizado algunos pronunciamientos, pero en mi criterio, estos se han caracterizado precisamente por el condicionamiento a la realización de ciertas acciones por parte de Cuba que tienen que ver con su situación interna, lo que afecta la autodeterminación del país. En resumen, estos condicionamiento pueden calificarse como una forma equivocada de enfocar el problema, si en realidad se quiere avanzar en el mejoramiento de la situación.

No puede olvidarse que en estos momentos Estados Unidos está en plena campaña electoral, que el actual presidente, Barack Obama, no quisiera agregar a la situación económica del país, el desempleo, la rebelión del 99 por ciento y todas las promesas incumplidas de la campaña electoral anterior, una situación difícil con una parte del electorado en La Florida. Esto pudiera implicar que hasta después de noviembre nada se moverá con Cuba.

Sin embargo, tampoco podemos olvidar que Obama es presidente porque representa y defiende los intereses de la clase dominante en Estados Unidos y para continuar en ese puesto, como es su interés, debe continuar representándolos y defendiéndolos, de ahí que la fórmula del Congreso, para liberar del bloqueo la actividad petrolera, pudiera ser una inteligente vía de solución.

El factor electoral debe ser en estos momentos el de mayor importancia en el desarrollo de los acontecimientos. De acuerdo con lo que sus asesores de campaña le aconsejen, pudiéramos en poco tiempo detectar que algo se está moviendo en este sentido, o sencillamente, que se ha continuado con la inactividad diplomática y las acciones hostiles, lo que significa que debemos esperar a noviembre, donde el resultado electoral determinará con quién conversamos.

Siempre conversaremos, cualquiera que sea su nombre, con el representante y defensor de los intereses de la clase dominante en Estados Unidos.

- Dr. Néstor García Iturbe es editor del Boletín Informativo El Heraldo, Cuba.
https://www.alainet.org/es/active/54374?language=es
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