Bolivia

60mo aniversario de la gran revolución nacional y social de 1952

Ricardo Angel Cardona

28/03/2012

Opinión

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El 9 de Abril de 1952 se llevaba a cabo en Bolivia una de las revoluciones populares más profundas y duraderas, por sus alcances económicos, sociales y culturales, dentro de la gran región indo-latinoamericana.

La revolución mexicana antes en 1910 y la revolución cubana después en 1959, redondearon debidamente el contenido programático que reclamaban las masas pobres del continente para poder aspirar con certeza a un futuro optimista que las sacara en primera instancia del atraso económico, social y cultural, para después posteriormente apuntarse hacia el desarrollo integral sostenible y acelerado.

Bolivia tenía como antecedente de la gran revolución de 1952 a los militares socializantes emergidos de la llamada guerra del Chaco de 1932, donde dentro del fragor de la lucha contra un país hermano y vecino se mezclaron por primera todas las clases sociales y etnias existentes en el extenso territorio del país andino-amazónico-chaqueño-platense. Renació también la conciencia bolivariana de la nación y con esto la necesidad de la integración latinoamericana.

El resultado visible fue la conformación en pleno territorio de guerra de la agrupación militar RADEPA (Razón de Patria), conformada por miliares jóvenes ansiosos de realizar cambios profundos en la sociedad boliviana que cortara de raíz los males ancestrales de la nación como la pobreza, la hegemonía de la oligarquía o “rosca” minero-feudal, la falta de caminos y ferrocarriles, la inexistencia de empresas estatales especialmente del petróleo, gas y minerales, la presencia generalizada del pongueaje o sumisión feudal de los campesinos a los patronos latifundistas, la inexistencia o falta de democracia real con la participación del 100% de la población con mayoría de edad, incluyendo a los sectores excluidos o relegados de siempre, es decir a las mujeres, los analfabetos, los obreros y los campesinos.

En 1943 accedió al poder el Coronel Gualberto Villarroel, joven militar revolucionario de RADEPA, en plena segunda guerra mundial, con un programa de transformaciones económicas, sociales y culturales muy profundas que lo llevaron a expresar “no soy enemigo de los ricos pero soy mas amigo de los pobres”. Fue Villarroel tanto más amigo de los pobres que terminó su vida colgado en un farol, junto a sus edecanes, por la arremetida violenta, contra-revolucionaria y conjunta de la derecha minero-feudal coaligada con la oligarquía rural, los universitarios reaccionarios, la izquierda internacional que no comprendió el fenómeno de los militares nacionalistas de izquierda, un fenómeno que después sería muy común en Suramérica, como se comprobó especialmente en la gesta social y económica del General. de los Pobres Juan Domingo Perón en la Argentina. Como también en 1968 del General Juan Velasco Alvarado en Perú, entre otros.

También se conformó en 1942 y se llevó a cabo la creación del partido político MNR en la localidad de Viacha, organizado por una pléyade de jóvenes idealistas conducidos entre otros por el líder de la insurrección obrero-campesino-popular de 1952 en La Paz, Dr. Hernán Siles Zuazo, quien gobernó posteriormente el país dos veces alternadas entre 1956-1960 en primera instancia y entre 1982-1984 la segunda.

En esta última oportunidad Hernán Siles Zuazo gobernó conjuntamente con la UDP, continuando así con las transformaciones sociales y económicas de 1952 a favor de obreros, campesinos, clases medias y pequeños y medianos empresarios privados.

La revolución de 1952 fue de esta manera antecedida por la necesidad de construir la nación, unificarla, desarrollarla y sacarla del atraso evidente frente a sus vecinos más desarrollados de la región. Estas tareas siguen pendientes en gran medida después de 60 años transcurridos, pero ahora en 2012 y desde 2006 se realizan los cambios en otro nivel político más elevado como es el actual proceso de transformaciones socio-económico-culturales, liderado por el presidente Evo Morales y su partido el MAS.

Sin embargo, tampoco se puede entender el actual proceso de transformaciones sin tener en cuenta los cambios efectuados en 1952 hasta 1959, como la reforma agraria, la nacionalización de las minas, el voto universal, la reforma educativa, la ampliación de la empresa petrolera YPFB, la potenciación industrial y agro-industrial y la construcción de una nueva infraestructura caminera y ferroviaria.

Se puede expresar sin temor a equivocarnos que 1952 transformó la calidad del Estado en Bolivia, transformándolo de un Estado Burgués y Feudal en un Estado Popular y Revolucionario en tránsito hacia un Estado Obrero o Socialista. Los obreros de las minas y fábricas crearon poderosas organizaciones sindicales, lo mismo que los campesinos, quedándose ambos para siempre en el panorama político nacional, enfrentando permanentemente a los diversos gobiernos reaccionarios posteriores, que pretendieron e intentaron traicionar en los hechos el programa y las conquistas alcanzadas por la gran revolución nacional y popular de 1952.

Un ejemplo fue la guerra del agua en el año 2000 y la del gas en el 2003, contra los gobiernos de Hugo Bánzer y Gonzalo Sánchez de Lozada, respectivamente, que tuvo como consecuencia la renuncia por enfermedad del primero y la huida del segundo hacia las tierras cómplices de Norteamérica. El proceso de cambio actual necesita por tanto de la profundización necesaria desde las bases del pueblo boliviano. Por la vía de un proceso revolucionario tecno-productivo y energético en gran escala.

En el año 2003, con la guerra del gas, surgió la llamada Agenda de Octubre, recogiendo tradicionales banderas de lucha y la nueva aspiración popular emergente de industrializar el país con el gas natural. Esta fijaba objetivos que conviene recordar: 1) No venta de gas a Chile ni a Estados Unidos por el sistema LNG en barcos, 2) Convocatoria a una Asamblea Constituyente, y c) Industrializar el país con el gas natural y la electricidad producida en hidro- y termoeléctricas ya que son los insumos imprescindibles y más importantes para este objetivo.

Con el rotundo triunfo electoral de la fórmula encabezada por Evo Morales en el año 2005 se inauguró un nuevo período en la vida política y social del país. Y por tanto se comenzó a levantar el abandono y liquidación parcial de la revolución interrumpida de 1952, empezando con cumplirse de hecho dicha Agenda de Octubre del año 2003.

Las empresas del Estado Popular Boliviano deben crecer aceleradamente en base a planes de producción, valor agregado y alianzas estratégicas en empresas mixtas con los agentes económicos sociales y comunitarios. Cambiar la organización estatal, dándosele un carácter de clase trabajadora y revolucionaria. Si se reflexiona este aspecto pudiera ser el factor medular dentro de la revolución. Por tanto, manteniendo la vieja economía intocada, no habrá revolución social y económica definitiva. Debe cambiarse necesariamente el antiguo sistema de gran propiedad privada de los medios de producción y debiera crearse nuevas relaciones de producción que liberen definitivamente el desarrollo de las nuevas fuerzas productivas.

El nuevo modo de producción tecno-científico deberá producir más riqueza que el anterior modo de producción capitalista o feudal, más alimentos, servicios y manufacturas, y ser realizado por y para el pueblo. En esta lógica se basa la emancipación de los trabajadores, la liberación y pago justo por su trabajo y el bienestar de la sociedad en general. Existe evidentemente un proceso histórico, más o menos largo, que en las actuales circunstancias de integración anti-imperialista que vive América Latina y el mundo debiera ser más corto que largo, denominándose por tanto como período de transición al socialismo en Bolivia y la región.

La Revolución Social se ha iniciado vigorosamente y se debe continuar con la Revolución Política, consistente en desplazar a las clases dominantes y poseedoras, quitándoles poder político y económico. Por tanto la clase trabajadora y el pueblo revolucionario deberán profundizar la democracia y la justicia social, liquidando latifundios y todo resabio práctico y mental de colonialismo obsoleto. En el futuro se debiera profundizar la construcción del Estado Popular heredado de la gran revolución de 1952, excluyendo a las oligarquías, al imperialismo y a toda forma retrógrada, anacrónica, burocrática y autoritaria de proceder.

Se debe promover e incentivar las actividades y libertades de las masas populares y los trabajadores. Planificar la economía y el desarrollo económico, elevar las fuerzas productivas tanto subjetivas (trabajadores) como materiales (instrumentales, fábricas técnicas y energéticas). Con atención preferente al predominio de las formas de economía estatal, social, cooperativa y comunitaria. Incorporando elevada productividad y sostenibilidad con incentivos en créditos blandos a las formas no individualistas de propiedad o medios de producción asociados.

La revolución de 1952 sufrió muchas traiciones y retrocesos pero también continuaciones programáticas aleccionadas por los trabajadores, campesinos y clases medias de las ciudades, como fue en 1982 con el gobierno de la UDP, el que inauguró la actual fase de gobiernos democráticos, incluyendo en 2005 el gobierno del MAS. Gobierno popular de Evo Morales que también es presionado programáticamente por trabajadores, mineros, fabriles y campesinos.

Ha llegado la hora pues de elevar al máximo la conciencia de las masas en las tareas del desarrollo tecnológico, científico, industrial e innovador de la nación toda dentro de una economía plural pujante y libre liderada por el Estado Popular y las clases trabajadoras. Este será posiblemente el mejor homenaje del pueblo boliviano y latinoamericano a la gran revolución nacional y social de 1952, práctica que a su vez garantizará su éxito permanente en el siglo XXI.

- Ricardo Ángel Cardona es escritor de ciencia, tecnología, política y cultura. Su último libro se denomina “El Estado PluriCerebral: tecnosocialismo energético y productivo en acción”, 2011, Editorial Ciencia, Cultura y Política, www.codepanal.org

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