Coordinación regional es fundamental para enfrentar crisis ambiental

01/02/2012
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Intervención del Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración del Ecuador,  Ricardo Patiño Aroca, en el  Primer foro de ministros de ambiente de la CELAC

Quito, 2 de febrero de 2012

Estimada Ministra Coordinadora de Patrimonio Natural y Cultural del Ecuador, María Fernanda Espinosa.

Estimada Ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga.

Señoras Ministras y Ministros  de Ambiente de América Latina y El Caribe.

Señor Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Autoridades regionales del PNUMA.

Compañeros y compañeras Expertos en Medio Ambiente.

Estamos muy contentos de que se encuentren en Quito, en este evento tan importante para la integración regional. No queremos dejar pasar por alto su significado. Este Foro no es sólo el décimo octavo encuentro de autoridades de medio ambiente; constituye el Primer Foro de Ministros del Ambiente de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Así es queridas compañeras y compañeros: luego de siglos de intentarlo, hoy ustedes están haciendo historia, constituyéndose en el primer mecanismos ministerial de coordinación de la recién nacida CELAC.

Ustedes estarán probando la efectividad de este nuevo mecanismo de integración, el mismo soñado por todos nuestros próceres. La metodología de funcionamiento de este Foro así como la calidad del debate y los acuerdos que se logren, sentarán un precedente en el funcionamiento del resto de mecanismos ministeriales de coordinación.

Es por ello, queridas ministras y ministros, que Ustedes tienen una enorme responsabilidad en este evento. Permítanme recomendar que sus debates y acuerdos siempre tengan en cuenta el interés colectivo, la región y nuestros pueblos.

Como Canciller me encuentro permanentemente en negociaciones internacionales de esta naturaleza y les digo, con plena seguridad, que en estos temas tan importantes como lo son el medio ambiente y el desarrollo sostenible, no pueden existir grandes diferencias entre los intereses, necesidades y aspiraciones de NUESTROS PUEBLOS.

Compañeros, compañeras,

Nunca antes han soplado tantos vientos integracionistas como ahora. Desde América Latina y el Caribe estamos forjando la Patria Grande para poder hacer frente a un mundo cambiante, donde bloques económicos, políticos y, más peligrosamente, militares, juegan en el tablero de la geopolítica mundial.

La coordinación regional es fundamental para enfrentar este mundo globalizado, y muy especialmente para enfrentar la crisis ambiental y climática por la que atraviesa el planeta.
Solamente unidos lograremos la inserción soberana de nuestros países en la economía y en la política mundial, para construir la soberanía energética de la región, para garantizar los derechos a la alimentación y al desarrollo de nuestros pueblos, para superar los desafíos que nos plantea la crisis ecológica global; y, en ese devenir, poder caminar juntos con identidades y fortalezas propias.  
 
Estimados Ministros y Ministras,

Medio ambiente y desarrollo sostenible son quizás los conceptos más importantes de la política pública actualmente, por su naturaleza transversal y por ser esenciales para la sobrevivencia misma de la especie humana.

Allá por 1972, cuando los ecologistas eran considerados un grupo marginal, se celebró en Estocolmo la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. Ésta representó el inicio de un proceso de concienciación mundial acerca de la interdependencia que existe entre los seres humanos, las demás especies vivas y nuestro planeta.

También llevó a que la Asamblea General de la ONU proclamara un Día Mundial del Medio Ambiente y estableciera el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. A partir de estas decisiones se realizó la Cumbre de la Tierra de 1992 y se aprobó la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible, que este mes de junio estaremos revisando 20 años después.

He querido brindar este contexto histórico para que juntos visibilicemos la enorme responsabilidad que tendremos como región y como planeta en la próxima conferencia de Río. Sin lugar a dudas hemos avanzado grandemente en los últimos 40 años. Al menos existe la conciencia de ese vínculo fundamental entre medio ambiente y desarrollo sostenible.

Sin embargo, el modelo de producción y consumo aún imperante están destruyendo el planeta. Lo más triste es que son quienes más nivel de desarrollo tienen los que contribuyen más a su destrucción.

Aún con las enormes riquezas existentes, cada cinco segundos un niño menor de 10 años muere de hambre, en un planeta que produce alimentos suficientes para alimentar a 12 mil millones de seres humanos, el doble de la población mundial.

Así es queridas Ministras y Ministros, nunca antes existió tanta riqueza pero nunca antes estuvo el planeta bajo tanto peligro.

Nuestra región está expuesta a todos los desafíos ecológicos que ustedes mejor que nadie conocen, los mismos que pueden superarse si trabajamos juntos en la construcción de un nuevo modelo de desarrollo en armonía con el medio ambiente.  

No podemos seguir perdiendo el tiempo. Solamente por los efectos del cambio climático, subirá el nivel de los mares, se reducirán las precipitaciones, aumentarán las temperaturas y se pueden desencadenar fenómenos climáticos más destructivos en zonas propensas a los huracanes. Esto no sólo afectará los regimenes de cosecha y sus consecuencias sobre la seguridad alimentaria, se prevé que un aumento de 50 centímetros en el nivel de mar durante los próximos 40 años podría inundar las zonas costeras de 31 naciones de América Latina y el Caribe.

Ante esta situación, y sobre todo, por la responsabilidad de los países desarrollados por el cambio climático, nosotros exigimos mayores compromisos. Las necesidades de financiación para el desarrollo superan con creces lo que hoy ofrece la asistencia oficial en este ámbito. Los montos destinados a mitigación y adaptación de cambio climático en nuestra región que aportan los países desarrollados representan apenas el 2% del total necesario.

Es un porcentaje irrisorio si consideramos que, cuando se analizan los escenarios socioeconómicos de largo plazo, se calcula que por efectos del cambio climático, muy probablemente en los próximos diez años, la tasa media de crecimiento del PIB per cápita se podría ubicar en torno al 1,7% anual.

Los pobres son los más expuestos a las amenazas ambientales directas, son también los que más sufren a partir del daño del medioambiente en general.

Ecuador está construyendo un nuevo modelo de desarrollo a partir del año 2007, promoviendo propuestas innovadoras en la relación población – medio ambiente, quizás las más simbólicas y relevantes, y que seguramente contribuirán al debate internacional entorno a Río + 20, han sido el establecimiento a nivel constitucional de los derechos de la naturaleza y el derecho al agua como un bien público. Ambos conceptos morales y jurídicos, asumidos a escala global, podrían marcar un hito en el desarrollo sostenible si fueran asumidos como compromisos internacionales.

Compañeros, compañeras,

Construir nuestra propia agenda ambiental, y posicionar nuevos paradigmas para alcanzar el desarrollo sostenible, sin interferencias de países ajenos a nuestros intereses o de las burocracias internacionales, es parte de la soberanía y la integridad de la región que han inspirado el nacimiento de la CELAC.

La crisis actual del multilateralismo, el cual es utilizado y manoseado en función de los intereses de las grandes potencias, se refleja también en el seguimiento que se hace a la agenda ambiental internacional y las discusiones en el marco de la Conferencia Mundial sobre Desarrollo Sostenible Rio+20. ¡Ojala que las grandes potencias y sus aliados pudieran dejar salir del secuestro en el que se encuentra las Naciones Unidas! Esta organización funciona aún bajo la realidad geopolítica y los intereses de los ganadores de una guerra de hace 67 años.

Siendo la situación del medio ambiente y, muy especialmente, del cambio climático, originado por modelos depredadores de producción y consumo, algo tan esencial para la vida y para el planeta y todos los seres vivos, sin distinción, ¿por qué la institucionalidad multilateral no puede responder a esta nueva realidad? ¿Por qué NO contamos con mecanismos multilaterales efectivos  para enfrentar la problemática ambiental?

Por ejemplo, ¿por qué no crear un Tribunal Internacional de Justicia Ambiental y Climática o un ente que tenga el mismo nivel del Consejo de Seguridad -pero no antidemocrático y dictatorial como este- que vele por el medio ambiente y el cambio climático?  
Yo les doy las respuestas: porque a unos pocos, los poderosos de antes, que hoy están en crisis, les interesa controlar el multilateralismo y manipularlo a su antojo.

Es por esta razón compañeros y compañeras, que la coordinación y la institucionalización de mecanismos de integración a nivel regional, de los pueblos y Estados del SUR, en todas las esferas de las relaciones internacionales, es cada vez más importante.

Para avanzar en la integración latinoamericana es necesario identificar los puntos de coincidencia y de desencuentro, conocernos, e incluso reconocernos, en nuestras identidades y desavenencias, siempre desde perspectivas amplias y no sólo económicas. La agenda ambiental es un punto de encuentro fundamental para la integración. Es un tema de unión y de intereses comunes. No desperdiciemos esta oportunidad de encontrarnos aquí, en la mitad del mundo.

Les deseo los mejores éxitos y recuerden, la vida de millones está en las manos de quienes deciden las políticas ambientales.

Muchas gracias.  

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