Los retos de los partidos políticos

15/12/2003
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  • Opinión
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El 2004 será de oportunidades para romper el desencanto y escepticismo de la población guatemalteca. El reto está planteado para los partidos políticos, sus dirigentes y sobre todo, para el equipo gobernante. Lo esencial radicará en iniciar el rompimiento del aparato del crimen organizado que deja instalado el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), partido que mantiene una presencia considerable, tanto en los gobiernos locales, como en el Congreso. Lo lamentable es que esa lacra la tenemos que enfrentar todos y todas, como una herencia repudiable. Hay muchos pendientes, todos referidos a aspectos estructurales, pero hay un tema fundamental, las reivindicaciones y propuestas de las mujeres, explicitadas en diferentes momentos y espacios, que son reflejo de numerosas experiencias, vivencias y necesidades. Las condiciones históricas, socio políticas y culturales del país, entre las que sobresale la exclusión, la marginación, la pobreza, el machismo y la discriminación, han provocado que la mujer en Guatemala sea relegada a un segundo plano, a lo que se une la tradicional práctica declarativa, de las propuestas a favor de las mujeres por parte de los partidos políticos. Durante este proceso electoral hubo una contribución innegable de las mujeres en la construcción de la democracia, a través de aportes de distinto tipo, desarrollados por los movimientos de mujeres, que han trabajado, tanto en la formación de capacidades, de organización y en reivindicaciones políticas económicas y sociales. Este esfuerzo en la construcción de procesos, dio como resultado las agendas del movimiento de mujeres, así como demandas específicas, lo que fue un notable avance en la reivindicación feminista. En las distintas regiones del país, las mujeres han sido actoras principales en la formulación de propuestas; sus liderazgos son innegables, así como la claridad para expresar sus urgencias. Otro elemento a destacar es el respeto a la diversidad en el movimiento de mujeres, lo que se constituye en un ejemplo en la construcción del movimiento social. Las demandas mas reiteradas de las mujeres en 5 departamentos, dos de oriente, dos de occidente y uno del norte, revelan que un aumento en la participación política, facilidades para formar organizaciones de mujeres y capacitación, son las necesidades mas sentidas expresadas por liderezas de diversos grupos étnicos, condición social y posición política. Las demandas económicas y sociales, especialmente las reivindicaciones en relación con salud, trabajo, educación y tierra, fueron otras de las exigencias de las mujeres a los políticos. Las mujeres de la capital también priorizan las demandas de tipo político y su planteamiento principal está expresado en la Agenda Política: Mujeres en la diversidad, planteada por 23 organizaciones, que recoge ocho puntos considerados básicos. La estabilidad, autonomía y neutralidad política partidaria, técnica, administrativa y financiera de la Secretaria Presidencia de la Mujer (SEPREM); que se implemente con fondos prioritariamente del Estado, la Política Nacional de Promoción y Desarrollo de las Mujeres y el Plan de Equidad de Oportunidades, son algunas de las reivindicaciones contenidas en el documento. Asimismo se exige que el estado promueva el abordaje y tratamiento jurídico, económico social político y cultural de racismo y la democratización del sistema de partidos políticos y que se garantice la continuidad del proceso de la desagregación de datos por sexo, étnia y espacio geográfico en la programación y ejecución del presupuesto de ingresos y egresos del estado. Los políticos aparentemente tienen conciencia y mostraron receptividad en relación con estas demandas, a las que sumaron una serie de ofrecimientos y propuestas, contenidas algunas en sus planes de gobierno, otras en la Agenda Nacional Compartida, y algunas más expresadas en sus campañas electorales. Sin embargo, una prueba de lo falso de su discurso fue el desaire de los dos candidatos que llegaron a la segunda vuelta electoral, Alvaro Colom del Partido Unidad de la Esperanza (UNE) y Oscar Berger de la Gran Alianza Nacional (GANA), a la invitación a ratificar el compromiso asumido con el movimiento de mujeres. Colom confirmó su asistencia al foro que se celebraría en un hotel capitalino, al que además de no asistir sin excusa, esperó a que se requiriera su presencia en el momento del evento para indicar que "era su día de descanso" por lo cual no se presentó. Eduardo Stein, candidato a la Vicepresidencia, delegado por Berger al encuentro, se excusó de última hora. Este es muy mal indicio para la mayoría de la población. Las mujeres guatemaltecas no quieren promesas, rechazan los discursos y ofrecimientos demagógicos, ya no aceptan excusas. Es el momento de aceptar el reto planteado y de actuar en consecuencia con lo prometido. Los derechos de las mujeres tienen que ser respetados. El presidente electo debe honrar el compromiso que asumió con las guatemaltecas. Estaremos vigilantes.
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