Incertidumbres políticas y signos de cambios

14/06/1999
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El contexto electoral chileno, punteado por el retorno en fuerza de una candidatura socialista, está marcado por diversas conmociones, por un lado está el atizamiento de la herida abierta provocado por el caso Pinochet; el resurgimiento de combatividad de algunos sectores: juventudes, indígenas y, por otro lado, según afirma nuestro entrevistado, Manuel Baquedano, Presidente del Instituto de Ecología Política de ese país, son cada día más evidentes los signos de agotamiento del modelo y la concomitante fundamentación de propuestas alternativas de desarrollo. ¿Cuáles son los puntos centrales de la actualidad chilena; cómo se articulan los actores políticos en este año electoral? Chile esta viviendo una doble situación, marcada por una crisis económica, que algunos piensan ha sido originada por factores externos, tales como la crisis asiática, y otros pensamos que es más bien el modelo económico chileno que está comenzando a mostrar signos de agotamiento. Un modelo exportador, centrado en la exportación de materias primas y recursos naturales, que no ha tenido capacidad de pasar a fases más complejas. Esta crisis se acompaña con un problema político importante, marcado por la permanencia de Pinochet en Londres que, además de reabrir heridas, instala un proceso de deterioro en las relaciones cívico-militares, que de alguna manera habían sido revertidas durante el proceso de democratización del país. Con la permanencia de Pinochet en Londres, el ejército siente un agravio muy grande, que marca tintes de un clima de polarización que, en un proceso electoral, como el que viene ahora, la clase política chilena quiere evitar. Entonces el contexto electoral se enmarca en una crisis económica e incertidumbre política, en la cual el gobierno de Frei ha dejado la práctica de tener iniciativa y se ha instalado el escenario de la sustitución del gobierno que, con mucha probabilidad, de no haber algo extraordinario, va a ser un gobierno de la Concertación Tres, con Lagos a la cabeza. Hace quince días, hubo una primaria al interior de la Coalición gobernante, que marcó un cambio de eje inédito de Chile, en cuanto la Alianza siempre estaba gobernada por el centro, hoy día en cambio la Democracia Cristiana sufrió una apabullante derrota y hay una primacía importante de las fuerzas socialistas y socialdemocrátas. Entonces, las elecciones primarias de la Concertación no causaron sorpresas, en cuanto se presumía que Lagos iba a ser el candidato, pero si fue bastante abrumador el cambio de eje al interior de la concertación, pues por primera vez la Democracia Cristiana pasa a ser socio menor de una coalición. Es inédito porque todas las coaliciones que ha tenido la Democracia Cristiana anteriormente, han sido desde una postura dominante. La incógnita es saber como se va a comportar ese partido, pero no cabe la menor duda que, por lo categórico del triunfo de Lagos, que la votación le va a favorecer a él, pues la Democracia Cristiana perdió toda una periferia del electorado, y a lo mucho votarán por ella sus militantes. ¿Hasta que punto influye el tema de la "herida abierta" en el contexto electoral? Esta es una paradoja muy importante, porque Pinochet, por su propia Constitución que dictó, se dio el título de Senador Vitalicio. Una forma encubierta de inmunidad, que le garantizaba el no ser juzgado en Chile por los delitos de genocidio y de violación a los derechos humanos, que había realizado, y que, desgraciadamente, fue implícitamente aceptada como un acuerdo para la transición a la democracia, por las fuerzas que ahora están en el gobierno. Su detención en Londres, donde no opera la justicia chilena, que para juzgarlo tendría que desaforarlo, cosa que es impensable porque es parte del acuerdo de la transición, ha provocado una polarización de puntos de vista entre quienes piensan que debería ser juzgado en Chile -aún sabiendo que en Chile no lo van a juzgar- y quienes se apegan a la justicia internacional. El tema de fondo es que esto ha creado una impotencia muy grande en sectores de las Fuerzas Armadas, el Pinochetismo que, de alguna manera, había ido perdiendo influencia al interior del ejército, va a ir transformándose en algo valórico, simbólico. Ha habido un proceso de regresión, donde las Fuerzas Armadas se sienten impotentes de salvar a su líder, pero también se sienten juzgadas en forma indirecta; pues, si se logra que Pinochet sea juzgado, la lista de generales y militares que no van a poder salir nunca del país es muy alta, y no solamente militares sino colaboradores del gobierno de Pinochet. Entonces no es un juicio exclusivamente a Pinochet, es un juicio a un régimen y eso ha ido generando una molestia creciente al interior de las Fuerzas Armadas, porque ellos dicen que el gobierno chileno no ha sido lo suficientemente fuerte como para lograr el regreso de Pinochet. Pero éste sólo podría volver a Chile a partir de un gesto humanitario, que en otras palabras significa un gesto político, una negociación política entre el gobierno chileno y el gobierno de Londres, que supone defender a la persona, cosa que la coalición considera bastante inaceptable. Seguramente Frei en una reunión cercana con Blair, en Río de Janeiro, va a intentar esa vía para traer a Pinochet antes que termine su gobierno. Circulan muchas versiones de que la relación Fuerzas Armadas-civilidad-Gobierno se vayan deteriorando, se está instalando un clima que de alguna manera se refleja en elecciones, puesto que Lagos sería el primer presidente socialista después de Allende, y aunque el dice no ser más allendista, Lavine es un distinguido representante del pinochetismo. Por lo tanto, en el proceso electoral chileno o bien se instala el escenario de volver al pasado: dictadura o democracia, campaña de terror, o bien estos dos candidatos deciden que no les interesa ese esquema e instalan un escenario de proyectos más futuros. Eso depende de como se resuelva el tema de Pinochet, que es el trasfondo de este conflicto, les pesa, les pena, Chile no a resuelto el problema de los derechos humanos, de los desaparecidos y al no hacerlo no se puede resolver el tema de Pinochet. ¿En el transcurso de los últimos meses se han producido en Chile movilizaciones de diversos sectores, tales como los indígenas o los estudiantes, cuál es el impacto de estas? Bajo este gobierno hay ciertos sectores que han retomado su característica combativa con fuerza. Los estudiantes, los grupos indígenas y los ambientalistas, son los tres sectores que, en este período, se expresan como nuevos movimientos y han ido culminando un proceso muy lento de reorganización, de federaciones de estudiantes, de los sistemas de participación, y comienzan a reivindicar sus derechos. Sin embargo, no sabemos si estas movilizaciones estudiantiles van a terminar con la apatía que muestran los estudiantes con relación a la política, especialmente en términos de participación electoral, en las últimas elecciones un 40% no votó por distintas razones, el electorado votante tiene un promedio de más de 30 años, es decir que los jóvenes no están decidiendo y no están votando. Una explicación es que la juventud, con mucha razón, tiene una desconfianza muy grande hacia esta democracia pactada, cuyos límites son muy definidos. Una democracia pactada por la dictadura no es aún una democracia plena, y hasta hoy la democratización no ha sido capaz de poder levantarla del plano autoritario. Sectores como los jóvenes desconfían, con razón, de este tipo de democracia, eso explica su apatía política aparente, pues ellos invierten su participación en otros planos: en las luchas ambientales, en las movilizaciones de los mapuches, es la nueva dirigencia juvenil quien está llevando adelante toda la reivindicación indígena, no son los loncos, no son los caciques antiguos, hay allí una generación nueva de líderes que han surgido. Por lo tanto, lo que se manifiesta es una desconfianza profunda del sistema político, que no lo ven realmente democrático, integrador de las demandas y de las presiones, de allí que su participación se manifiesta en los movimientos sociales donde los jóvenes se están movilizando como sujetos políticos. ¿Cuan presente es en Chile el sentimiento de agotamiento del modelo; qué opciones de recambio se han propuesto? El sentimiento es de que Chile no acepta que su modelo está en agotamiento, el diagnóstico no es compartido. Por ejemplo, el cobre chileno, principal producto de exportación, se vende ya a los precios más bajos, pero se interpreta que es porque las restricciones del mercado asiático hacen disminuir la demanda; nosotros decimos que el deterioro está en el intercambio, que lo que esta habiendo es una sobre oferta. Hay dos visiones, algunos ven una crisis externa y otros vemos una sobre oferta, lo mismo ocurre con relación a otros productos. Es evidente que hay un deterioro en el intercambio y hay un proceso en el cual para mantener la competencia a nivel internacional, debe ir aumentando la escala de que esos mismos recursos, no otros, vayan siendo incorporados al mercado internacional, con las presiones ambientales, sociales que ya conocemos y, por lo tanto, estos síntomas de agotamiento hoy día no son consensuados, no hay un sentimiento de que eso ocurra. Lo que si es claro es que se ha ido perdiendo el dinamismo, entonces lo que está haciendo Chile es exportar sus capitales, está haciendo plataforma de exportación, cosa que se pueda revertir esa caída con capitales que van a reingresar, como resultado de las inversiones que se están haciendo fundamentalmente en la región. Para un sector importante de nosotros, la crisis es importante pero el tema de fondo es el agotamiento del modelo, que va a ir agudizandose en la próxima década. De allí que en Chile también comience a pararse con fuerza por lo menos un sector, el ambientalismo, la gente más alternativa va en búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo que, de alguna manera, va a competir con un enfoque distinto a lo que son los modelos neoliberales. ¿A pesar de los signos de agotamiento del modelo, que son de más largo alcance, Chile se ha destacado en la región por la rigurosidad y "el éxito" en la aplicación del modelo, ¿Cuan viables son esas nuevas propuestas de desarrollo, cómo las percibe la ciudadanía? Chile ha sido un alumno aplicado, en cuanto a las recetas de los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, las legislaciones sobre regulación propuestas en varios países fueron experimentadas en Chile, que ha aplicado rigurosamente los dictados internacionales. En relación a las alternativas de desarrollo, por ejemplo, nosotros venimos trabajando desde hace dos años en lo que se llama el "Chile Sustentable", que son propuestas ciudadanas para un cambio de modelo de desarrollo. En esto participan unos 80 profesionales, unas 1300 personas, líderes sociales, ambientales y académicos del país, que reflexionan sobre como puede ser un Chile del 2020, que tuviese un equilibrio entre la protección ambiental, equidad económica y social y participación democrática. Se trata de rediseñar un país, sentar los primeros precedentes de un modelo alternativo de desarrollo. Un problema central en Chile es el proceso de acumulación de la riqueza que tiene, el país no necesita tantos capitales extranjeros lo que necesita es distribuir mejor su riqueza. Por lo tanto, se requieren reformas internas en la sociedad chilena, que pueden ir avanzando si hay una voluntad política social de poder impulsarla, y para eso se necesita que haya expresión democrática donde se puedan manifestar las diversas corrientes y no llegar a formas de binominalismos a la norteamericana, con rotación del poder. Pero, hay una fragmentación de las mismas candidaturas alternativas. En la Concertación hay tres: una del partido comunista, que es muy contraria al modelo neoliberal, pero de poca consistencia en cuanto a propuesta; otra es la humanista, que nunca ha tenido mucha significación electoral; y una candidatura alternativa ecologista, que ha avanzado en esta propuesta de construir un nuevo modelo de desarrollo del país. Estos sectores en conjunto son electoralmente más o menos un 10% del país, que comparado con el 40% a 50% de la combinación de centro izquierda y el 30% a 40% de la derecha, refleja como se dibuja el esquema de los proyectos que los chilenos están dispuestos a aceptar. Por lo tanto, la alternativa apunta a que tendrá que haber, tarde o temprano, la descomposición de la concertación, en la cual un sector va a tener que abandonar las tesis neoliberales, para poder incursionar en tipos inéditos de modelos de desarrollo. Un indicador interesante es que aún con todo este proceso de modernización que ha habido en Chile, a pesar de la mala distribución del ingreso, hay encuestas que revelan que las gente que se definen como post-materialistas, y están dispuestas a sacrificar los bienes e ingresos por calidad de vida en general, han crecido del 9% en el 90 al 18% en el 98; por eso nosotros tenemos esperanza en un discurso y una propuesta distinta, de que el significado de vivir mejor con menos, puede tener algún arraigo y puede ser germinal para la próximas décadas. La próxima década es de transición, agotamiento al modelo de desarrollo y correlativamente deberá haber el surgimiento de un nuevo modelo de desarrollo y en eso sí sería bueno que Chile sea pionero. ¿Pero, uno de los éxitos del modelo radica en el convencimiento de su idoneidad inculcado en la gente, ¿cuál sería el elemento que podría provocar el interés en cambiar de opción? En Chile, la sociedad de consumo norteamericana puede estar al alcance de todos, eso ya está muy arraigado en mucha gente, por lo tanto, el agotamiento no implica necesariamente que la gente se reencante con un modelo distinto de desarrollo. Nosotros sacamos un libro que se llama El Tigre sin Selva, que revela el impacto ambiental del modelo neoliberal en Chile; la figura del título evoca el tigre que para ser tal se comió su entorno, pero cuando volvió a su entorno para seguir viviendo ya no lo encontró, entonces la única manera de sobrevivir posible es el cautiverio. No es muy optimista, en el sentido que puede producirse una regresión muy grande, hacia formas no democráticas para forzar una salida a esa crisis de agotamiento del modelo, no está jugado de que el modelo de desarrollo alternativo, sustentable, pueda tener el éxito deseado para reemplazar al modelo agotado, fundamentalmente, porque el modelo chileno es internacionalizado, más del 40% de la economía está controlada por las empresas transnacionales, por lo tanto, el centro de poder ya no está en Chile, éste es un espacio de materia prima, una plaza de compras, que tiene cada vez menos capacidad de poder estructurar sus propias políticas. En este contexto, nuestra apuesta es de que el agotamiento del modelo neoliberal, abra un brecha en la región latinoamericana para construir una comunidad de naciones más abierta, más integrada en un espacio mayor que respete distintas identidades, entonces, no veo el modelo de desarrollo alternativo de Chile haciéndolo en un sólo país, lo vemos dentro de una perspectiva más regional. En ese sentido apostamos mucho al Mercosur como una forma de integración, a la que esperamos que los países andinos se integren en una comunidad de naciones Latinoamericana. ¿La propuesta del Mercosur tiene que ver con la integración del capital, es un proceso de articulación pautado principalmente por el mercado ¿qué brechas pueden encontrarse allí para esta incitativa diferente? Nosotros creemos y apuntamos hacia la integración de los pueblos, a construir sociedades sustentables. Un nuevo modelo de desarrollo implica, de alguna manera, aceptar una diversidad de sociedades que se articulan y, por lo tanto, mientras mayor sea el espacio mejores son las formas de articulación. Es cierto que el Mercosur es hoy día una iniciativa de integración del capital, pero existen costos sociales, políticos que pueden cambiar ese sentido, a eso es que se puede apostar. Por ejemplo, hay una creciente integración, aunque debilitada, del mundo laboral; yo apuesto a los movimientos sociales; a las fuerzas indígenas, que son un grupo importante en los países que empiezan a reclamar y crear incidencia en un espacio mayor; yo apuesto a una ciudadanía nueva, que defienda sus derechos; al movimiento de consumidores, que comienza a articularse en la región; a los mismos grupos ambientales; apuesto a las mujeres; que se pueden integrar en tanto cada uno de ellos mantengan su autonomía, sean capases de desarrollar su identidad. ¿Qué posibilidades reales de construcción de ese espacio regional se visualizan? El tema central es de que hoy, junto al fenómeno de la globalización está comenzando un nuevo proceso, que es la unificación o la interconexión de las prácticas que suponen la globalización del planeta, al que denomino la planetarización, que es una suerte de proceso de construcción de la realidad planetaria a partir de todas las partes. Ese proceso que hoy día es dominado, porque el dominante es la globalización impulsada por las transnacionales, sólo puede ser expulsado por el proceso de los dominados que es la planetarización, impulsada por distintos sectores socialistas, esa es la única esperanza que hoy tenemos para solventar un tipo de crisis como la actual. Por eso apuesto a la visualización de un proceso de planetarización alternativa a la globalización, que no desconoce la existencia de la globalización sino que se inserta como un proceso dominado. Ese esfuerzo, que se está haciendo hoy en forma aislada, crecientemente va a ir conectándose con distintas experiencias, es ese campo se destacan las campañas que se están realizando, que reflejan, por fin, un entendimiento de que si bien se puede actuar en forma local la visión tiene que ser planetaria.
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