Barrio Esperanza de la ciudad de Morón: la lucha continúa

06/09/2011
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Allá, como acá, como en tantos lugares en este mundo, las injusticias también son grandes. El Imperio agarra la gente y la mastica, y no le importa si terminan bajo un puente o muertos en una cuneta. El Imperio es fuerte, es el dueño del capital, y sus empleados son gorditos, la mayoría de ellos nacidos de la corrupción. 

Como muchos otros, un alcalde corrupto de Morón / Argentina (provincia de Buenos Aires, muy cerca de la capital) cerca de 25 años atrás, habría recibido dinero del Estado para construir casas para los necesitados, y luego engañó a la gente, construyendo poco y mal: Él construyó sólo un barrio de paredes, casas sin techo, sin piso, sin agua, sin luz, sin ventanas, ni nada. Por supuesto que quedo un montón de dinero en los bolsillos del canalla, y ninguna vivienda, para nadie. 

Por un cuarto de siglo aquellas paredes fueron como casas abandonadas, hasta hace unos meses, en que la gente muy pobre de esa región, personas sin hogar - que existen en todas partes, incluso en aquél país llamado Estados Unidos, donde siempre nos dijeran que todos eran ricos y felices - se organizó y ocupó ese espacio, tratando de tomar ventaja de los muros existentes, soñando con un futuro hogar. Fue una pelea dura para las personas, porque las hierbas habían tomado el lugar por los 25 años anteriores y los árboles crecieron dentro de las paredes de los proyectos de casa, y los residentes que llegaron tuvieron que luchar contra casi una selva, animales venenosos, con espinas, con la lluvia sobre las cabezas y el barro bajo los pies en el país mas austral de America Latina, en el que a menudo hace tanto frío! 

- Corté tres árboles dentro de las paredes de mi casa  - me dijo una mujer golpeada por la vida, pero con los ojos llenos de esperanza. 

 Ella, como todos los demás, aparte de animales venenosos y la vegetación, lucharon también contra las fuerzas del capital, contra la policía mandada y contra los especuladores de bienes raíces, que están apoyados por el municipio de Morón, capitaneada por un alcalde que ahora se llama Lucas Ghi, 
y, por supuesto, es de la misma calaña que los de los otros 25 años! 

Sin ningún lugar adonde ir, los ocupantes de los muros al aire libre sobrevivieron, aferrados a sus sueño de un hogar y una aquí y otra allí, se encontraban cubriendo las casas, es decir, las paredes y haciendo mejoras en esto o aquello, y llegaron las mujeres y niños,  comenzaron a vivir sin agua, sin luz, sin nada más que su organización y sus sueños, y con la policía en Morón  haciendo de sus vidas cuanto mas  miserables  pudieran.
 
 Lucas Ghi se burla de la pobreza de esta gente en forma  cruel:  Propuso a las familias comprar aquellas paredes en ruinas, por casi 2.000 pesos por mes, mientras que los salarios de aquellos que tienen un empleo permanente son de apenas 1.200 pesos, según me contó  uno de los líderes.
 
 Estuve allí hace unos días y el intenso frío había comenzado a correr sobre las frías chapas remendadas con las que cubren los techos.

- Compramos lo que pudimos... - justificaba alguien debajo de las estrellas que iban apareciendo a través de los agujeros cuando llegaba la noche. 

Por suerte, alguien importante tomó nota de la situación de desamparo de estas personas, nada menos que el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, y advirtió que los vendrían a visitar. ¡Qué susto que se llevaron  Lucas Ghi y sus secuaces! De la noche al día aparecieron algunos postes de electricidad y entre  las casas del barrio La Esperanza - es cierto que la electricidad es sólo para los postes, pero aun con aquellas pocas lámparas encendidas, sin duda que algunos fantasmas ya no tienen  su coraje para mostrar la cara, no como antes! 

Y Pérez Esquivel se acercó y dejo un montón de esperanza en los corazones de esas sufridas personas, y extendió su discurso protector sobre sus techos de lata, llena de agujeros y también se acercaron otras personas decentes a unir esfuerzos junto a los abandonados por la fortuna, y todavía están allí, resistiendo al capital, al frío, a los agujeros en el techo, a la falta de luz, agua, gas, de casi todo - menos de valor y esperanza. 

 Entonces, cómo  las cosas allá son como aquí y aquí son como allá, creo que hay una frase de LULA que podemos pronunciar:  "La lucha continúa, compañeros! 


 
Blumenau / Brasil. 3 de setembro de 2011
 
- Urda Alice Klueger es Escritora, historiadora y doctora en Geografía  por la  UFPR
 
Traducción  de Luis Ramires 678 – Buenos Aires
 
 
Pérez Esquivel visitando el barrio  Esperanza
https://www.alainet.org/es/active/49250

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