El patriarcado y la pobreza

Soledad Gil

06/05/2011

Opinión

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Comenzó un juicio histórico en el departamento de San Rafael, al sur de la provincia de Mendoza. Es el primero en Argentina bajo las figuras de trata y tráfico de personas con fines de explotación sexual. Otro avance importante para los derechos humanos de mujeres, niñas y niños.

Cuando hablamos de Trata, nos referimos a una actividad delictiva que contempla lacaptación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas para fines de explotación laboral y/o sexual.

Resulta pertinente pensar sobre este flagelo que afecta a la humanidad desde una perspectiva de género ya que casi el 90 por ciento de las víctimas son mujeres, jóvenes y niñas destinadas al sometimiento sexual. Si bien podemos reconocer antecedentes de este fenómeno desde épocas pretéritas, en la actualidad se lo ha calificado como “una plaga mundial” y se lo menciona como “la esclavitud del siglo XXI”.

El delito de trata y tráfico de mujeres con fines de explotación no puede reflexionarse sino en el marco de una sociedad patriarcal, pensada por y para varones, en la cual ellos detentan el poder, deciden y colocan a las mujeres en un lugar de subordinación y dominación. Es más, el dominio masculino sobre el cuerpo de las mujeres es un fenómeno meta histórico y transcultural que conforma la base de este atentado contra la integridad de las mujeres.

Ante lo dicho, se construyen mitos y estereotipos que obstaculizan la erradicación de estas acciones ilegales. Por un lado, la estigmatización de la mujer prostituida. Todas las medidas que se han pensado se centran en ellas pero se omite referencia al protagonista principal: el que paga, el cliente. Esta invisibilización se da porque en nuestra sociedad es “normal” y “natural” que los varones actúen así. Una construcción cultural que, como vemos, discrimina a las mujeres.

Además, tal como sostiene María Inés Pacecca en el libro “Se trata de Nosotras” (2008),“en el transcurso de los años noventa se instalan políticas económicas que producen la devastación de franjas poblacionales, sumiéndolas en la desocupación, la desintegración de la trama social, la precariedad absoluta en donde los derechos básicos no están garantizados. A la vez de instala un poder político que en connivencia con diferentes mafias, resulta permisivo para el armado de infraestructura que facilitará los mecanismos para la implementación delictiva” (p: 30).

Es decir, también es necesario considerar las condiciones materiales de las víctimas. La clase social es un factor importante a considerar ya que las mujeres y adolescentes pobres están más expuestas -aunque no son las únicas- a la captación para este delito. Se suma a esto la migración, fenómeno que se va feminizando.

Como es lógico, este gran negocio ilegal mundial no podría existir ni mantenerse sin la complicidad -por acción u omisión- del poder político, la justicia y la policía. Se calcula queeste delito arroja ganancias por encima de los 10 millones de dólares anuales. La ONU, en un informe del 2000, afirmó que son, aproximadamente, 4 millones las mujeres victimas por año y 2 millones las niñas.

La Trata, constituye el tercer negocio ilegal más grande a nivel mundial. Solo el tráfico de drogas y el de armas superan a la explotación y esclavitud sexual femenina.

Esos millones de dólares son a costa del cuerpo, la vida y los derechos humanos fundamentales de las personas, particularmente de mujeres, niños y niñas. Estudios internacionales demuestran que las mujeres prostituidas sufren los mismos traumas emocionales que los veteranos de guerra y las víctimas de tortura. Sólo basta escuchar y/o leer algunos testimonios de mujeres atrapadas por estas redes, para afirmar que se trata de hechos aberrantes que atentan contra la libertad y la integridad de las mismas. La Trata significa la expropiación del cuerpo de las mujeres, los convierte en mercancía, les asigna un precio, son cosas/objetos intercambiables y vendibles en el mercado.

Medios de comunicación

El rol de los medios de comunicación tampoco debe dejarse de lado. En primer lugar porque para la visibilización y concientización sobre este flagelo tienen un rol fundamental y, además, porque en ellos se publican avisos clasificados engañosos que conforman una de las estrategias para la captación de personas. Cotidianamente podemos leerlos en los periódicos. Por supuesto, para los medios esto implica dinero, sin embargo deberían reflexionar acerca de sus responsabilidades y la ciudadanía actuar como contralor de los mismos.

Legislación vigente

Pactos internacionales suscriptos por la Argentina la obligaron a incorporar en su legislación interna normas específicas que sancionan la trata de personas como delitos graves y contribuyen a su erradicación. Así, se sancionó en abril de 2008 la Ley Nacional Nº 26.364 de “Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a sus víctimas”. Si bien la misma recibió algunas críticas, sobre todo desde el movimiento de mujeres, constituye un importante avance porque tipifica esta acción como delito y la incorpora al Código Penal de la Nación.

Desde su sanción se ha podido intervenir, detectar redes y rescatar víctimas. En menos de un año fueron rescatadas 157 víctimas de este delito: el 80 por ciento había sido reclutada para explotación sexual. De hecho, la existencia de esta ley ha permitido la realización del histórico juicio que comenzó el 25 de abril en Mendoza.

Si bien la erradicaron de este flagelo depende, por un lado, de un cambio cultural en tanto deconstrucción y desnaturalización de los valores del patriarcado, y por otro de mejorar las condiciones de vida de las personas; los avances legales y la construcción de políticas públicas resultan pertinentes en este sentido.

Fuente: http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=5070

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Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.

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