La justicia está llegando tarde, pero está llegando

13/03/2011
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Golpe de Estado del 11 de abril de 2002: Fiscalía General emite orden de captura contra 6 civiles y 15 ex militares
 
La Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, informó que su despacho emitió  orden de captura contra seis civiles: Alan Brewer Carías, Daniel Romero  Matute, Isaac Pérez Recao, Víctor Manuel García, Carlos Ortega, Alfredo Peña y Orlando Urdaneta.
Anunció así mismo, que existe orden de captura contra 15 ex militares implicados en el golpe de estado del 11 de abril del 2002: Efraín Vásquez Velasco, Héctor Ramírez Pérez, Pedro Pereira Olivares, Daniel Comisso Urdaneta, Luis Alberto Camacho Cairú, Rafael Damiani Bustillo, Carlos Molina Tamayo, Néstor González González, Romel Fuenmayor León, Enrique Medina Gómez, Edgar Bolívar Ramírez, Henry José Lugo Peña, Vidal Martínez,  Marcos Ferreira y Julio Del Valle Rodríguez Salas. Como se  desconoce si estas personas están o no en Venezuela,  solicitarán la “alerta roja” a la Interpol,  para que de ser  capturados en el extranjero sean extraditados al país.    
Lo primero: Solicito respetuosamente, compatriota fiscal y demás órganos de justicia competentes,   que esos militares no sigan cobrando dinero de la república contra la cual atentaron y a la que le sacrificaron cientos de vidas maliciosamente. Lo mismo aplica para los civiles que pudiesen estar por allí cobrando en nominas extrañas de PDVSA, cualquier ministerio o que mediante testaferros, estén contratando con el estado. De esto último, tengo bastantes denuncias, que está pasando; sobre todo en PDVSA y el sector construcción a nivel nacional. Es una contradicción que aquellos que cometieron homicidio contra un pueblo inerme, al cual manipularon y engañaron para llevarlo deliberadamente a una trampa sanguinaria en unos casos o, emboscaron veladamente, como el caso de Puente Llagúno. Apostando francotiradores estratégicamente, para luego a sangre fría y mansalva disparar, para luego acusar al gobierno legitimo de ser asesino y concluir así, un plan macabro elaborado de cabo a rabo por la CIA.
Es el momento de demostrar que las vidas de sus ciudadanos le importan al país, sobre todo al gobierno. Cada vez que vemos en los medios a esos genocidas con su discurso violento y preñado de odio, se nos revuelve la moral y la conciencia dolorosamente. La impunidad nos enferma y nos mata la esperanza, se debe poner remedio a esta injusticia ¿Qué deseos puede tener el común del pueblo, batallar una causa que no le defiende ni le duele la muerte injusta de ese pueblo? ¿Hasta cuando seguimos tolerando una justicia chueca, desmotivadora, que no sanciona al culpable, si no al débil jurídico? ¿Cómo debe reaccionar un ser, que ve como en la administración publica y a todos los niveles, se emplean a personeros y personeras, que se batieron  y se baten rabiosamente en contra de ese mismo pueblo, lo ofenden con calificativos racistas y discriminatorios, se burlan de él y no le dan respuestas, premeditadamente?
Este proceso está exigiendo aceleradamente mayor compromiso y definiciones concretas, con el verbo se hace mucho. Más en la practica, la cosa sigue estancada. La burocracia se mantiene pesada y convierte al ciudadano rehén del tráfico de influencias y de los pagos ilegales para acelerar los trámites. El amiguismo se ha entronizado de tal manera, que hasta en el propio partido de apoyo al proceso – PSUV -, mucha dirigencia es designada a dedo por ser mujer, hijo, hija, amante o amistad de alguien con poder dentro de su estructura, gente que no tiene ni trabajo de base, ni ha tenido jamás compromiso político con la filosofía socialista y con el pueblo, de la noche a la mañana, es designada “dirigente político” así como así, mientras quienes se batieron, en la construcción de la fortaleza, de esa organización son relegados y forzados a aceptar la autoridad de los amiguitos recién llegados por aquello de “la disciplina” .
Todo lo aquí narrado en frío y en tibio, conjugan un panorama que desilusiona y desvirtúa el deber ser de una revolución, que no revoluciona hacia la justicia y la reivindicación de los que murieron defendiendo su causa, que ha hecho de la inacción y el para después, una costumbre muy, pero muy dañina y peligrosa. Se acaba el tiempo de rectificar y el grito popular solicitándolo. Pronto puede ser muy tarde, así lo indica lo que se ve y oye en la calle
 
https://www.alainet.org/es/active/45822
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS