Qué significó el 27 de febrero de 1989?
27/02/2011
- Opinión
Para quienes vivimos esa parte de la historia, quedó claro que cuando el pueblo decide decir “ya basta”, hace lo que tenga hacer para conseguir los cambios que necesita para conquistar una vida mejor, aún estando de por medio la muerte
Hoy domingo 27 de febrero, se cumplen 22 años de aquel día de 1989, cuando el pueblo de Guarenas fue el epicentro de una de las rebeliones espontáneas de mayor trascendencia en la historia contemporánea de la Venezuela y Latinoamérica del siglo XX. Tal vez sin proponérselo, esa rebelión popular serviría de referencia para que en el otro lado del Atlántico, en Alemania, cayera el 9 de noviembre de 1989, el vergonzoso muro de Berlín, acto que también fue precedido por una serie de manifestaciones en las cuales participaron las dos Alemanias, la comunista y la neoliberal.
Rumor funcionaba como el Facebook
Las condiciones que generaron el levantamiento del pueblo de Guarenas y su reguero como pólvora hacia Caracas y las ciudades de mayor concentración demográfica en Venezuela, fueron las medidas antipopulares que impuso el Fondo Monetario Internacional (FMI), al recién reelecto presidente Carlos Andrés Pérez y quien había sido coronado en el Teresa Carreño el 2 de febrero del año 1989. Era la época del inicio de los llamados programas de ajustes estructurales, para sacar a América Latina de la década perdida. Esa medidas incluían aumento del precio de la gasolina y del transporte público en un 30%, liberación de los preciso de la dieta básica, devaluación de la moneda, entre otras, que fueron las condiciones del FMI para prestarle al Estado venezolano 4.500 millones de dólares.
Los seleccionados para implementar esas medidas fueron, el Ministro de Fomento, que en aquel tiempo era Moíses Naín y Miguel Rodríguez, jefe de Coordiplan. La respuesta no se hizo esperar, ante el aumento del pasaje en el transporte público -decretado el día 24-, el pueblo de Guarenas reaccionó violentamente ante la medida, luego el rumor corrió como pólvora y ya a mediodía comenzaron los disturbios en Caracas. En ese entonces no existían redes sociales cibernéticas, ni facebook como se utiliza actualmente en la crisis que vive el mundo árabe.
En ese entonces se impuso el boca o oído, radio calle, radio esquina, radio plaza, bar, oficina, fábrica, burdel; en fin todos los espacios donde existiera, como decía el Che, un “oído receptor” de lo que estaba aconteciendo. Por otra parte, la respuesta del gobierno fue contundente, el Ejército, la Guardia Nacional, la Policía Metropolitana, la División de Inteligencia Militar y la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (antigua Disip, ahora Sebin: Servicio Bolivariano de Inteligencia), entran en acción, reprimiendo, asesinando, buscando a quienes habían organizado esa revuelta, sin poder encontrar a nadie, pues cuando el pueblos se levanta, lo hace casi fuera de control, contra cualquier forma de opresión y no necesariamente tiene que haber un líder, simplemente se despierta el instinto de rebelión que todos tenemos por dentro y con eso basta.
El resultado del 27 de febrero según las cifras oficiales es que más de 500 personas fueron asesinadas en los barrios y calles, sobre todo de Caracas. De los responsables directos de esa acción criminal contar el pueblo sólo el General Manuel Heinz Azpurua, de la antigua Disip, y el General de División del ejercito, de ese entonces, Italo del Valle Alliegro, fueron imputados en el año 2009, veinte años después de los sucesos y ha sido el gobierno del Chávez que inicio el proceso de indemnización a los familiares de los asesinados el 27 y 28 de febrero.
¿Qué fue el Caracazo?
Esta fecha es imborrable para aquellos que vivimos ese momento. Cuando el pueblo decide decir ya basta, hace lo que debe para lograr o intentar hacer los cambios que necesita, para conquistar una vida mejor, aún estando por medio la muerte. El presidente Hugo Chávez tiene muy claro que el no escuchar al pueblo y dejar resolver sus problemas más inmediatos, hace que comience a crearse un caldo de cultivo para estallidos sociales, que desde los centros de poder asechan contra los avances, hacia la equidad que se viene experimentando en Venezuela. Hoy Ministros, diputados, alcaldes y gobernadores deben poner el corazón y el oído en los problemas de gran envergadura como la inseguridad que es unos de los mas graves problemas que sufrimos, no hay que dejar que eso se siga acumulando, pues puede ser utilizado como detonante.
Los rumores de la escasez de gasolina que mal intencionadamente dejaron correr por los medios de comunicación de oposición la semana pasada, precisamente una semana antes del aniversario de El Caracazo, con la intención de reactivar consignas simbólicas que hizo que la bomba social estallara hace 22 años. Hoy, el 27 de febrero debe traducirse en profundizar la democracia participativa y corregir las fallas del proceso Bolivariano sobre todo en el proceso de gestión mal llevado por algunos cuadros gubernamentales.
- Jesús "Chucho" García. Barlovento, La voz de Afroamérica
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