30 años después se impulsa investigación para conocer qué pasó con Alaíde Foppa

24/11/2010
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Alaíde Foppa, guatemalteca, poetisa, periodista, académica y defensora de los derechos de las mujeres, regresó a Guatemala luego de residir muchos años en México a causa de la persecución de que era objeto su compañero de vida, Alfonso Solórzano Fernández. El 19 de diciembre de 1980, poco tiempo después de haber ingresado legalmente a Guatemala, fue capturada ilegalmente y posteriormente desaparecida por integrantes de las fuerzas de seguridad del Estado.
 
Se debe recordar que en esos momentos Guatemala era gobernada por una de las más terribles dictaduras, responsable de haber provocado miles de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, esto implica que posiblemente los culpables sean personajes que fueron poderosos en ese periodo.
 
 La captura ilegal de Alaíde ocurrió en las cercanías del mercado de artesanías de la Placita Quemada de la zona 1, cuando se transportaba en el vehículo de su madre, doña Julia Falla, que era conducido por el chofer Leocadio Ajtún Shiroy, quien también fue desaparecido.
 
Han transcurrido 30 años desde aquel fatídico 19 de diciembre de 1980, cuando Alaíde fue privada de su libertad. El 2 de diciembre de 1999 se abrió proceso ante la Audiencia Nacional de España, pero en Guatemala esto no había sido posible y hasta el momento, no se ha realizado investigación alguna y tampoco hay personas detenidas a causa de este crimen. La familia Solórzano Foppa y el Grupo de Apoyo Mutuo, con el respaldo y acompañamiento de diversas organizaciones sociales, de derechos humanos, de mujeres y de víctimas en este “día de la no violencia contra la mujer”, han tomado la decisión de interponer a su favor un recurso de exhibición personal.
 
Con esta acción se espera iniciar las pesquisas a fin de determinar la autoría material e intelectual de su detención, posteriormente se impulsará un procedimiento especial de averiguación, que permitirá realizar una investigación exhaustiva y determinar la autoría material e intelectual de este crimen.
 
Aunque hayan transcurrido tres décadas desde su detención y desaparición forzada, los responsables de este crimen de lesa humanidad que continúen con vida, deberán ser juzgados y en caso de ser hallados culpables, condenados. Si queremos una Guatemala democrática donde el Estado, lejos de agredir, proteja a sus ciudadanos, no debemos permitir que los crímenes cometidos en el pasado reciente queden impunes. Debe impulsarse la justicia y el fin de la impunidad y solamente así garantizaremos un mejor futuro y la garantía de un nunca más.
 
Guatemala 24 de noviembre de 2010
 
Grupo de Apoyo Mutuo
Julio Solórzano Foppa
Silvia Solórzano Foppa
Doctora Rigoberta Menchú Tum
Fundación Rigoberta Menchú
https://www.alainet.org/es/active/42517
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