Necesitamos ampliar y mejorar las leyes venezolanas en materia laboral

La revolución protege al trabajador contra los efectos de las crisis foráneas

18/09/2010
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“El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras.
Jean de la Fontaine
Bajo el título “Los retos del crecimiento, el empleo y la cohesión social”, organizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), avalada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y hospedada por el Gobierno noruego, se realizó en Oslo una reunión internacional sobre el desempleo en los países del Norte.
Sus declaraciones ratifican el fracaso del neoliberalismo en esa materia. Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI, reconoció que “el mercado laboral está en una situación catastrófica y no se revertirá con las recetas de siempre”. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno de España, calificó al desempleo como “consecuencia de las incertidumbres de la economía mundial”.
En uno de los informes, la OIT dejó constancia de que “la crisis ha generado 30 millones de parados adicionales, en apenas tres años, elevando la cifra mundial de desempleados a 210 millones” agregando que “la tasa de desempleo juvenil se disparó durante la crisis”.
El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz declaró que “Mientras no haya creación de empleo, difícilmente se pueda hablar de recuperación sin generar irritación”.
En paralelo, Prensa Latina nos informa que “En lo corrido de este año han sido asesinados en Colombia 36 líderes sindicales, 10 crímenes más con respecto a similar período de 2009, según confirmó hoy un directivo de su Central Unitaria de Trabajadores”.
Clasificaciones neoliberales
Sus cifras de desempleo son alarmantes. Pero por ninguna parte leo “personas sin trabajo”. Parecería que se empeñan en que sólo trabajo si tengo un empleo. Suelen agregarme que si es en una empresa privada entonces el empleado sí trabaja, dando universalmente la idea de que el empleado público es algo similar a una rémora que vive a costa de los demás.
Tales conceptos llegan incluso a textos para Escuelas de Derecho donde consideran al empleo como ¡sinónimo! de trabajo. O sea que si Ud. vende en la calle, en un kiosko, en su casa o en una esquina, por su propia cuenta, productos adquiridos o fabricados con sus propias manos, según ellos: ¡Ud. no trabaja!
E insisten en que “trabajo no es cualquier tarea que las personas puedan realizar” sino que debe cumplir las características de voluntariedad, por cuenta ajena, dependencia y retribución. Si a Ud lo obligan, o no le pagan o no tiene jefe, Ud. tampoco trabaja.
Adicionalmente, a quienes laboran por su cuenta los cuantifican dentro de algo que denominan con el pésimo y muy errado nombre de “economía informal”. Y es un calificativo equivocado porque eso es apenas una parte de la economía, ya que sólo son bienes o servicios sin tomar en cuenta la satisfacción de las necesidades, califica de formal exclusivamente si es para una empresa y no lo catalogan como trabajo. Esas personas pasan a las estadísticas como desempleados, aunque un buen porcentaje de ellos ganan más que muchos de quienes todos los días se levantan muy temprano para ir, disciplinadamente, a prestar sus servicios en una empresa privada.
Índices capitalistas
Las cifras del mercado internacional neoliberal, difundidas por los escribas de los medios pagados por las trasnacionales, responden precisamente a esas falacias.
Pero la idea vá bastante más allá de la simple divulgación de unos índices. Tras esa propaganda, difundida vía voz, letra e imagen, está la subliminal idea de que sólo cumples con el mandato “ganarás el pan con el sudor de tu frente” si trabajas para una empresa. Es la manipulación de la voluntad con el propósito de siempre: acumular las riquezas de todos en las manos de pocos, y trabajarás subpagado para lograrlo.
Por eso sus cifras, especialmente cuando quieren compararnos con lo que algunos consideran “países desarrollados”, deben ser leídas en su justa dimensión, espacio geográfico, concepción económica y pretensión política.
Estadísticas en el Norte
Según la oficina de estadísticas de la Comisión Europea, Eurostat, en la Unión Europea hay más de 23 millones de desempleados. Agregan que España tiene el peor índice de empleo del mundo, duplicando al nivel promedio en ese continente, tanto entre hombres como en mujeres.
En Estados Unidos las cifras son muy desfavorables. El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca expresó al Presidente Obama que el desempleo, en esa nación, “será por largo tiempo”, citando que “hay ahora 7,5 millones de desempleados más que en el año 2007 y millones de personas tienen varios meses buscando trabajo sin poder hallarlo”.
En cuanto a sus posibles causas, uno de sus voceros escribe: “Se trata de la tasa de desempleo mundial más alta de la historia y la más aguda para aquellos países que, como Estados Unidos y España, centraron en exceso su crecimiento en el sector de la vivienda”.
Conviene recordar que, en el sistema capitalista neoliberal, quien no tiene un empleo formal carece totalmente de una adecuada protección social; y eso incluye vivienda, salud, nutrición y educación.
Socialismo ocupacional
Precisamente en esa reciente Conferencia de Oslo lo ratificó Juan Somavia, director general de la OIT, cuando señaló que “el desempleo a nivel mundial ha alcanzado el peor incremento de la historia, con cifras que superan los 210 millones y millares de trabajadores con sueldos paupérrimos que no cuentan con protección social ni beneficios económicos básicos”.
En Venezuela la situación es muy diferente. Nuestras cifras de desempleo son inferiores a las de Estados Unidos, España y Colombia. A pesar de que la crisis del sistema capitalista impacta a todos, nuestra Patria ofrece servicios sociales gratuitos, a todos los venezolanos, sin importar si tienen empleo formal, trabajo informal o desempleo permanente. ¡Esa es la enorme diferencia!.
Y el socialismo no genera desempleo adicional. Un ejemplo claro lo tomamos de las declaraciones de Elías Eljuri, Presidente del Instituto Nacional de Estadísticas, quien declaró que: “Al ser estatizada una empresa no se genera desempleo; en este caso los trabajadores pasan del sector privado al sector público. El hecho de que se estaticen algunas empresas no puede significar aumento del desempleo porque lo que está cambiando es el tipo de propiedad”.
El ilustre luchador y escritor cubano Raúl Valdés Vivó nos dice que “El trabajador, quien bajo el capitalismo es apenas un esclavo parlante que vende su fuerza de trabajo como una mercancía al dueño de las condiciones de trabajo, en el socialismo pasa a ser el propietario de esas condiciones en distintas modalidades.”
Futuro progreso legislativo
El porvenir del empleo en el Norte no es halagador. Según EFE: “La OIT calcula que en los próximos años se necesitarán más de 440 millones de nuevos empleos para absorber a quienes se incorporen al mercado de trabajo y aún más para revertir el desempleo causado por la crisis”.
En Venezuela tenemos un futuro muy diferente. Aquí hay empleo y hay trabajo, formal e informal. No necesitamos estadísticas para afirmarlo. Basta ver las colas de personas comprando y pagando a precios altos. Si se venden autos a esos precios es porque hay quien los pague, por sólo mencionar un conocido rubro.
Pero necesitamos ampliar nuestras Leyes, Códigos y Reglamentos en materia laboral. Y lo lograremos votando el domingo 26 por los candidatos de la Revolución Bolivariana. 
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