Revisionismo histórico guayaquileño

21/06/2010
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En uno de los diarios digitales de Guayaquil, se difunde los nuevos artículos del revisionismo histórico local sobre Simón Bolívar, la anexión de Guayaquil a la Gran Colombia y la vida de esta república, San Martín, Olmedo y otros episodios. La serie sigue con el “estudio” del nacimiento de la República del Ecuador.
 
Las ideas expuestas son muy simples: Simón Bolívar no fue estadista, era un contumaz “centralista”, combatió a los federalistas y autonomistas, se enfrentó a prestantes figuras de la época para imponer su voluntad, anexó arbitrariamente Guayaquil a la Gran Colombia, esta república fue un fracaso. Todo ello se “prueba” con abundante documentación, lo cual seguramente impresiona a los lectores.
 
Pero el “revisionismo histórico” guayaquileño viene de la mano de los intereses políticos de la actualidad. Y, desde luego, nada tiene que ver con la historia científica.
 
Expliquemos por lo menos algo. En el pasado las distintas posiciones y proyectos políticos no se originaron por perversidad o mala fe. Respondieron, como siempre ocurre en historia (incluido el presente), a distintos intereses sociales. A la época de la independencia y del inicio de las nacientes repúblicas latinoamericanas hubo centralistas, federalistas, presidencialistas, parlamentaristas, monárquicos constitucionales, autonomistas, regionalistas, etc. Así como a los comerciantes importadores, exportadores y a los empresarios “gran cacao” guayaquileños interesaba su “libertad” para que un Estado “centralista” no estorbe con impuestos, regulaciones en el mercado, leyes sociales, etc. (tal como ocurre hoy), al “centralista” Bolívar le interesó una nación poderosa y unitaria. No es cierto que en Guayaquil predominaron los “autonomistas”. Allí también hubo colombianófilos y peruanófilos. Todo esto lo analizó el historiador guayaquileño Camilo Destruge hace décadas. Simón Bolívar fue combatido en su época y él atacó a sus detractores. Lo único que eso prueba es que hubo diferentes intereses sociales en juego, que todo historiador científico -y no aficionado- los pondría en evidencia.
 
Ningún país latinoamericano nació federal. Venezuela, México y la Argentina lo fueron bien entrado el siglo XIX. Cuando en 1859 se formaron cuatro gobiernos autónomos, el Ecuador casi desaparece. Entonces se impuso el guayaquileño Gabriel García Moreno con autoridad y centralismo absolutos. El federalista Vicente Rocafuerte enfrentó a Bolívar, pero como presidente del Ecuador inauguró el centralismo. Igual de centralista fue el manabita Eloy Alfaro. Guste o disguste, el “centralismo” hizo al Ecuador, porque fue la forma de mantenerlo unido contra las oligarquías regionales. Es distinto discutirlo hoy.
 
El revisionismo histórico de moda en Guayaquil apuntala los deseos autonomistas y hasta separatistas de la oligarquía local actual. Y utiliza ciertos datos históricos a conveniencia para supuestamente “demostrar” que Guayaquil siempre fue “autonomista” y Bolívar su “enemigo”. Parafraseando al célebre Agustín Cueva, allí se abunda con kilómetros de datos, pero con un milímetro de profundidad histórica.
 
- Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com
 
Publicado en El Telégrafo
Ecuador, martes 22 de junio de 2010
https://www.alainet.org/es/active/39047
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