Justicia, Seguridad y Derechos Humanos
29/05/2003
- Opinión
Cuando el Dr. Juan José Álvarez deje el ministerio de
Justicia, Seguridad y Derechos Humanos que ocupa por
designación del presidente provisional Dr. Eduardo
Alberto Duhalde, será reemplazado por el ministro
designado por el presidente electo, Dr. Néstor Carlos
Kirchner, el Dr. Gustavo Osvaldo Béliz. Todos han sido
socios políticos del Dr. Carlos Saúl Menem. Como podemos
comprobar los cinco son abogados, como los otros
"doctores" que mencionaremos en ésta columna, y en
calidad de tal están instruidos para conocer todo el
andamiaje jurídico de la República Argentina, éste
comentario no es menor cuando trataremos cuestiones del
importante y estratégico ministerio.
La política premia con cargos a los obsecuentes y laderos
políticos, se producen nombramientos hacia quienes no
tienen la capacidad necesaria para hacer frente a las
responsabilidades públicas, más allá que cumplan con la
función de cubrir las espaldas a los primeros mandatarios
y necesariamente terminan cambiando ideas e ideales por
posiciones en el circo político.
El ministro que se va Juan José Álvarez, que el domingo
cumplirá 48 años, luego de recibirse de abogado en
Universidad Católica Argentina tuvo una sola experiencia
como docente universitario en la cátedra de Derecho
Monetario y Bancario de esa misma casa de altos estudios,
siendo desde mayo de 1991 integrante del Directorio del
Banco de la Provincia de Buenos Aires hasta setiembre de
1992 y Vicepresidente de la Comisión de Créditos de ése
banco a partir de enero de 1992. Ya por entonces iba
quedando atrás su militancia en la peronista derecha
sindical.
Fue funcionario en el gobierno del Dr. Carlos Saúl Menem
en el año 1989 como Superintendente Nacional de Fronteras
del Ministerio de Defensa, entre 1993 y 1995 se desempeño
como Subsecretario de la Función Pública y fue
Interventor de la Obra Social del Congreso Nacional de
1990 a 1991.
A partir del 10 de diciembre de 1995 fue Intendente
Municipal del recién creado partido de Hurlingham. En
marzo de 1998 es designado Secretario de Relaciones con
la Comunidad por el ministro de Justicia y Seguridad
bonaerense León Arslanián durante la gobernación del ex
vicepresidente de Menem, durando solamente tres meses en
el puesto por controversias sobre una purga de 300
policías denominados "Los sin gorra". Consiguió su
reelección como jefe comunal en el año 1999 renunciando
en octubre del 2001 para convertirse en Ministro de
Seguridad del Dr. Carlos Federico Ruckauf quien por
entonces era el gobernador de la provincia de Buenos
Aires y anteriormente estudiante en el Liceo Militar,
asesor de Lorenzo Miguel, ministro del Interior de Isabel
Martínez de Perón y José López Rega cuando firmó los
decretos de exterminación y vicepresidente de Menem.
La carrera meteórica y siempre pasajera no se detendría
hasta el 23 de diciembre del 2001 en que el Dr. Adolfo
Rodríguez Saá a cargo de la semanal presidencia de la
Nación lo designase Secretario de Seguridad Interior de
la Nación, la actitud de Álvarez y la encerrona que le
realizaron "todos" en Chapadmalal y a la que el
Secretario no supo brindarle la menor seguridad ante
solamente treinta caceroleros -circunstancia por todos
conocidas y ratificada en sede judicial- que aceleraron
los tiempos de partir por los aires para renunciar en la
provincia de San Luís. Sin embargo, y no por casualidad,
mantuvo el cargo con la rápida y pactada llegada de
Duhalde quien lo confirmaría en el cargo en los primeros
días de enero del 2002 y lo convertiría en ministro el 10
de julio del 2003.
"Quienes manifestaron son otros, quienes manifestaron lo
han hecho de una manera violenta e irracional. Hubo
personas dentro de la manifestación que pedían auxilio
porque corrían riesgo, las fuerzas policiales fueron
agredidas. A partir de ahí, los policías que actuaron
continuaron despejando la zona, siendo víctimas de una
fuerte violencia. Se han visto agresiones con hondas,
escopetas y bombas molotov. Es un hecho gravísimo que se
va investigar hasta las últimas consecuencias". Estas
palabras no fueron pronunciadas por el criminal comisario
Alfredo Luís Franchiotti asesino de Maximiliano Kosteki y
Darío Santillán en Avellaneda, sino por Juan José Álvarez
el día 26 de junio del 2002 con relación a los hechos del
Puente Pueyrredón en su condición de Secretario de
Seguridad de la Nación y que "seguramente" por su
conducta quince días después fue ascendido a ministro de
la Nación. Sus mentiras quedaron demostradas por las
declaraciones de vecinos y comerciantes que fueron
testigos de los hechos de represión indiscriminada.
En éstas cuestiones ya tenía entrenamiento ya que en los
saqueos producidos a mediados de diciembre del 2001,
cuando era Ministro de Seguridad de la Provincia de
Buenos Aires no se enteró tampoco que eran las huestes
comandadas por funcionarios y punteros justicialistas las
que arengaban, mientras la policía bonaerense a su cargo
se hacía la distraída. Terminando los hechos en el
dictado de del Estado de Sitio que ocasionó la pueblada
del 19 y 20 del mismo mes que terminarían con la huída y
renuncia del Dr. Fernando de la Rúa, que se llevó consigo
la vida de 34 ciudadanos. Tanto en éste caso como en la
de la matanza de los luchadores sociales la vergüenza y
la deshonestidad manchan no solamente lo político -que
por cierto está bastante sucio- sino que atenta contra la
verdad y la justicia como lo demuestran las actuales
persecuciones, intimidaciones y secuestros realizados
sobre ciudadanos que participan de organizaciones
sociales de trabajadores desocupados.
Muy a pesar del periodista Román Lejtman que lo consideró
como a "un funcionario muy prolijo", muy poco conocemos
de lo realizado con la Justicia, la Seguridad y los
Derechos Humanos. Y en cuyo caso los que haya realizado
demasiados opacados quedarán con toda esta trayectoria
partidista nacida en la necesidad y la obsecuencia, que
permite vivir demasiado decorosamente sin pasar las
penurias que millones sufren y que algunos pocos reciben
las dádivas que a ellos les permiten no enemistarse con
los "representantes de Dios en Argentina".
A partir del 25 de mayo próximo éste nuevo desocupado
encontrara sin la menor de las dudas un nuevo cargo en el
gobierno progresista, nacional, popular, racional y
neokeynesiano de Kirchner, porque amigos son los amigos y
haber prestado catorce años de servicios ininterrumpidos
en el justicialismo tendrán seguramente la consideración
que el modelo bipartidista le niega a millones de
desocupados, pues nadie se atrevería a pensar que le
otorgarán un Plan de Jefas y Jefes de Hogar.
El ministro que viene Gustavo Osvaldo Béliz con 41 años
realmente "vuelve". Ya que en diciembre de 1992 fue el
reemplazante del Dr. José Luís Manzano en el Ministerio
del Interior de la Nación durante la presidencia de Menem
y sobre el cual seis años antes había sido autor del
libro "Menem - Argentina hacia el 2000" aunque no llegó
para acompañarlo hasta ese año porque en agosto de 1993
se cansó de estar "dentro de un nido de víboras" y
renunció para dejarle el cargo a Ruckauf.
Cuando éste ex "joven sobresaliente del año 1987" que
dice estar "guiado por los principios de la Doctrina
Social de la Iglesia" jure nuevamente como ministro
deberá recordar sus propias palabras "... no me interesa
tanto los móviles subjetivos de la acción de la
justicia...". Asimismo no debería volver a sostener que
"debería prohibirse el aporte privado a las campañas
políticas y fijar un límite estricto en el volumen de los
gastos de los partidos, con control de la sociedad civil"
porque muchos le recordaremos que desde el 20 de
setiembre del 2002, el mismo día que atentaban contra
Estela de Carlotto en La Plata, ingresó a los equipos
técnicos del Frente para la Victoria de Duhalde,...
perdón de Kirchner y la inversión en la campaña ha sido
varias veces millonaria que jamás lo sabremos con
exactitud aunque muchos aseguran que tiene un fuerte olor
a "pescado".
Ya no son tiempos para que Béliz recuerde que proponía
"la revocatoria popular de mandatos", "la representación
política sin privilegios ni fueros especiales". Menos aún
mencionar sus anteriores ideas contenidas dentro de su
"Nuevo Contrato Social" en las que decía: "Y en base a
una justicia que funcione con criterios de impunidad
cero, removiendo a los actuales integrantes de la Corte
Suprema y endureciendo las penas para los delitos contra
la administración pública, de modo de dificultar su
excarcelación".
No sabemos si su mentado "capitalismo coopetitivo =
competencia más cooperación" estará en sintonía con el
criterio neokeynesiano de Kirchner y si éste es capaz de
"dejar atrás el sistema de guante blanco, mercado negro"
para establecer "una profunda reingeniería del Estado con
un presupuesto de base cero que elimine la corrupción
estructural de múltiples FEUDOS enquistados en sus
entrañas". Aunque seguramente no podrá mantener su
postura sobre que los marcos regulatorios "tengan
participación externa independiente y de la sociedad en
su conjunto" ya que los próximos seguros pasos futuros
serán quitarle al parlamento nacional todo control sobre
el aumento en las tarifas de los servicios públicos
regalados durante el menemato en la fiesta de la entrega
del patrimonio nacional y la renta de sus empresas que
encontraba a "todos" los aquí nombrados apoyándola.
El otrora escriba de los discursos presidenciales del
"salariazo y la revolución productiva" con los que nos
prometían llevarnos al primer mundo, cuando llegó en 1989
a la Secretaría de la Función Pública llevó adelante los
programas de capacitación de los empleados públicos, que
desde ya, no tuvieron ningún mensurable resultado de
conformidad con todo lo sucedido en los últimos catorce
años. Dejaría esa función en el año 1992, pero
indudablemente le sirvieron, a él claro está, para hacer
prácticas del tipo "cursillistas" aunque los empleados
públicos no fueron invitados a calmar sus necesidades
como tampoco a los retiros voluntarios en el convento de
Azul con los monjes trapenses como era su costumbre
personal e invitaba al por entonces presidente Menem. Los
únicos retiros para los empleados de la administración
pública eran los "voluntarios" para terminar en las
largas filas de desocupados y subocupados por imperio del
modelo neoliberal. Épocas en que Béliz presidía el
Instituto Nacional de Administración Pública y también
era miembro del directivo del Consejo Latinoamericano de
Investigación para el Desarrollo.
Hablando de investigación nunca quedaron claras las que
siendo ministro del Interior ordenó realizar en julio de
1993 en la provincia de Tucumán y que le costará un
pedido de interpelación. Los investigados eran
estudiantes, gremialistas, docentes y políticos tucumanos
con conocimiento del gobernador Ramón Ortega, mientras en
todo el país las amenazas a los periodistas eran
intimidaciones practicadas todos los días hasta llegar a
la agresión física como fue el caso de Hernán López
Echagüe que rescata muy bien nuestra memoria y que
Duhalde seguramente prefiere olvidar. Recordemos que
tanto Timar Musumeci, Jorge Maggi y Jorge Passero,
titulares de Gendarmería Nacional, Prefectura Naval
Argentina y la Policía Federal, tuvieron que ir a
declarar a la justicia por una causa abierta por tales
deleznables órdenes.
La incapacidad en la "función pública" se vio reflejada
durante los sucesos del "Santiagueñazo" en 1993 que por
aplicación del Pacto Fiscal que había transferido al
Estado Nacional el 15% de la coparticipación federal
produciendo en el primer año de aplicación una
transferencia de 3.500 millones de dólares a las arcas
nacionales en detrimento de las provinciales por obra de
los futuros aliados políticos Cavallo-Béliz. Para el
joven ministro sus preocupaciones no estaban enfocadas en
la situación que padecían los santiagueños con sueldos
sin cobrar hacía tres meses sino las elecciones próximas
de octubre de 1993. El cansancio y hartazgo de la
población de Santiago del Estero termino incendiando y
destruyendo la legislatura, los tribunales y la casa de
gobierno que ante la inacción de la policía provincial
culminó en la intervención de la provincia por Juan
Schiaretti y la consabida represión a cargo de los
gendarmes. Ya se encargarían en noviembre el Dr. Raúl
Ricardo Alfonsín y Menem de hacer el tristemente
recordado Pacto de Olivos que garantizaría el
enquistamiento en el poder del bipartidismo y la orgía de
la mayoría automática en la Corte Suprema de Justicia de
la Nación y de otras provincias, como la de Santa Cruz,
que lo imitaban.
Béliz también supo realizar entuertos políticos con la ex
-montonera, cafierista, menemista, cavallista,
delarruista y lopezmurphista- Patricia Bullrich, aunque
no fue la única mujer que lo acompaño en sus diferentes
travestismos políticos ya que podemos sumar a Elena Cruz
-actriz y defensora del genocida Jorge Rafael Videla- en
el año 2000 en el Encuentro por la Ciudad para las
elecciones porteñas en las que luego de perder junto a
Domingo Felipe Cavallo calificarían al Frepaso del Dr.
Aníbal Ibarra como "mentiroso, tramposo, incompetente y
partisano" y a Irma Roy -actriz que juraba no tener una
jubilación de privilegio- en las legislativas nacionales
del año 2001 con la que rompió a último momento. Si de
mujeres seguimos hablando debemos recordar a Mónica
Amoroso que siendo una infiltrada de la Policía Federal
colaboraba y era activa militante del Partido Nueva
Dirigencia de Béliz que pretende brindarnos seguridad a
partir del lunes próximo desde los cursos acelerados bajo
el eslogan de la "tolerancia cero" realizados a bordo de
un patrullero junto a Cavallo y William Bratton que tanto
entusiasman al ex arbitro Javier Castrilli.
En el año 1996 fue candidato a Jefe de Gobierno de la
Capital Federal con su partido Nueva Mayoría sacando el
13% de los votos junto a Guillermo Francos y en el año
2000 a vice-jefe de Cavallo obteniendo un 33%. En el 2001
perdería en la carrera por ser Senador ante el socialista
Alfredo Bravo impugnando maliciosamente la sumatoria de
votos conseguidos por éste, cuestión que desde fines de
ese año hace que la ciudad no tenga un representante en
el Senado Nacional y que seguramente con su nuevo cargo
se facilitará la asunción de veterano político.
Una muestra de la irresponsabilidad política, o quizás no
tanto, es haber posibilitado que una antidemocrática como
la Elena Cruz llegue a ser legisladora porteña, aunque
seguramente como dicen mis hijos "si se ponen las pilas"
los diputados prohibirán su asunción en éstos días que
corren, ya que su actitud de rendirle un homenaje el 24
de marzo del 2001 es simplemente imperdonable.
No podemos encontrar en Béliz algún acto en su vida
política en favor de la lucha por los Derechos Humanos
(desde 1974 y hasta siempre), no podemos afirmar que
postura tiene ante las Leyes del Olvido de Alfonsín
(Punto Final-1986 y Obediencia Debida-1987) que en honor
a la verdad y la justicia deberán necesariamente ser
declaradas inconstitucionales, como tampoco sobre las
decenas de pedidos de extradición de militares asesinos
(desde 1988 hasta la actualidad), y menos aún sobre los
inmorales indultos dispuestos por Menem (1990) que
redactara el Dr. Raúl Granillo Ocampo como secretario
Legal y Técnico cuando Béliz ocupaba el cargo de
Secretario de la Función Pública, cargo que ocupó desde
1989 hasta 1992 al igual que la presidencia del Instituto
Nacional de la Administración Pública. En éstos días su
voz no se escuchó para pronunciarse ante los nuevos
indultos decretados por Duhalde.
Las relaciones que supo ir construyendo en su condición
de numerario, supernumerario o cooperador del Opus Dei
han sido debidamente tratados e investigados
periodísticamente por muchos periodistas, entre ellos el
más completo corresponde a Emilio J. Corbière que sin
dudas vale la pena leer para comprender las tramas de la
trilogía política-iglesia-economía. Solamente debemos
recordar que en los meses que estuvo a cargo de la
cartera de Interior colocó estratégicamente a unos
cuantos opudeístas en puestos claves y de las relaciones
más que estrechas mantenidas con los hermanos Trusso. El
poder de los seguidores de Escrivá de Balaguer lo
encontramos muy arraigado en la justicia, en muchas
comunidades como en la de Santa Cruz desde dónde fue
nombrado futuro ministro, en centros educacionales y en
las fuerzas armadas y de seguridad.
Los antecedentes en el mundo del Derecho no lo podemos
encontrar más allá de su paso por mencionada universidad
en la que fuera profesor titular en la Facultad de
Ciencias de la Información y del Master de Gestión de la
Comunicación de las Organizaciones, como también supo ser
asociado de su Instituto de Altos Estudios Empresariales.
Quizá sea su paso como periodista deportivo en El Gráfico
entre los años 1979 y 1985 o en el periódico La Razón
desde 1985 a 1989 los que le permitieron conocer las
cuestiones jurídicas ya que su postgrado en la Escuela de
Economía de Londres poco pudo haber aportado a esos
conocimientos. No creemos que los premios otorgados por
la Revista Time y la CNN, ambas norteamericanas, ayuden
para aclarar nuestro desconocimiento de su probidad a la
hora de analizar sus relaciones con el derecho ya que no
alcanzan las temáticas de sus libros para comprenderlo no
sólo en éste ámbito sino en el de la Seguridad y los
Derechos Humanos.
Al haber realizado sus estudios universitarios en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en
parte en épocas de la genocida dictadura militar y el
resto en la democracia, no sabemos que ha entregado de su
profesionalidad a favor de los Derechos Humanos por lo
cual dudamos sobre su impronta a cargo del ministerio, ya
que lo que sabemos de él es que siempre se ha encontrado
rodeado de personajes para los cuales éstos derechos no
interesan y menos merecen ser defendidos. Pensamos como
la Presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo que no
tiene experiencia y que su nombre al frente de esa
función nos preocupa sobremanera. De los archivos de la
legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no
surge ningún proyecto relacionado con los Derechos
Humanos mientras fue legislador del año 1997 al 2000,
siendo uno sólo por Seguridad y dos por Justicia.
En la Argentina de estos tiempos los atropellos llevados
a cabo por las fuerzas policiales, de seguridad y los
servicios de inteligencia contra los diferentes actores
sociales que protestan y no se dan por vencidos ante el
modelo impuesto, encuentran a miles de ellos procesados y
detenidos. Desconocemos las acciones llevadas a cabo por
el futuro a ministro para ponerse a su disposición,
aunque más no sea desde una postura cristiana, porque de
lo que estamos seguros es que no se ha preocupado por
contribuir a esclarecer los hechos que han regado de
sangre nuestras calles, plazas y puentes. Esas son
cuestiones que a la luz de los Derechos Humanos deben ser
atendidas de la misma forma en que operan los diferentes
organismos de seguridad. Porque nosotros, los ciudadanos
comunes, sabemos muy bien que en cada oportunidad que se
investiga o bien que las periodistas informan a través de
sus cámaras o micrófonos conocemos que los excesos
ocurrieron y que, además, son cotidianos. Lo mismo
acontece con nuestros jóvenes que cada día son más
perseguidos y humillados por aquellos que llevan puesto
un uniforme con el cual ya han cometido muchos excesos.
Para ir concluyendo, los movimientos pendulares de sus
convicciones políticas son demasiados conocidas, la forma
de cambiar su camiseta partidaria es demasiado rápida,
sus compañeros de ruta representan lo más retrogrado de
las ideas y sus denuncias siempre van acompañadas de un
gran operativo de prensa y muy poco de una investigación
y seguimiento para su corrección y búsqueda de las
sanciones respectivas.
Béliz al frente del ministerio no garantiza en Derechos
Humanos: Cumplir con las normas que los reconozcan y
reglamenten, promover su difusión, prevenir sus
violaciones, formular las denuncias ante sus violaciones,
realizar los programas y las políticas relativas a su
promoción y defensa, intervenir en la aplicación del
régimen de extradición, formular políticas, proyectar
normas y ejecutar programas que garanticen la igualdad de
oportunidades y la no discriminación de grupos o
personas, asegurar la seguridad interior para preservar
la libertad, la vida y el patrimonio de los habitantes,
sus derechos y garantías.
Béliz al frente del ministerio no garantiza en Justicia:
Agilizar las relaciones con el Poder Judicial, el
Ministerio Público, el Defensor del Pueblo y el Consejo
de la Magistratura, coordinar los programas jurídicos,
sociales y de atención comunitaria supervisando su
funcionamiento, coordinar las actividades de cooperación
jurídica nacional e internacional, intervenir en los
litigios en que los intereses del Estado Nacional o sus
entidades descentralizadas puedan verse comprometidos,
diagramar la política criminal de la Nación, formular
planes y programas para la prevención del delito,
desarrollar programas de protección de testigos y
promover el desarrollo de los patronatos de liberados.
Béliz al frente del ministerio no garantiza en Seguridad:
Organizar dentro del marco de la plena vigencia del
sistema democrático las fuerzas de seguridad nacionales y
provinciales, planificar y coordinar las acciones
individuales y de conjunto para la preparación y doctrina
de las fuerzas de seguridad y policiales, participar en
la producción de inteligencia e información de las
fuerzas de seguridad y policiales dentro del marco de la
plena vigencia del sistema democrático, preservar la
seguridad de las áreas de frontera y zonas de seguridad.
Hacer estas advertencias son indispensables si queremos
custodiar nuestros derechos y libertades, no permitiendo
que nunca más sean violados y atropellados.
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