Elecciones en Argentina

24/04/2003
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En las elecciones argentinas se juega en parte el futuro del gobierno Lula en el Brasil. Si gana un amigo de Lula para reorganizar, extender y fortalecer el MERCOSUR, se amplían los márgenes de maniobra externa del Brasil, lo que significa fortalecer la capacidad de reinserción soberana de nuestro país en el mundo. Si, por el contrario, vence un adversario del MERCOSUR y de la alianza prioritaria con Brasil, se acelerará la construcción del ALCA y, con ella, la adopción del dólar como moneda no solamente argentina, sino regional. En medio de la mayor crisis de su historia, Argentina tiene la oportunidad de elegir un nuevo presidente frente al desprestigio generalizado de la política y de los políticos, pocos meses después de que Brasil eligió un presidente fuerte y con mucho prestigio internacional y en el momento en que Estados Unidos no tiene que decir y ofrecer a Argentina. En esa situación de crisis hegemónica en el país, los candidatos reflejan el pasado que el país agotó, en vez de que ellos reflexionen los futuros posibles y la renovación. Ese es el mayor drama de las elecciones presidenciales argentinas, que tendrán el primer turno este domingo 27 y que definirán los candidatos que volverán a encontrarse tres semanas después, para definir quien presidirá el país en esa situación de recesión, regresión social inédita en su historia y falta de legitimidad política para quien quiera que sea electo. Dos de los tres candidatos peronistas –Nestor Kirchner y Rodríguez Sáa- incluso por oportunismo, para diferenciarse de Menem, optan por la alianza privilegiada con Brasil para construir el MERCOSUR. Similar posición tiene la candidata de centro-izquierda, Alicia Carrió. Menem representa la más clara opción por retomar la anunciada "relación carnal" con los Estados Unidos, que actualmente significa la adhesión al ALCA y la dolarización de la economía del país. Y Lopez Murphy representa la derecha liberal más ortodoxa, que no debe tener un programa muy diferente del de Menem. La izquierda, dividida entre candidaturas sin expresión y el voto nulo, abstención u otras formas de boicot, con el pomposo lema "Que se vayan todos" –como protesta porque no se trata de elecciones generales, sino apenas presidenciables– se condenó a la impotencia y a dejar el camino libre para que políticos de vieja cepa –incluido el propio Menem, responsable mayor de la crisis del país- puedan triunfar. En un momento en que la crisis económica y social, el desgaste de los políticos y de los partidos tradicionales, permitirían a Argentina sumarse a Brasil para abrir nuevos horizontes para el continente y para cada uno de sus países en particular. En el resultado de las elecciones presidenciables de Argentina se juega así una parte del éxito o del fracaso del gobierno Lula. Y se corre el riesgo de que los dos candidatos frontalmente negativos para el Brasil, logren –incluso con una suma poco expresiva de votos- pasar a la segunda vuelta. No será el último tango, pero los acordes de "Cuesta abajo" comenzarán a ser entonados. * Traducción de ALAI
https://www.alainet.org/es/active/3570
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