Maradona transformado por los medios en reflejo del gobierno

La maradonización de la política argentina

02/11/2009
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Con caras serias, varios “analistas” de televisión analizaron los dichos del técnico de la selección argentina, Diego Armando Maradona, como consecuencia del “estilo prepotente del gobierno nacional”. “Que la chupen” y “siguen mamando”, algunas de las frases de Maradona para cuestionar a los periodistas que lo habían criticado por el juego de la selección y las dificultades para clasificar al mundial de fútbol, dejaron de ser los exabruptos de un técnico, para convertirlo en demostración de lo mal que está gobernado el país.
 
Todos los noticiosos, hasta los deportivos, dejaron de lado el resultado del partido y la clasificación de Argentina al mundial, para referirse casi exclusivamente a los dichos del otrora ídolo futbolístico, y ahora cuestionado entrenador de fútbol.
 
La prensa, que tiene un poder extraordinario en la formación de opinión de los argentinos, ensayó dos planteos: uno minoritario que de alguna manera justifica los exabruptos de Maradona, y otro que lo eleva al nivel de villano máximo.
 
Informativistas supuestamente serios buscaron y buscan identificar a Maradona con la pareja presidencial y responsabilizarla por los dichos del técnico. Es un reflejo de la «prepotencia del gobierno», repitieron casi coordinados, varios comentaristas de televisión y radio.
 
”La cara de Maradona es la cara del poder prepotente de los Kirchner” subrayó el comentarista del informativo de Canal 13 en su horario estelar. Las polémicas declaraciones del técnico de la selección fueron un abono utilizado por los grandes medios de comunicación para alimentar los cuestionamientos al gobierno al que identifican con todo lo mal dicho y hecho en el país.
 
Las declaraciones de Maradona, que en cualquier otro país hubieran quedado en el ámbito deportivo y habría merecido críticas por el uso de lenguaje soez y después serían olvidadas lo más pronto posible, para no seguir avergonzándose frente al mundo, en Argentina han servido para atacar al gobierno a dos días del Día Peronista.
 
Los grandes medios de comunicación, que hasta hace 3 años se rendían ante la pareja presidencial, comenzaron a trabajar nuevamente para la oligarquía porteña, apenas superada la crisis económica que estalló en 2001 y provocó el levantamiento popular que obligó al entonces presidente Ernesto de la Rúa, a presentar su renuncia.
 
La mayor voltereta contra el gobierno se produjo cuando la presidenta Cristina Fernández pretendió introducir las retenciones móviles a las exportaciones de soja. El poderoso complejo agro exportador, logró movilizar, con la colaboración de los grandes medios de comunicación, a todas las gremiales agropecuarias, y gran parte de las capas medias de la sociedad ya recuperadas de la crisis y que querían volver a tomar distancia de los sectores más pobres. Desde entonces no hubo tregua, y desde que el gobierno impulsó y logró promulgar la Ley de Medios, la guerra es abierta.
 
Quienes estuvieron en Buenos Aires durante el mandato del presidente Néstor Kirchner, y los primeros meses de la administración de Cristina Fernández, pueden notar ahora el gran cambio de imagen de la pareja presidencial en los medios de comunicación y en la opinión pública de los porteños. De casi salvadores de la patria hasta hace tres años, se han convertido ahora en los villanos más grandes, los más corruptos, ineficientes, y según la imagen de los medios de comunicación, en los gobernantes más totalitarios y prepotentes.
 
La reivindicación de la chabacanería
 
El exabrupto del técnico argentino contra los periodistas de su país, sirvieron para que los medios de comunicación, que han introducido el lenguaje zoes en todos los programas, y hasta lo han premiado, como los show de Marcelo Tinelli, se presentaran ahora como los defensores de la moral pública, y en un magistral vuelta de tuerca, terminaron por acusar a la pareja presidencial de ser los responsables de los dichos de Maradona.
 
Durante por lo menos dos décadas, los responsables de los medios de comunicación aplaudieron y premiaron y lo siguen haciendo al programa de Marcelo Tinelli, al principio Videomatch y ahora Show Match, que se caracterizó por incorporar, por decirlo suavemente, el lenguaje de la calle a la pantalla chica. Desde la presentación de videos eróticos, a los chistes verdes, y los comentarios más groseros y soeces, con la justificación de que era divertido y que era lo que la gente quería escuchar. A juzgar por los índices de audiencia, se podría decir que tenían razón.
 
El lenguaje limitado y grosero se convirtió en la norma en la televisión y desde el programa de Tinelli saltó hasta las telenovelas, los programas de noticias de la farándula, y muchas veces hasta la política.
 
No hace mucho, el ex gobernador de Santa Fe y precandidato presidencial peronista, Carlos Reuterman, dio otro ejemplo de esta ”lumpenización” de la política. “Que se metan las candidaturas en el culo” dijo tajante. Pero, la utilización del lenguaje grosero en los medios de comunicación, es acompañado de otros elementos más peligrosos.
 
Por un lado, junto con la reiteración de los insultos y las groserías, se entreveran y tergiversan conceptos. Cuando el gobierno propone leyes o reglamentos que benefician o promueven derechos de los sectores marginados de la sociedad, o limitan privilegios, el gobierno se convierte en ”fascista”, ”prepotente”, o como gusta decir a la derecha oligárquica, en ”chavista”. Uno de los últimos ejemplos de esta manipulación de los conceptos fueron las declaraciones de la diputada y ex candidata presidencial Elisa Carrió cuando acusó a las Abuelas de Plaza de Mayo de ”fascistas”. Carrió, que adquirió cierta fama durante el tercer gobierno de Carlos Menem al encabezar una comisión investigadora sobre corrupción, y llegó a ser considerada ”de izquierda”, está ahora aliada a lo peor de la política argentina. En esta ocasión salió en defensa de la propietaria del Grupo Clarín, Ernestina de Noble, de la que se sospecha desde hace muchos años, haber adoptado niños de padres desaparecidos durante la dictadura militar.
 
Las primeras acusaciones salieron a mediados de los 90 cuando el entonces capitán Scilingo -el primero que reconoció participar en los vuelos de la muerte- y desde entonces se ha intentado, sin éxito, que los hijos adoptivos de la poderosa empresaria de medios, se sometan a un análisis de ADN para despejar las incógnitas. Ni Ernestina de Noble, ni los hijos, han aceptado realizar las pruebas. Esta no es la única situación en que los padres y los hijos adoptados se niegan a permitir el análisis para determinar sus orígenes.
 
El gobierno, aceptando un reclamo de las Abuelas de Plaza de Mayo para resolver todas esas situaciones, ha presentado un proyecto de ley para hacer obligatoria esa prueba cuando existen sospechas fundadas.
 
Elisa Carrió sostuvo que el proyecto de ley era una ”persecución” contra la dueña del Grupo Clarín, y que esa persecución, era una actitud ”fascista”, en el marco de la supuesta campaña del gobierno contra los medios de comunicación.
 
Abuelas de Plaza de Mayo y nietos y nietas recuperadas, le recordaron que por el contrario, seguir manteniendo en secreto la identidad de niños secuestrados por la dictadura militar, ocultar información, y de hecho defender las prácticas del terrorismo de Estado, era fascismo.
 
Aumentar la sensación de inseguridad
 
Una norma que se repite en todos los países del continente es exagerar la situación de in-seguridad y delincuencia. Los grandes medios de comunicación exigen más represión, más policías, reducir a la edad de inimpuntabilidad, para poner a los menores infractores en cárceles y con penas de adulto a una edad de 16 y 12 años, según las propuestas.
 
Con cierta razón, aunque no identifican las causas, acusan al gobierno por esa inseguridad. Sólo que el planteo no es eliminar las causas, la pobreza, la miseria, la marginalidad, sino que sólo se reclama mayor represión, y seguir con la política de aislar a los sectores marginales con muros de concreto si es posible, o con un cordón policial que los aleje del centro de las ciudades.
 
En Argentina, los informativos de la televisión, que tenían y tienen un formato aparentemente más serio, también se transformaron en el reino de la chabacanería. Desde el lenguaje de los cronistas para acentuar determinadas historias, hasta los minutos dedicados a hechos que transformaban en ”noticias” fue creando en la opinión pública insensibilidad, falta de reflexión y análisis, y aceptación de preconceptos.
 
Por ejemplo, el pasado viernes 16 de octubre, el noticiero central de Canal 13, presentados por el muy serio Santos Biasotti, después de volver a cuestionar los dichos de Maradona y acusar al gobierno de ser responsable del estilo ”patotero” del técnico de la selección, dedicó casi 15 minutos al crimen de un joven empleado bancario. El canal llegó a montar guardia en la puerta de la casa de la viuda hasta lograr que prestara declaraciones. Como era lógico, la mujer no iba a realizar declaraciones mesuradas. El canal que tuvo tiempo de editar las declaraciones, no asumió su responsabilidad y transmitió la descarga pública de la viuda que entre otras cosas, dijo que los asesinos ”eran cuatro negros de mierda” -negros no por el color de la piel- que el país ”estaba lleno de negros de mierda”, que había que matar a unos cuantos, y que los defensores de los derechos humanos sólo hablaban mierda, y terminó por reclamar el asesinato del sospechoso del crimen de su marido: ”que lo maten, sino que me lo traigan a mi que yo lo mato”.
 
Los dichos de la mujer, mucho más fuertes que las del técnico argentino, apenas merecieron los comentarios de que los conductores del programa no compartían sus dichos pero que entendían las circunstancias. Un doble rasero que poco importaba. El mismo noticiero elevó a la categoría de noticia la historia de una mujer argentina que, enamorada por Internet, se fue a Lima, Perú, a conocer a su amado. Allí, según el noticioso, ”encontró indiferencia” y sin dinero ni documentos no sabía como volver. La ”noticia” consumió otros cinco minutos largos de televisión.
 
 
-. Ricardo Daher, periodista uruguayo, es analista e investigador.
Barómetro Internacional. www.barometrointernacional.org
 
https://www.alainet.org/es/active/34172
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