De la burocracia institucional a la resistencia comunitaria

18/10/2009
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El reto del I Congreso Nacional Hábitat Saludable y Vivienda Digna ([1]) era conjugar las diferentes miradas frente a la vivienda y el hábitat por parte de actores tan disímiles como funcionarios públicos y privados, universidades, organizaciones populares de vivienda OPV y organizaciones sociales. El diagnóstico identificado sigue siendo sombrío: en Medellín el 51% de los barrios y el 85% de las viviendas están sin legalizar, 120.000 propiedades no tienen títulos, las 15.000 viviendas proyectadas en el Plan de Desarrollo actual cubren solo el 22.4% del déficit, la población desplazada, la mayor del país, sigue ubicándose en zonas de alto riesgo, EPM, el sistema de prevención y atención de desastres SIMPAD, Catastro y Planeación Municipal están desarticulados, se vislumbra la imposibilidad de cumplir con las metas del milenio en la reducción del déficit de vivienda y la pobreza, el numero de desconectados de los servicios públicos domiciliarios sigue siendo alto y la tramitología para acceder a un subsidio de vivienda hace que la mitad de los postulantes abandone el proceso.
 
Ante tal escenario se destaca la actitud resistente y propositiva de algunos de los procesos participantes: un grupo de indígenas del Cauca asociados en ACIESCA desplazados por la violencia quieren retornar a sus tierras y para ello solicitan a la Universidad Nacional que les ayude en la reconstrucción de su hábitat, la Asociación de Mujeres de La Unión, Antioquia, afectadas por la violencia, recurren a la solidaridad de su pueblo para desarrollar un programa de vivienda con perspectiva de género, la población de desplazados ubicados en terrenos de alto riesgo de Pinares de Oriente de Medellín, reivindica el permanecer en el lugar argumentando que sus terrenos son tan recuperables como la Biblioteca España, la cual fue construida en zona de alto riesgo no recuperable y algunas organizaciones populares de vivienda OPV se han organizado en red y están desarrollando proyectos productivos que les ha permitido permanecer en el proceso.
 
Otra propuesta llamativa por su creatividad y porque supera muchos de los obstáculos que tradicionalmente impiden el desarrollo armónico de proyectos de vivienda la de la Urbanización Villa Candelaria en Bogotá, en la cual el arquitecto Carlos Mario Yory plantea la posibilidad de plasmar en el espacio físico los postulados sobre desarrollo a escala humana de Max - Neef, relacionados con la generación de niveles crecientes de auto-dependencia, la articulación orgánica de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, la integración de lo personal con lo social, de la planificación con la autonomía y de la Sociedad Civil con el Estado.
 
Es así como la Topofilia o la Revolución de las Pequeñas Cosas adquiere forma mediante la planeación concertada (con las comunidades y con el Estado) y que valora tanto las necesidades de techo, abrigo, protección, integración y realización como el arraigo, entendido como la posibilidad de apropiarse de un lugar y realizar sueños y expectativas y la Identificación relacionada con la posibilidad de expresarse y plasmar la identidad en el espacio.  
 
“El Protagonismo real de las personas como consecuencia de privilegiar tanto la diversidad como la autonomía de espacios en que el protagonismo sea realmente posible y lograr la transformación de la persona –objeto en persona-sujeto del desarrollo supone, entre otras cosas, un problema de escala, porque no hay protagonismo posible en sistemas gigantescos deshumanizados”[2].
 
La propuesta busca recuperar la “Escala del vecindario como una respuesta a la precariedad tradicional de la oferta institucional en torno al hábitat popular concentrada de manera exclusiva a la vivienda concebida como demanda cuantitativa”[3]. La Escala y la Medida, la de cada cual en su actuar como padre, madre o hijo, como vecino, estudiante, profesional o trabajador o como habitante de la calle, en fin como ciudadanos y ciudadanas.
 
Así, la utilización libre del color, la imagen tradicional de la casa, la variedad de tipologías que respondan a los diferentes tipos familiares, el acceso personalizado, el uso de terrazas y jardines comunes a varios vecinos, los parques recreativos para niños y jóvenes, los comercios y los semilleros empresariales se proponen como las estrategias para hacer ciudad haciendo ciudadanos.
 
- Medardo Patiño es Tutor Escuelas de Liderazgo Regional Antioquia, Corporación Viva la Ciudadanía
 

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas Nº 179, Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org



[1] Convocado por la Universidad Nacional, Universidad de Antioquia, Federación Nacional de Vivienda Popular FENAVIP, Asociación Medica ASMEDAS, Asociación de Enfermeras ANEC y CONFIAR. Medellín, octubre de 2009.
[2] Urbanización Villa Candelaria. “Un diseño enfocado desde al teoría del desarrollo a escala humana a la luz del planteamiento topolfilico”. Carlos Mario Yory García.
[3] IBID
https://www.alainet.org/es/active/33812
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