Desempleo y subempleo
09/10/2009
- Opinión
Empresarios tradicionales, líderes de las cámaras de la producción y economistas neoliberales vuelven, en forma recurrente, sobre el tema del desempleo y el subempleo en Ecuador. Utilizando las cifras disponibles, sostienen que las dos variables han aumentado y culpan de ello a las nuevas orientaciones de la economía. Sobre esta base argumentan que hay un problema de “inflexibilidad” en las leyes laborales, cuestionan el Mandato 8 dictado por la Asamblea Constituyente (30 abril 2008) que prohibió la tercerización y toda forma de precarización laboral y proponen “cambios”, naturalmente a su modo.
Pero sus propuestas apuntan a volver sobre las tesis flexibilizadoras del trabajo, que son las que triunfaron durante las décadas de los ochenta y noventa del pasado siglo y que fueron las causantes del problema laboral y humano que han vivido miles de familias ecuatorianas.
La crisis de la economía capitalista en el mundo también se ha expresado a través del crecimiento del desempleo y del subempleo. En EEUU, Europa y Japón los índices del desempleo son los mayores de las últimas décadas y la OIT calcula unos 50 millones de desempleados en este año. Y en América Latina la cifra ascendería a más de 2 millones de personas, que se sumarían a los casi 16 millones hoy desempleados. Todo ello ha sido consecuencia del modelo de economía empresarial y de mercado libre, que fue la moda reciente. Y en Ecuador hay que sumar los miles de compatriotas que emigraron a otros países no solo por la falta de empleo sino por la precarización laboral. La degradación del trabajo contratado y reglamentado para ser suplantado por las diversas formas de “emprendedorismo” y trabajo “flexibilizado”, ha sido el camino que encontraron las transnacionales y empresarios del mundo para salva sus negocios y sus rentas.
Aún así, en Europa la conservación de ciertas políticas del Estado permite atender aún a los desempleados. Y en la actualidad se toman nuevas medidas estatales para superar la crisis. Se habla de “neokeynesianismo” porque no hay otra vía. En Italia el Estado financia bicicletas, electrodomésticos y otros bienes (incluida vivienda), para apoyar y facilitar la vida ciudadana. La medicina europea está socializada, algo que en el Ecuador ni siquiera se ha planteado y que debería ser el próximo paso para superar el negocio de la medicina privada. En Canadá el clima de bienestar socialista existe por las fuertes regulaciones estatales. Y están los fuertes impuestos sobre las rentas empresariales.
En Ecuador se carece de los beneficios del sistema de economía social de mercado europeo. Y asustaría el sistema socialista del Canadá. La rentabilidad empresarial pretende, como en el pasado, beneficiarse de los bajos salarios, la “flexibilidad” y la precarización. De manera que el avance económico para el país exige profundizar la seguridad social universal y en nuevos y más amplios derechos sociales y laborales, pues no son ellos los que generan el desempleo y el subempleo, sino que lo solucionan con arreglo a la dignidad humana, tan rara para los detractores “empresariales” ecuatorianos.
- Juan J. Paz y Miño Cepeda, historiador ecuatoriano, es coordinador del Taller de Historia Económica. http://puce.the.pazymino.com
El Telégrafo, Primer Diario Público
Ecuador, lunes 12 de octubre de 2009
https://www.alainet.org/es/active/33598
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