Creciendo con la hierba…
La tercería una payasada golpista…
30/08/2009
- Opinión
En el proceso de negociación que se ha instaurado bajo la égida del presidente Arias, que ya por sí es una negociación impuesta por el Departamento de Estado norteamericano, los negociadores golpistas han mantenido la estrategia de alargamiento de los plazos mediante fuegos artificiales distractores, cuyas luces no conducen hacia el fin de consolidar su régimen represivo y dictatorial, si no con el objetivo de convencer a los patronos de esta idea absurda del siglo XXI, aplicada al gobierno democrático de Mel Zelaya, repetimos con el propósito de persuadir a ingenuos y despabilados sobre su argumentación denominada reductio ad absurdum.
Mediante este mecanismo se plantea y realiza lo absurdo, pero se maneja como un quehacer lógico, es decir, el Golpe de Estado es un fenómeno político que como significado, está dirigiendo su mensaje al Departamento de Estado, que es su fundamental referente para enviar la credibilidad estratégica necesaria.
Esta decisión tomada por el gobierno de Bush con mucha anterioridad, a lo mejor dos años antes del golpe, es ahora una carga pesada para los golpistas y para el mismo Estado norteamericano, ya que jamás incluyeron en su agenda golpista la reacción mundial y del pueblo hondureño, con tal vehemencia que, después de dos meses, sigue vigente la resistencia nacional contra el coup d´etat en el frente interno y el frente externo.
Pues bien, el contexto sigue en la misma dirección antagónica, es un golpe de la oligarquía civil y militar contra la democracia participativa en ciernes.
Esta democracia que es una propuesta de los movimientos populares latinoamericanos es realmente la que ha sido cortada de tajo en nuestra sociedad, por cuanto tiene como perspectiva la redacción de una Carta Fundamental en la que el pueblo hará valer toda su visión de mundo, sus intereses y sus esperanzas, es decir su utopía política ansiada desde hace algún tiempo que se remonta a la época de Lempira, Morazán, Valle, Rosa y la huelga de 1954.
El Presidente Zelaya ha aceptado la negociación de San José, aunque no satisfaga en mucho los verdaderos intereses de la Resistencia Nacional Contra el Golpe de Estado, sin embargo, el retorno al orden constitucional es un primer paso para proseguir el camino que señala la ruta de la Constituyente.
Las cachurecadas del gobierno dictatorial michelettista y su grupo negociador, al proponer una tercería en la sucesión golpista, presenta en el escenario político nacional e internacional una payasada de actores de mala muerte que prosiguen un guión predeterminado que no sorprende a nadie.
Sólo en las afiebradas mentes de la perversidad y la patología dictatorial puede afincarse una idea por sí misma insultante a la mediana inteligencia: la sucesión golpista. Los negociadores de baja calidad que corren hacia allá y hacia acullá sólo representan el papel de payasos internacionales, cachurecos y militaristas.
Ni siquiera se lo creen los funcionarios provisionales que se han dedicado a saquear el erario nacional, ni el Presidente Arias y peor los líderes demócratas del gobierno norteamericano, que están por calificar como golpe militar a la acción realizada por la cúpula de las Fueras Armadas hondureñas.
Y otros que también podrán repetir el mal chiste de la dictadura, son los periodistas golpistas quienes por una buena paga en dólares y desteñidos y devaluados lempiras debajo de la mesa, pondrán su empeño en convencer incautos y reafirmar esperanzas, utilizando su terrorismo mediático con los fines ya descritos.
Realmente lo que deben hacer es alistar sus maletas para desalojar la casa de la presidencia que no les corresponde y dejar el estrado público donde como actores de esta tragicomedia han incurrido en delitos de lesa humanidad y lesa patria, culpabilidad que pagarán con creces aunque se hayan robado y malversado los fondos públicos que pertenecen al pueblo hondureño.
Cuando se instaure el régimen democrático comenzará otro capítulo de una historia que habrá de merecer la atención de las mejores plumas literarias, los pinceles más finos, las melodías extraordinarias, y los estudios conspicuos de los artistas e intelectuales hondureños y mundiales. Entonces se podrá ver con más claridad las payasadas trágicas de unos actores delincuentes e improvisados que asaltaron la democracia hondureña del siglo XXI.
- Galel Cárdenas, Unión de Escritores y Artistas de Honduras
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