Golpes de Estado y regímenes militares

19/08/2009
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La ciudadanía hondureña ha vivido bajo regímenes caudillistas y dictatoriales por más de treinta y cinco años en el último siglo de su historia. Las fuerzas de la oligarquía criolla  y de las botas militares han sido una de las principales formas de dominio gubernamental. Antes de que el general Tiburcio Carías Andino ganara la presidencia en 1933, pasaron varios gobernantes de tipo  caudillezco como Luis Gutiérrez (1920-24) y jefes de estado producto de golpes de Estado, como el del General Vicente Tosta, quien entregó el poder a Miguel Paz Barahona (1925- 1929), sucediéndole Vicente Mejía Colindres (1929- 1933). El caudillo y militar Tiburcio Carías entregó la presidencia hasta 16 años más tarde, en 1948, cuando los Estados Unidos “hacen entender a Tiburcio Carías que sería inútil tratar de amarrarse más al poder utilizando métodos que hasta entonces le habían dado éxito.” [André Marcel d’ Ans, Honduras Emergencia difícil de una nación, de un Estado. Pág 191]
Después de la dictadura del caudillo y General Tiburcio Carías, y los golpeados gobiernos de Manuel Gálvez (1949 – 1954), depuesto antes de completar su período por su Vicepresidente, Julio Lozano Díaz, en un “golpe de teatro” [André Marcel d’ Ans, Honduras Emergencia difícil de una nación, de un Estado. Pág 202] y Ramón Villeda Morales, el 3 de octubre, 10 días antes de las nuevas  elecciones presidenciales el General Oswaldo López Arellano, da otro golpe militar, estableciendo dos períodos continuos de gobierno militar: de 1963 a 1971 y de 1972 a 1975, con un corto intervalo (abril de 1971- al 4 de diciembre de 1972) cuando eligieron como Presidente “de papel”  a don Ramón Ernesto Cruz, bajo los condicionamientos militares.  Ya antes, en octubre de 1956,  cuando era ex Teniente Coronel de Aviación, Oswaldo López Arellano participó en una coalición de oficiales que sacaron al Presidente Julio Lozano Díaz y entregaron el poder a una junta militar. [André Marcel d’ Ans, Honduras Emergencia difícil de una nación, de un Estado. Pág 203]
 Todos estos  golpes militares  se dan con el apoyo del sector civil más conservador, distinguiéndose el grupo que controla al Partido Nacional, fundado por el General Tiburcio Carías en 1916, principal opositor al Partido Liberal al que pertenece el Dr. Villeda Morales, quien es considerado un socialista por las reformas y decretos ley que establece a favor de sectores laborales.  Así se reinicia otra dictadura  militar dirigida por Oswaldo López, a quien se le obliga a salir del poder por los mismos militares el 22 de abril de 1975 comandados por el militar de carrera, General Juan Alberto Melga. El General Melgar es golpeado por otro de la Junta Militar el 8 de agosto de 1978. Esta vez la Jefatura de Estado se le entrega al General  Policarpo Paz García quién es luego proclamado Presidente de la República el 27 de enero de 1980. Entrega la Presidencia el 27 de enero de 1982. [Wikipedia].. El próximo Golpe de Estado se da el 28 de junio del 2009, donde se establece un gobierno cívico militar. La mayoría de oficiales militares que ocupan altos cargos de las instituciones del Ejecutivo son oficiales en retiro o retirados  y algunos profesionales civiles educados en colegios y centros militares.
El recuento anterior suma un poco más de 19 años, si contamos que lo menos que el actual gobierno de facto va a mantenerse en el poder es de tres meses. Este tiempo, sumados a los 16 años de dictadura del General Carías Andino, resultan 35 años de poder militar en los últimos 76 años.  .
Esto sin contar con casi doce años, entre 1982 y 1994, de poder militar tras el trono, después de haberse reiniciado el período de democracia formal con la nueva Constitución y la elección del Dr. Roberto Suazo Córdova (1982-1985),. Por ejemplo, el periodo cuando el General  Álvarez Martínez, quien ocupó la jefatura de las fuerzas armadas entre 1981 y 1984. Acusado por diversas organizaciones humanitarias de ser el responsable de más de 80 desapariciones comprobadas  y otras centenas sin pruebas concretas. Es decir que si incluimos esos doce años de poder militar se ha tenido 47 años de poder militar. Es decir, la ciudadanía ha vivido bajo la bota militar y el caudillismo arcaico un 62% de los últimos 76 años de vida política. No obstante, desde 1982 se repite reiteradamente que el pueblo hondureño ama y defiende el sistema democrático.
Habría que saber a cual democracia se han referido quienes proclaman ese apego. Al conocer quiénes lo pregonan, se puede deducir la democracia a la cual se refieren. En el contexto político actual estas distinciones deben ser mucho más evidentes ahora que antes del reciente golpe de Estado.
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