Mega crisis de la petro-dependencia e imperativo para un mundo post petrolero

El conflicto petrolero venezolano y sus implicaciones ambientales

22/01/2003
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(Resumen) La Red Alerta Petrolera (Orinoco Oilwatch), con sus más de 40 agrupaciones e individualidades integrantes, sus varios años de trayectoria y su carácter independiente, es como colectivo, una organización pionera con una gran experiencia en el tema ambiental- petrolero en Venezuela que le ha valido un reconocimiento nacional e internacional. A través de planteamientos colectivos o de sus miembros individuales, desde 1996 la Red Alerta Petrolera (RAP) ha desplegado una constante labor desde centros de estudios y en el campo de las operaciones de la industria petrolera, a fin de realizar investigaciones y producir informes y recomendaciones sobre el tema ambiental petrolero. En tal tarea, la Red se ha beneficiado de su estrecho contacto con otras organizaciones similares en otros países del mundo, miembros de la Red de Resistencia a la Actividad Petrolera en los Trópicos (Oilwatch Internacional), a los fines del intercambio de valiosa información sobre una problemática mayormente común. En toda esta labor, el mensaje ante todos los distintos gobiernos siempre ha sido el mismo: Exigir a la industria petrolera una mayor responsabilidad ambiental y social en sus operaciones, alertar sobre planes de explotación de hidrocarburos particularmente riesgosos y abogar por un nuevo modelo energético más cónsono con el ambiente y el bienestar humano, en el contexto de un modelo económico diversificado, sano y sustentable. Luego de ponderar cuidadosamente los sucesos del actual conflicto petrolero venezolano, así como la información de nuestros diversos afiliados, la Secretaria de la Red Alerta Petrolera (Orinoco Oilwatch) ha considerado su deber fijar posición ante el conflicto con miras a aportar al esclarecimiento de la situación. Tal tarea no ha estado carente de aspectos retadores pues la verdad frecuentemente es victima en situaciones de polarización como las que esta viviendo nuestro país; por lo cual es deber de todo observador objetivo a los mas altos intereses tratar de superar toda parcialidad o distorsión informativa que pueda resultar de tal situación, a fin de poder actuar con la mayor confiabilidad y utilidad para el bien colectivo. En base a todo lo anterior, expresamos a la opinión pública nacional e internacional lo siguiente: 1.- Es evidente que el conflicto petrolero que estamos viviendo ha aumentado los riesgos ambientales de la operación de los hidrocarburos en nuestro país. El solo desguarnecimiento de las instalaciones petroleras por parte de los trabajadores declarados en paro, así como la insuficiencia del personal que ha pretendido mantener la industria petrolera a flote ya han sido razones suficientes para ocasionar la situación de mayor riesgo. A lo anterior se han sumado denuncias sobre daños, deliberados o involuntarios, en la infraestructura informática, física y financiera de las operaciones e incluso algunos actos de violencia en los campos petroleros. Ante todo lo anterior, lo sensato para todos los factores corresponsables es reconocer el potencial de mayor riesgo y extremar las precauciones para evitar daños o algún desastre ambiental de proporciones mayores o de graves consecuencias para las poblaciones circundantes. 2.- Mucho se ha hablado de la agudización de accidentes con el conflicto actual en relación a la experiencia pasada, especialmente en la zona del Lago de Maracaibo, algo muy lamentable por las secuelas del mismo; contingencias estas que deben ser resueltas pronta y eficazmente. Por otro lado la comparación exacta con el pasado se dificulta por el velo de protección que tradicionalmente ha tenido este tipo de información por parte de la Industria Petrolera. La cifra dada por el presidente de PDVSA durante el actual conflicto sobre un numero de 50 derrames en el Lago de Maracaibo al mes como promedio en años anteriores recientes (algo ya de por si alarmante) era antes desconocida, ya que la costumbre de la Industria era mantener este tipo de información fuera del alcance público, por razones de su conveniencia. Un esfuerzo independiente para llenar los vacíos de información ha sido hecho en materiales como el capitulo ambiental del Informe de Derechos Humanos en Venezuela de PROVEA de sus últimos 4 años con el aporte de la Secretaria de la Red Alerta Petrolera. De lo que si estamos seguros es de los en todo caso lamentables saldos históricos básicos. 3.- La protección de la vida misma debe estar ante todo. Por ello es que no podemos aprobar que en nombre del paro, se haya dejado fondeado en medio del Lago de Maracaibo un buque cargado de 35 millones de litros de gasolina- un hecho que por si solo ya constituye un serio riesgo ambiental; como no podemos aprobar que se intente reiniciar el trabajo de una refinería contigua a un centro poblado sin tener garantías suficientes de la seguridad de dicha operación; o aprobar que se haya privado a millones de personas masivamente de un suministro de combustible vital para el aseguramiento de muchas de sus necesidades básicas (incluso con algunas consecuencias ambientales también, como ha sido el caso de miles de familias en el interior del país que ante la apremiante carencia del gas domestico para la cocina han requerido la utilización de bosques para proveerse de leña.) 4.- Como activistas plenamente fieles a la causa ambiental y a la protección de la vida y la dignidad humana, no podemos avalar ninguna acción, venga de quien venga, que cause gran sufrimiento a la población o al medio ambiente. Tal como lo reconocen todas las tradiciones espirituales: "el fin no justifica los medios", los medios tiene que estar en consonancia con el fin. 5. - No se puede examinar el actual conflicto petrolero independientemente de lo que ha sido la historia anterior del petróleo. Celebramos que el conflicto haya puesto sobre el tapete una discusión pública sobre la industria petrolera como nunca había existido en nuestro país, bien por desinformación, desinterés o encubrimiento. Y celebramos inclusive que individualidades, organizaciones de la sociedad civil, incluso del mundo ambiental, así como medios de comunicación, que hasta ahora habían estado ausentes del tema ambiental-petrolero se hayan ahora sumado a él, tema que hasta ahora había sido el reducto de unos pocos heroicos compatriotas. En todo lo anterior, lo que ha pasado en Venezuela tiene un carácter notable, incluso a nivel mundial, y debe ser materia de estudio obligado para todos los interesados en el tema petrolero y energético. Pero es preciso que se llegue al fondo de las cosas. La Industria petrolera en Venezuela y en todo el mundo ha sido siempre lesiva al medio ambiente en todas sus operaciones, incluyendo la exploración, extracción, transporte, almacenamiento y el procesamiento y utilización de sus derivados. Sus estándares de protección ambiental y protección de poblaciones afectadas tradicionalmente han dejado mucho que desear, empezando por un sistemático soslayamiento o renuencia de la industria a reconocer sus responsabilidades En tal sentido, lo anterior ha ocurrido en Venezuela tanto bajo el dominio de las empresas trasnacionales ( de 1920 a 1976) como bajo el dominio de la industria nacionalizada es decir PDVSA ( de 1976 en adelante) - a pesar de que reconocemos los esfuerzos de ésta en los últimos años de mejorar un pobre record ambiental . Como consecuencia de lo anterior, es bueno recordar que en el caso de Venezuela ha habido históricamente miles de derrames petroleros en el Lago de Maracaibo, epicentro connotado del actual conflicto. En tal sentido cabe citar reventones como el "Barrosos nº 2", en 1922, que vertió 900.000 barriles de petróleo al medio ambiente (ó 4 veces lo del buque Exxon Valdez, en Alaska y 3 veces lo del buque Prestige frente a España ); el del buque Nissos Amorgos, en 1997, que derramó 27.000 barriles en el Golfo de Venezuela, vinculado al Lago; así como incontables derrames mas de los 5.000 pozos y alrededor de 20.000 km de tuberías que perforan sus aguas -muchos de ellos hoy un inherente riesgo ambiental por su decrepitud luego de décadas de uso o abandono. En el Lago de Maracaibo se ha cometido uno de los crímenes ambientales mayores del mundo, como consecuencia de casi un siglo de explotación petrolera acumulada. Recordar, además, que en todo el país existen decenas de miles de fosas de desechos tóxicos- productos inherentes de la explotación petrolera, aun desatendidas (sin tratamiento), como parte de una deuda ecológica del petróleo que, como consecuencia de toda la explotación petrolera y de las refinerías y complejos petroquímicos existentes en el país, ha contaminado aguas de superficie y subterráneas, ha destruido bosques y suelos, y ha contaminado el aire; sembrándose las bases para la peor pobreza: la que se produce cuando se acaba con la Madre Naturaleza que es sustento de la vida. Recordar así mismo que valiosas culturas agrarias e indígenas han sido sacrificadas en el altar de la industria petrolera. Todo lo anterior, en aras de abastecer al mundo del petróleo venezolano, y además, en medio de un mundo donde las "guerras por el petróleo" no han sido infrecuentes y aun hoy persisten en el horizonte. 6.- En adición a su aun no redimida gran factura ambiental y social, y la pobreza física y espiritual que ello ha generado, luego de casi 100 años de funcionamiento de la industria petrolera en Venezuela también ha quedado claro la persistente dependencia, vulnerabilidad, y concentración de poder político y económico que ésta ha significado. Todo lo anterior en detrimento de un país más independiente, menos vulnerable, y más auténticamente democrático. Y a pesar de todas las pasadas consignas y políticas de "sembrar el petróleo" (la diversificación económica), reducir la vulnerabilidad del país ante la dependencia petrolera, y mantener a la industria subordinada a los mas altos interés de la Nación. Esta experiencia se ha repetido en la mayoría de los países monoproductores de petróleo lo que hace pensar que tales consecuencias han sido inherentes a la naturaleza del paradigma petrolero mismo, más allá de la "mala o buena administración" de los ingresos aportados por el petróleo -como han alegado los promotores de la perpetuación del modelo petrolero. Puesto que el problema ha estado en la industria misma, es la industria la que tiene que cambiar para adaptarse a las necesidades del bienestar humano, y no al revés. 7.- A pesar de todas sus miserias, el conflicto petrolero le ha servido a Venezuela para algunos aprendizajes importantes. Como ya se ha dicho antes, ha precipitado un debate público sobre la industria petrolera y sus aspectos políticos, ambientales, y sociales sin precedentes en la historia del país y quizás a nivel mundial. Ha obligado a los venezolanos, el pueblo más gastivo de energía y mas dependiente del automóvil en América Latina, a apreciar mas el valor de la energía, del trasporte publico y alternativo y de la seguridad energética. Tales aprendizajes pueden ser aprovechados para un país mejor, luego de que se supere el conflicto, lo que esperamos sea logrado en paz, justicia, y reconciliación nacional. Por ahora nuestro basamento económico temporal es el petróleo, requerimos aun de su aporte, y en especial luego del actual gran desquiciamiento, para no quedar sumergidos en la miseria. Pero es urgente revisar el modelo de desarrollo petrolero, hemos visto la gran fragilidad que conlleva la dependencia de una sola mercancía, de una sola mega empresa, o aun de unas pocas empresas trasnacionales. La alternativa es encontrar una diversidad económica, como la de la Naturaleza, y que se respete la socio diversidad, la biodiversidad, la vida de las comunidades indígenas, campesinas, pesqueras y a la Naturaleza misma 8.- Una vez resuelto el conflicto, es indudable que PDVSA, la industria petrolera nacional, nunca volverá a ser la misma. Para nosotros esa nueva PDVSA debe estar deslastrada del empeño obcecado en seguir a ultranza en el obsoleto modelo petrolero, cuyas vulnerabilidades y costos ambientales, sociales y políticos se han hechos obvios para el país. En tal sentido sería imperativo que el país se trace un escenario de no más de 30 años para superar su inaceptable petro-dependencia y petro-vulnerabilidad, y lograr una economía diversificada y post petrolera de carácter sustentable. Para lo cual ¿por que no dejar cerrados entonces, de una vez para siempre, algunos de los grifos petroleros obligados a cesar por el conflicto? ¿O tal como tantas veces lo hemos solicitado, dejar libre de explotación de hidrocarburos el frágil ecosistema de la zona del Golfo de Paria y el Delta del Orinoco, valioso reservorio de recursos bióticos y con una función ecológica vital para Venezuela y todo el Caribe Oriental; análogamente a la declaración de Costa Rica de librar a sus costas de la explotación de petróleo, por razones del mas alto interés nacional? Así como Venezuela se vio obligada a invocar "razones de fuerza mayor" a raíz del Conflicto para excusar la interrupción de suministros petroleros a clientes extranjeros, en la protección de su integridad natural también deberían invocarse "razones de fuerza mayor" para no seguir con una "cultura petrolera" en riña con tan altos intereses. Con todo ello, Venezuela daría un gran ejemplo al mundo. Instamos a la Comunidad Internacional a que apoye nuestro país para que no se le siga presionando al sacrificio de su integridad en aras de seguir satisfaciendo el voraz e insaciable consumo petrolero del Norte. Y a los compatriotas a quienes auténticamente les duele el país a luchar para hacer esto posible. El éxito de Venezuela en ese empeño seria un éxito para el mundo responsable. La consigna para la nueva Venezuela debería ser: "Venezuela una economía diversificada y post petrolera de carácter sustentable en menos de 30 años". Las capacidades gerenciales y técnicas de la nueva PDVSA, con el concurso internacional apropiado que hiciera falta, estarían al servicio de tan magna meta, que incluiría un nuevo paradigma poli- energético, basado en las energías renovables clásicas a pequeña escala y ecológicamente sustentables (como la solar, viento, agua, y formas ecológicamente apropiadas de la biomasa – todas tan abundantes en nuestro país que podrían suministrar, en forma local, energía equivalente a varias veces su normal producción petrolera, así como renovables de avanzada como la energía del hidrogeno -obtenido a partir de fuentes limpias (combustible que para muchos, será pronto el sustituto del petróleo como combustible universal principal). Las nuevas fuentes de energía, además de renovables y mas limpias, tienen como conveniencia un carácter mas descentralizado y una menor creación de vulnerabilidad y dependencia; todo lo cual tiende a evitar las indeseables concentraciones de poder económico, político y tecnocratico, anti-democráticas que han caracterizado con demasiada frecuencia al paradigma del petróleo. 9.- Instamos a la opinión pública nacional e internacional, a las autoridades, a los funcionarios concientes de PDVSA, a los medios de comunicación, actuando con el mas alto sentido auténticamente patriótico – porque patria es "comunidad humana mas territorio natural preservados", a no dejar pasar la oportunidad que nos brinda la actual crisis para repensar a la industria petrolera en función de un nuevo modelo energético al servicio de la Venezuela postpetrolera que han anhelado antes venezolanos insignes y visionarios, para un país y mundo mejor . El Hoy ha dependido de lo que hicimos Ayer y el Mañana depende de lo que hagamos Hoy. Pues, tal como dijo el Jefe Indio Seattle en su inmortal proclama: "Todo lo que le ocurra a la Tierra le ocurrirá a los hijos de la Tierra. El hombre no tejió la trama de la vida, el es solo un hilo de ella. Lo que hace con la trama se lo hace a si mismo" Red Alerta Petrolera (Orinoco Oilwatch) Secretaria Caracas, 21 de enero de 2003 RED ALERTA PETROLERA-ORINOCO OILWATCH Secretaria e-mail: amigransa_oilwatch@yahoo.com , amigrans@internet.ve En el mes de agosto de 1996, la organización ambientalista AMIGRANSA- Sociedad de Amigos en defensa de la Gran Sabana, promueve la creación en Venezuela de la RED ALERTA PETROLERA (Orinoco-Oilwatch), filial venezolana de OILWATCH, organización internacional de "Resistencia a la explotación petrolera en los trópicos y vigilancia de los impactos ambientales y sociales de dicha actividad" , nacida en Quito, Ecuador, donde se encuentra la Secretaria Internacional de Oilwatch. En la RED ALERTA PETROLERA, hemos considerado prioritario por su urgencia y su gravedad, solicitar una MORATORIA a la actividad petrolera en áreas de alta fragilidad ambiental y social; realizar el estudio de la problemática de la zona Delta del Orinoco/ Golfo de Paria en el extremo oriente del país, en la desembocadura del Río Orinoco, hábitat de la étnia indígena Warao; las secuelas de la explotación de petróleo, carbón y gas en el Edo. Zulia, el resultado de las 'asociaciones estratégicas' en la faja petrolífera del Orinoco y la deuda ecológica. Sus voceros forman parte de grupos ecologistas, de pueblos indígenas, instituciones académicas y de investigación, grupos defensores de los derechos humanos, grupos de pescadores y de otras poblaciones locales afectadas por los impactos de mega-proyectos petroleros, gasiferos y petroquímicos. Miembros de la RED ALERTA PETROLERA (ORINOCO OILWATCH) Sociedad de Amigos en Defensa de la Gran Sabana, AMIGRANSA, Grupo de Estudio Mujer y Ambiente GEMA, Sociedad Naturista de Venezuela, Fundamat, Representantes de Comunidades Indígenas, Red de Mujeres Indígenas WARAO, Federación de Juntas Ambientales FORJA MOSIN , Grupo Ecológico de Bolívar GREBO, Jardín Botánico de Tucupita, , ECO XXI, Vicaria Derecho y Justicia, Fundación Casa del Trabajador de Sucre, Sociedad Conservacionista de Sucre, Comité de Solidaridad con EL HORNITO , Frente en Defensa de la Sierra de Perija, Frente Ecologista del Zulia, Cinemovil Wuayra y otras personalidades relevantes del área del petróleo, antropología, biología, derecho, agricultura y pesca.
https://www.alainet.org/es/active/3240
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