Joan Martínez Alier y los conflictos sociambientales
25/07/2009
- Opinión
Hace años que nos visita periódicamente un español singular: el académico Joan Martínez Alier, una mezcla sui generis de economista, historiador, ecologista y sociólogo. Una rara avis de la investigación social, cuyas palabras decenas de personas pugnaron esta vez por oir en tres escenarios distintos durante dos días, demostrando que los conflictos socioambientales siguen siendo un tema de interés entre la intelectualidad peruana y el público en general.
JMA, como suele firmar, nos ha legado dentro de su producción académica, dos libros particularmente interesantes, que ya son clásicos contemporáneos, si cabe el término: Los huacchilleros del Perú y De la economía ecológica al ecologismo popular.
En el primer texto, realizó un acercamiento inicial al funcionamiento de las haciendas andinas peruanas en los años previos a la reforma agraria velasquista, destacando el rol de los pastores de ganado chusco o huaccho, llamados por extensión huacchilleros, además del de las comunidades de Pasco, en la sierra central del Perú. Actores siempre en pugna por acceder a ese recurso natural básico que era/ es la tierra. Así, al describir esa relación social conflictiva acuñó dos conceptos interesantes: asedio interno, para la resistencia de los pastores y huacchilleros de la hacienda Fernandini, y asedio externo, para la presión de las comunidades por invadir las tierras de la hacienda Algolán. En verdad, esos fueron años de alta conflictividad social por el acceso a la tierra, dentro de la cual destaca el famoso episodio de la masacre de varios comuneros de la comunidad pasqueña San Antonio de Rancas, por órdenes de la minera norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation.
En su segundo libro, se centra en lo que él llama el ecologismo popular o ecologismo de los pobres, planteando que no es necesario llegar a ser rico para preocuparse y ocuparse de los problemas ambientales, devenidos en socioambientales. Lo cual demuestra examinando una diversidad de casos de defensa del ambiente y sus recursos por parte de grupos sociales vulnerables en países como India, Brasil, México y el Perú. Más aun, llega a refutar una de las tesis centrales del archifamoso informe de la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas, Nuestro futuro común: la pobreza genera degradación ambiental, por lo cual el “desarrollo económico ecológicamente sustentable” es el remedio para ambos males. Más bien, JMA considera que el crecimiento económico lleva al agotamiento de recursos naturales, así como a la contaminación, lo cual perjudica sobre todo a los pobres. De ahí que haya un conflicto entre la destrucción de la naturaleza para ganar dinero y la conservación de la naturaleza para poder sobrevivir. Conflicto que es también un conflicto entre la tecnología occidental y el conocimiento indígena y la consciencia ecológica. Apoyándose en estudios anteriores, concluye que no pocos movimientos sociales “Son movimientos ecologistas que tratan de sacar los recursos naturales del sistema de mercado generalizado, de la racionalidad mercantil, para mantenerlos o devolverlos a la oikonomía (en el sentido con que Aristóteles usó la palabra, como ecología humana, opuesto a crematística)”.
Palabras que suenan tan precisas cuando recordamos el modelo de desarrollo que el gobierno peruano sigue proponiendo tercamente para la Amazonia, pese a la sangre derramada y el resentimiento acumulado. Por ello, el ecologismo popular amazónico debe seguir vigilante, con el apoyo de todos aquellos que reconocemos su valioso papel en defensa de recursos que garantizan el futuro común de la Humanidad.
Fuente: E-COCHASKI Nº 22. Notas socioambientales del Perú (y allá). Lima, 26 de julio del 2009.
https://www.alainet.org/es/active/32034?language=pt
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