Camilo Torres, el movimiento estudiantil y la teología de la liberación
- Opinión
¡Que vivan los estudiantes,
jardín de las alegrías!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!
Violeta Parra
“Me gustan los estudiantes”
(1960-1963)
¿Qué experiencia vivió Violeta Parra para cantar de esta manera al estudiantado de su país a comienzos de la década de los 60s? ¿qué está pasando en los estudiantes de su tiempo para llegar a merecer tales elogios de quien fuera creadora de
Me propongo ahondar en las circunstancias que produjeron el horizonte teológico-político del “amor eficaz”, específicamente en el encuentro dialógico de Camilo Torres con el estudiantado de
1. Coincidir epocalmente
Llama la atención la cantidad y la diversidad de experiencias juveniles y estudiantiles que coinciden epocalmente y que expresan un similar talante emancipador. Veamos brevemente los casos de Brasil y Chile.
1.1. Brasil
En Brasil, como reacción a la educación elitista y conservadora que se implementaba desde las instituciones, surgieron acciones de grupos, finalizando la década de los 50s, en contra de esta política que se agenciaba desde el Estado. Emergieron iniciativas para la alfabetización y la educación básica a través de las escuelas radiofónicas, del Movimiento de Educación de Base MEB, de los Centros Populares de Cultura CPCs, de los Movimientos de Cultura Popular MCPs, etc. En ellas confluyen el movimiento estudiantil, la universidad, el Estado,
Carlos Rodríguez Brandão llama la atención sobre la presencia protagónica, en el escenario de transformación del país “del movimiento estudiantil que prestó relevantes servicios en el campo de la educación y en los movimientos sociales y políticos, transgrediendo los muros de la universidad con canales propios de acción. A través de los Centros Populares de Cultura (CPCs), de
Desde
La movilización cultural entre 1960 y 1964 es muy intensa. “Con la creación de los Centros Populares de Cultura (CPC), ligados a
Tanto el MEB como
En el Seminario Presbiteriano del Sur (Campinas-SP) trabajará como profesor el misionero norteamericano y recién doctorado en teología, Richard Shaull. Durante la década de los 50s, Shaull, desde el Seminario y desde
1.2 Chile
Juan Armando Epple, en su memoria poética-musical de Violeta Parra, nos plantea como el movimiento urbano de las “peñas” de mediados de los 60, tuvo raíces en el re-encuentro con la tradición folklórica-nacional campesina que Violeta Parra va a vivir intensamente durante la década de los 50s. Animada por su hermano, el poeta Nicanor Parra, va al campo a investigar mediante la metodología de la inserción en las fuentes culturales lo que le permitirá formarse profesionalmente como investigadora e intérprete del folklore alcanzando un pronto reconocimiento nacional. Además, le permitirá la base expresiva (melódica y poética) de sus creaciones personales.
Con el triunfo de la revolución cubana, la expresividad artística comienza a re articular sus parámetros desde una “nueva” perspectiva latinoamericanista. Es lo que vemos en el fenómeno del boom de la novela latinoamericana.
Los jóvenes que van a constituir el movimiento de la nueva canción latinoamericana asumen esa perspectiva explorando las opciones integradoras de una tradición folklórica antes marginada y segmentada en acerbos “nacionales” y “regionales”. La creación en Chile de
Cuando Violeta Parra, después de vivir un tiempo en Francia, regresa a Chile en 1963, encuentra un clima cultural mucho más receptivo a las expresividades de la tradición folklórica, pero filtradas ahora por la sensibilidad urbana. Un tránsito iniciado primero como movimiento de recuperación nostálgica y falsamente modernizadora, con el llamado neofolklore, y luego con la reactualización crítica de los jóvenes que cantaban en las “peñas”.
Para Angel Parra, su hijo, “lo que ella hizo fue tomar la guitarra y empezar a cantar sin preocuparse de los atuendos, sin maquillarse y sin adoptar una pose exterior de figura “folklórica” al uso oficial. Y dándole una presencia protagónica en el canto a la mujer, porque hasta ese momento los conjuntos eran predominantemente masculinos”. La sociedad tradicional y su expresividad folklórica está en franco proceso de desarticulación. A partir de la década de los 40s ya se percibe el paulatino desarrollo hegemónico de la cultura urbana. En esta transición y fungiendo como madre genésica que interpela y resguarda, Violeta Parra parte de concepciones tópicas de la realidad (religiosas, patrióticas, costumbristas, etc.), las confronta con una percepción experiencial del mundo, para convertir esos tópicos en una visión desacralizadora, potencialmente subversiva, de lo estatuido. Es aquí donde surge el punto de encuentro entre Violeta y los estudiantes. Las “Peñas” serán el medio para construir y alentar metáforas del mundo nuevo que nace del antiguo.
Los dos casos brevemente reseñados, Brasil y Chile, son expresiones de una realidad mayor, que junto con el caso colombiano, en el que nos detendremos más adelante, expresan el inicio de un cambio de época, en el que el estudiantado universitario juega un papel protagónico. Lo interesante de esta situación es percibir como en los primordios de la teología de la liberación, entre 1959 (triunfo de la revolución cubana) y 1966 (muerte de Camilo Torres), ésta se haya profundamente involucrada en la protesta juvenil universitaria, quizá como su nicho natural de germinación. Para reconfirmar lo anterior, no podemos olvidar, que durante este mismo período, Gustavo Gutiérrez se encuentra enseñando en
A manera de síntesis sobre la novedad que irrumpe con el estudiantado universitario latinoamericano, podemos percibir que:
- La protesta estudiantil en América Latina se manifiesta como un fenómeno general, en proceso de expansión, pero al mismo tiempo como un fenómeno de minorías.
- Esta protesta es, ante todo, una protesta social que se traduce en un proyecto revolucionario en el cual pocos elementos aparecen explícitos.
- En este contexto se comprende mejor lo que se ha dado en llamar la “politización” de la universidad latinoamericana. No se la debe interpretar como un simple fenómeno de subversión promovido por agitadores marxistas, sino como el resultado, por una parte, de una dramática percepción de los condicionamientos estructurales de la injusticia social y de la dominación neo-colonialista del continente; y, por otra, de una nueva concepción de la misión de la universidad como dinamizadora del proceso de cambio social.
- Lo que ciertamente es previsible, la importancia política creciente del movimiento estudiantil en América Latina junto con una radicalización progresiva, paralelamente a una acentuación también progresiva de contramedidas de represión.
- Una acentuación creciente de la influencia marxista-leninista en los medios estudiantiles universitarios junto con una aproximación práctica-dialógica entre cristianos y comunistas.
- Lo que está sucediendo con la protesta juvenil es la “ruptura de un sistema”, se refiere al hecho de que factores sociales enteramente nuevos fueron introducidos en aquel que hasta ahora fuera un sistema social relativamente estable. Como resultado. El viejo sistema social más o menos estable, comienza a disolverse y uno nuevo comienza a tomar su lugar. (De Melo: 1970)
- La impugnación radical del sistema socio-religioso que hacen los estudiantes tiende a extenderse a la iglesia, acusada de justificar y de asegurar la permanencia del sistema. En vez de ser un factor de renovación y de cambio social, sería un agente de conservación; una vez que la estructura social es juzgada opresiva, la convivencia de la iglesia aparecería como una grave contradicción con lo esencial del mensaje liberador del evangelio.
- Más allá de la pastoral universitaria: “es toda la iglesia la que debe estar interesada en ponerse ella misma en cuestión… solo queda el ejemplo de un contratestimonio que debe ser dado por los cristianos militantes comprometidos seriamente con la realidad, abiertos al diálogo y plenamente comprometidos en la tarea común de transformación del mundo” (de Melo p. 83)
2. Camilo Torres y el “caso” colombiano
Casi toda la vida de Camilo Torres estuvo unida al mundo universitario. Antes de ingresar a estudiar Derecho en
Al dejar de estudiar Derecho en
2.1 El contexto excluyente del Frente Nacional
El plebiscito del 1 de diciembre de 1957 selló el pacto entre los jefes liberales y conservadores por el que se puso fin a la confrontación violenta entre estos dos partidos tradicionales y por el que se instituyó la distribución paritaria del poder entre ellos por diez y seis años, suprimiendo los derechos políticos de las minorías no conservadoras ni liberales, excluyéndolas del reparto. A todas luces, se creó una fórmula antidemocrática para restablecer la democracia en Colombia. Pronto la “fórmula” pactada del “entendimiento y la concordia entre los colombianos” deja ver el carácter oligárquico-burgués del nuevo orden junto con la incontenible voracidad de la corrupción bipartidista. Para Francisco Leal “el Frente Nacional había generado una tendencia hacia la desaparición ideológica de las diferencias entre los partidos tradicionales; las posibilidades institucionales de participación política sufrían un proceso de cerramiento progresivo; la sociedad experimentaba la emergencia de nuevos y numerosos grupos sociales surgidos en el contexto del desarrollo histórico capitalista, y, particularmente, la universidad trataba desordenadamente de facilitar la integración de muchos de estos grupos en su seno” (Leal: 1980)
Quienes expresaban disidencia respecto al nuevo orden ofrecieron resistencia, crítica y confrontación, a la vez aglutinación del descontento y nucleación de la protesta social. Una primera voz surge del Movimiento Revolucionario Liberal MRL en 1959 quienes simpatizaban con las tesis de la incipiente revolución cubana. El líder estudiantil Antonio Larrota funda en 1959 el Movimiento Obrero Estudiantil Campesino MOEC como organización revolucionaria armada. Sectores estudiantiles junto con la brigada José Antonio Galán, entrenada en Cuba, constituyen en 1963 el Ejército de Liberación Nacional ELN. El Partido Comunista escindido entre la línea pro-soviética y la línea pro-China, ésta, siguiendo la consigna de “guerra popular prolongada” da vida a la guerrilla del Ejército Popular de Liberación EPL en 1967. La resistencia campesina en el sur del país en las denominadas “Repúblicas independientes” dan vida a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC en 1964. En las elecciones presidenciales de 1962 participa por primera vez
2.2
Antes de 1950 la universidad colombiana expedía títulos a la élite dominante para legitimar su derecho a la dirección social y política, y al usufructo de las riquezas del país. Después de 1950 las exigencias de una nueva sociedad capitalista comenzaron a operar, con el fin de ampliar el acceso a la universidad de los nuevos grupos que se iban desarrollando y que iban presionando transformaciones de la antigua sociedad.
Según Ruíz Montealegre, el decreto legislativo 136 de 1958, expedido por el gobierno provisional de
La nueva reglamentación estableció un organismo de representación estudiantil, a través del cual los alumnos de las distintas sedes del claustro podrían expresar sus demandas. El significado del Consejo Superior Estudiantil radica en la legitimidad que tuvo entre el estudiantado, pues el sistema de selección de los representantes era transparente y democrático dándole legitimidad y representatividad, convirtiéndolo en el más importante órgano de representación estudiantil. La manera como se constituye contribuirá enormemente a la conformación de una organización estudiantil de masas en
2.3 El estudiantado
¿Quiénes son los estudiantes con los que se encuentra Camilo Torres en
- Clase media urbana en ascenso político-social, producto de los cambios de la sociedad colombiana en las décadas del 40 y 50. En su memoria aún está fresca la masacre de estudiantes del 8 y 9 de junio de 1954 y la lucha estudiantil contra la dictadura de Rojas Pinilla (1957). Los traumas sicosociales de la reciente violencia liberal-conservadora han dejado en la memoria de este estudiantado y en sus familias marcas y dolores imborrables.
- Cambios sociales y culturales de envergadura que influyeron en la transformación de la relación de la juventud con la sociedad, los que la llevarían a tensionarla permanentemente con el mundo adulto: irrupción e intervención de la mujer en escenarios tradicionalmente exclusivos de los varones; aparición de la píldora anticonceptiva y la apertura de espacios culturales y artísticos como el cine, el arte, la literatura, el teatro.
- Los jóvenes encontraron en
- Cambio generacional: los nuevos estudiantes de
- Impacto del triunfo de la revolución cubana en el estudiantado, quizá fue el fenómeno político de la época que más les influyó. Cuba se convirtió muy pronto en el símbolo de miles de estudiantes latinoamericanos que encontraban en
- Creciente politización de los procesos estudiantiles a partir de 1961. La participación en los organismos de representación estudiantil, condujo a la gran mayoría de estudiantes a relacionarse con la política. Los conflictos estudiantiles no se limitaban a los problemas de orden gremial, pues existían sectores estudiantiles que concebían la necesidad de participar activamente en la construcción de un nuevo escenario político y social para el país, donde existieran condiciones de justicia social para todos los colombianos (Ruíz: 2002). Otro factor que influyó en la politización de los estudiantes de
- Del estudiantado se expresará así Camilo Torres: “En un país subdesarrollado, los estudiantes reúnen en sí mismos dos cualidades que difícilmente se encuentran juntas en otros grupos de la sociedad: un nivel cultural relativamente alto y una cierta libertad en relación con las estructuras imperantes y con la minoría dirigente. De ahí el papel político que ha jugado la universidad en los países desarrollados y especialmente en América Latina (…) Las dos características anteriormente anotadas producen un estado de rebeldía y de inconformismo en una sociedad cuyas estructuras requieren un cambio fundamental” (Torres: 1964)
- Francisco Leal resalta la novedad en la educación política que comportó esta generación estudiantil: “En todo este proceso emergió una generación con una nueva educación política, lo cual no brindaba gran diferencia con anteriores cambios generacionales. Lo que sí la diferenciaba de los demás no era, pues, su rebeldía, sino el volumen de los que de ella accedían a la universidad y, sobre todo, las diferenciaciones de clase de su composición (…) esta generación gestó su liderazgo en la universidad. El mismo proceso de formación de grupos y facciones políticas dentro del estudiantado, en las que se enfrentaban y competían, no solo la izquierda y la derecha, sino sus diversos matices internos, constituyó la semilla de configuración de una amplia generación de líderes políticos” (Leal p.216-217)
2.4 Camilo Torres y el movimiento estudiantil
Los primeros cinco años de la década del 60, en las márgenes del Frente Nacional, verán el nacimiento de un movimiento estudiantil de carácter nacional que participará activamente en la conformación y articulación de la oposición política al sistema y de la crítica ideológica que lo sustentaba y lo reproducía. El estudiantado de
Si bien es cierto que Camilo Torres llega a
Al ser solicitada la nueva Facultad de Sociología por el Ministerio de Educación para elaborar la “Plataforma de Acción Comunal” con el fin de “orientar una vasta campaña de promoción en el país”, Camilo Torres ve el camino abierto en el establecimiento para articular el estudiantado y los jóvenes profesionales a las necesidades del país. En carta dirigida a Guitemie Oliviéri, cree Camilo que
Con profesionales y estudiantes Camilo Torres realiza programas de acción comunal con el campesinado en Cogua (Departamento de Cundinamarca) y en un barrio marginado del sur de Bogotá, Tunjuelito. A partir de estas prácticas y buscando consolidación, permanencia y continuidad, funda el Movimiento Universitario de Promoción Comunal MUNIPROC con los siguientes fines: a) Vincular a los estudiantes universitarios y a los profesionales con la realidad colombiana b) Investigar los recursos y necesidades de la comunidad c) Fomentar y coordinar los programas de acción comunal d) Prestar en las comunidades una atención profesional que tienda a estimular la creación de servicios permanentes a su cargo y de acuerdo con las necesidades existentes e) Rehabilitar a esas comunidades mediante el desarrollo integral y técnica capacitación de sus miembros.
MUNIPROC busca encausar el inconformismo del estudiantado universitario orientándolo hacia las comunidades “que sufren las deficiencias de nuestras estructuras en la forma más aguda”, no para asistirlas paternalistamente sino para “darles conciencia de sus necesidades, actividad y organización”. Con ello Camilo buscaba crear “una presión de la base” como única garantía de un cambio a favor de las mayorías. Ante la dificultad de hallar en las comunidades “los elementos cualificados para dar una conciencia científicamente orientada y una organización técnica” busca que el estudiantado devuelva a las mayorías lo que de ellas ha usufructuado, aportando su técnica y su ciencia como catalizador de un movimiento de masas que realice las transformaciones que el país necesita. MUNIPROC no busca darle buena conciencia al grupo estudiantil privilegiado social y culturalmente sino que aspira “a aprender de las clases populares, a aprender el origen de su miseria, de su conformismo, de su eventual rebeldía y de su enorme potencialidad humana para transformar las estructuras”. El estudiantado universitario, por su condición estudiantil, puede ayudar a crear los grupos de presión mayoritarios cuando dirigen su actividad articulada a las comunidades hacia la creación de conciencia y la creación de organización. Así, estos grupos de presión mayoritarios alcanzarían poder real para producir las decisiones políticas de transformación social del país a favor de las mayorías.
Los Consejos Estudiantiles, creados a partir del decreto de 1958, como los más importantes y legítimos órganos de representación estudiantil, se constituirán en el “alma” y “soporte” del debate y la acción del estudiantado universitario. A partir de éstos, la construcción del Consejo Superior Estudiantil en
El año de 1960 marcó la manifestación inicial de un nuevo medio de expresión política universitaria. Se desarrollan en
El año de 1962, colmado de conflictos universitarios en el país, permitirá ahondar el compromiso de Camilo con el estudiantado y la tensión de éste con una institución crucial para el sostenimiento ideológico del Frente Nacional: la jerarquía de
El movimiento estudiantil alcanzará uno de sus más importantes triunfos políticos en 1963. El Congreso aprueba una nueva ley de reforma orgánica de
Para Camilo Torres los hechos recientes denotan un abismo cada vez mayor entre la clase dirigente y las mayorías populares haciéndose más precarias los sistemas de comunicación entre las dos. Las reformas que podrían evitar una confrontación no se ven por ninguna parte ni la clase dominante tiene iniciativa para ello. Los medios de comunicación solo funcionan de arriba hacia abajo y nunca a la inversa. La clase dirigente no entiende por qué el estudiantado se opone a tal situación y el estudiantado no entiende por qué se le elogia cuando se levantó contra la dictadura y por qué se le censura cuando protestan contra Carlos Lleras. “La doble moral que la clase dirigente quiere imponer al país se fundamenta en un desconocimiento de la capacidad de crítica que han adquirido la clase popular y los universitarios en cuanto son capaces de representarla. Solamente una autocrítica valerosa y sincera de la clase dirigente permitirá establecer el contacto entre las dos clases. De que este contacto se restablezca o desaparezca definitivamente dependerá la violencia o el acuerdo en que culminarán los próximos conflictos sociales en Colombia” (Torres: 27/11/64).
El llamado de Camilo no fue atendido y el abismo sigue ahondándose. El año de 1965 se inicia con la toma a Simacota (Santander) por parte del recién creado Ejército de Liberación Nacional ELN cuyo origen, liderazgo y buena parte de su composición, estaba en el movimiento estudiantil. En
La creación del Frente Unido en mayo de 1965 fue un momento significativo en la historia de la organización estudiantil. Muchos estudiantes vinculados a
3. La ruptura del amor eficaz
La decisión de dejar la carrera de Derecho en
En Bélgica Camilo Torres conocerá la metodología del ver-juzgar-actuar de
Poco queda en Camilo de la formación anticomunista del Seminario de Bogotá.
Vivir positivamente la experiencia de estudio y de reflexión socioteológica en el seno de la vanguardia eclesial de la época, como lo era
Bien sabemos que Camilo Torres no estructuró una sistematización teológica sobre su novedosa experiencia de fe en
3.1 Declaración del 24 de junio de 1965
Fue una declaración pública presentada por Camilo Torres en una rueda de prensa que él mismo convocó y que será difundida ampliamente tanto por prensa como por radio, una vez fue aceptada su petición de “reducción al estado laical” por parte del Arzobispo de Bogotá. De ella resaltamos los siguientes puntos:
- En la actual realidad del país “existen circunstancias que impiden a los hombres entregarse a Cristo”, ante lo cual, “el sacerdote tiene como función propia combatir esas circunstancias”, considerando ese “combate” prioritario sobre la “posibilidad de celebrar el rito eucarístico que no se entiende sin la entrega de los cristianos”.
El país, como realidad social, no coincide con la “entrega a Cristo”. No existe coherencia entre la fe que dice confesar y la realidad que se vive, existen circunstancias que lo impiden y que niega su condición de “país católico”. Afirmación que controvierte el espíritu hegemónico de la cristiandad colombiana y que declara el desafío de una verdadera evangelización que conlleve el combate de esas circunstancias. Solo así podrá ser realidad la eucaristía como expresión de la coherencia de la fe.
- Al impedirle la actual estructura de
Plantea de esta manera una discusión sobre el ministerio sacerdotal recuperándole una perdida dimensión, cual es, el compromiso con la comunidad cristiana en la realización del precepto del amor al prójimo, de esta manera, la celebración eucarística-como culmen de este proceso- adquiere pleno sentido. El sacerdocio es asumido como servicio en el crecimiento comunitario del amor al prójimo. Sacerdocio y comunidad tienen en el “prójimo” (alteridad) la permanente interpelación del amor gratuito.
- Considera al cristianismo como la “forma más pura de servir al prójimo”, razón por la cual hace una radical opción en este camino y asume el sacerdocio “motivado por el deseo de entregarme de tiempo completo al amor de mis semejantes”.
Al referirse a la identidad del cristianismo siempre Camilo lo vincula al amor al prójimo, en algunos casos considerándolo como la “esencia” y en otros, como en esta declaración, “la forma más pura”. En ambas acotaciones retomando lo que la nueva teología francesa y el movimiento bíblico ecuménico ha venido insistiendo. En consecuencia, el sacerdocio no tiene otra razón distinta que ser “entrega de tiempo completo” al servicio del amor al prójimo.
- Desarrolla un abordaje sociológico de la eficacia del amor, teniendo como trasfondo el aporte de Lebret desde el humanismo y el desarrollo económico, pues al “analizar la sociedad colombiana me he dado cuenta de la necesidad de una revolución para poder dar de comer al hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo y realizar el bienestar de las mayorías de nuestro pueblo”. Mediante una lucha revolucionaria, tan cristiana como sacerdotal, “podemos realizar el amor que los hombres deben tener a sus prójimos”.
Reivindica la mediación del análisis sociológico y la acción política para alcanzar una perspectiva histórica del amor al prójimo, eso lo hace “eficaz”, pues atañe al amor evangélico la transformación social, y esto, en las condiciones estructurales del país, solo es posible mediante una revolución. El amor entre los seres humanos exige mediaciones concretas, materiales. En una realidad de injusticia social y pecado estructural, implica cambios sociales que asegure el bienestar social de las mayorías. No hay lugar para un abordaje intimista, individualista o asistencialista del mandato evangélico del amor al prójimo.
- El ministerio sacerdotal en Camilo ha “procurado por todas las formas, que los laicos, católicos o no católicos, se entreguen a la lucha revolucionaria”, sin embargo, aún el pueblo no responde a la acción del laicado, por lo cual, decide él mismo “entregarse” a la revolución, “realizando así parte de mi labor de llevar a los hombres por el amor mutuo al amor de Dios”.
Resalta el carácter educativo del ministerio sacerdotal en la formación política del laicado, quienes serán los responsables directos de hacer realidad la revolución, sin embargo, al todavía no lograr este objetivo el sacerdote decide asumir esta tarea eminentemente política, sin que ello signifique reducir o identificar el carácter ministerial al campo específico del quehacer político. Camilo considera “esencial para mi vida cristiana y sacerdotal” dedicarse a la tarea política de “llevar a los hombres por el amor mutuo al amor de Dios”, considerando así una profunda dimensión de fe de la acción política. No se trata de la dicotomía “fe y política”, sino de la síntesis “fe política”. Pudiéramos decir que el sacerdocio, en Camilo, no fue “reducido” sino que recuperó su primigenio carácter laical.
- Concluye confesando que el “compromiso con mis semejantes de realizar el precepto de amor al prójimo me impone este sacrificio” pues “la suprema medida de las decisiones humanas debe ser la caridad, debe ser el amor sobrenatural”.
Emerge, en las notas características de esta experiencia de fe, la primacía del amor eficaz sobre el servicio al culto externo, pues la autenticidad de éste requiere las condiciones que lo hagan excelso. Crear tales condiciones prima sobre la celebración del culto. La primacía corresponde a la medida del amor sobrenatural.
3.2 Mensaje a los cristianos del 26 de agosto de 1965
Es el primero de los doce mensajes que Camilo Torres dirigió al pueblo colombiano entre agosto y diciembre de 1965. Fue publicado en el primer número del periódico “Frente Unido”, de amplia difusión entre las bases y dirigentes del movimiento político que fundó Camilo Torres en mayo del mismo año. Veamos lo relevante con relación al concepto de amor eficaz:
- Llama al pueblo cristiano a estar firme alrededor de las bases esenciales de la fe cual es el amor al prójimo y “este amor para que sea verdadero tiene que buscar la eficacia”. Pregunta por el bienestar social de las mayorías y concluye que este bienestar solo es posible si se cuenta con medios eficaces que lo suministre. Nuevamente articula el concepto de eficacia con el de bienestar social de las mayorías refiriéndose concretamente a la educación, la vivienda, la alimentación, el vestido y el trabajo.
- La revolución es la manera de asegurar permanentemente el bienestar social para las mayorías, por eso “no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”.
El imperativo para los cristianos de hacer la revolución es dado por la imposibilidad de las minorías privilegiadas de ceder el poder a las mayorías pobres. No se trata solo de implementar políticas de bienestar social desde un gobierno de las minorías sino del ejercicio del poder de las mayorías a favor de las mayorías.
- La realidad divina de la iglesia está articulada a la obligación de los cristianos de amar al prójimo. Esta acción amorosa redunda en el fortalecimiento del compromiso y el testimonio eclesial.
- Al dejar los deberes y privilegios del clero adquiere otra dimensión su sacerdocio, esa que lo vincula directamente con la acción política como ejercicio amoroso de transformación social, “creo que me he entregado a la revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para realizar ese amor al prójimo en el terreno temporal, económico y social”.
- “Después de la revolución los cristianos tendremos la conciencia de que establecimos un sistema que está orientado sobre el amor al prójimo”. El horizonte ético-político del amor al prójimo orienta y direcciona la praxis política de los cristianos. No se busca instaurar un nuevo “sistema cristiano”, sino que el nuevo sistema nacido de la revolución esté orientado y exigido por el principio del amor.
4. Apuntes para nuevas discusiones
Propongo las siguientes reflexiones para desafiar y re-crear nuestro quehacer teológicopolítico hoy. Se trata de buscar cómo la perspectiva del “amor eficaz” puede ser hoy inspiradora para nuestras prácticas y conversaciones (¿conversiones?) y cómo puede llegar a ser un punto de encuentro iluminador desde donde sea posible revertir la tendencia fragmentadora y aislacionista dominante.
4.1 Sobre rupturas y úteros
Quizá una de las razones por la cual la memoria de Camilo Torres vive hoy tan profundamente en el estudiantado de
Son muchas las circunstancias históricas que confluyen para producir una ruptura epocal. Lo que más incita nuestra búsqueda es el preguntarnos por aquello que lleva a confluir de tal manera que la historia se parte en un “antes” y un “después”. Cosa que no sucede todos los días. En Camilo, como momento histórico, sucedió y sucedió por la emergencia de nuevos sujetos sociales impugnadores del orden, por la calidad humana del sujeto presto a abrirse a la novedad y por el tipo de utopía que agenciaba y movilizaba. Además, el encuentro con un estudiantado ávido de liderazgo, de formación, de conducción y de acción transformadora. Todo ello entreverado en un espacio único-favorable-protector,
Hoy tendríamos que preguntarnos por la capacidad de conexión que tenemos como reflexión teologicapolítica con el momento y con el sujeto de ruptura epocal en donde quiera que se encuentre y de la manera como se manifiesta y se comunica. Del mayor o menor involucramiento en los actuales procesos de cambio e impugnación dependerá la contundencia crítica de la teoría que pretenda sustentarlos. Igualmente, tendríamos que ubicarnos en los úteros de producción de sentido y de esperanza que favorezcan y cobijen la gestación profética de las nuevas expresiones de humanidad y de humanización. No escapa a nuestro horizonte de esperanza la fuerza ancestral del movimiento minguero como útero aglutinador de quienes subvierten el orden del mercado, la libertad y la seguridad.
4.2 Sobre sujeto y relato
No existe el “manual” para la formación del sujeto revolucionario. A pesar de hallarse Camilo “determinado” por el esquema de formación sacerdotal de su tiempo, a la postre, este esquema se quebró. Diversos y dinámicos elementos constituyeron un camino nunca determinado, pues son las condiciones de producción y la complejidad de las mediaciones, tan dependientes de múltiples y mutantes factores, las que terminan por crear el relato de una vida entregada “de tiempo completo al amor a mis semejantes”. Es este relato de jovial y autentica amorosidad el que va a perdurar de generación en generación en la memoria oral estudiantil, su transmisión colectiva forjará una identidad revolucionaria a partir de la recepción ritual-militante del legado del amor eficaz. El movimiento estudiantil se constituye en el portador-autor colectivo del relato mediante un largo y complejo proceso de interpretaciones y negociaciones que le permite construcción permanente de identidad y de poder alternativo. La memoria camilista hace parte de una dimensión interior del presente del movimiento estudiantil consolidando su enunciación y proclamación como voz y palabra propia y otra. La utopía evangélica del amor eficaz se ha desplegado en una diversidad de expresiones de lucha y resistencia juvenil en donde pervive secularmente.
Hoy como ayer, múltiples y diversos relatos expresan el emerger de subalternidades impugnadoras de las relaciones asimétricas de poder y de la hegemonía de la racionalidad moderna. Pléyade de otras voces, oralidades instaurando autoridad de discursos alternativos, episteme desde racionalidades plurales-mestizas-populares, exterioridad profética denunciando-anunciando-organizando, movimientos de humanidad-naturaleza victimizada pujando por otro mundo, en fin, muchas y múltiples luchas construyendo nuevos relatos de emancipación en donde reconocernos, encontrarnos y solidarizarnos. Tendríamos que preguntarnos si estas nuevas realidades formadoras de sujeto y subjetividad son hoy lugar privilegiado para el “fermento” del amor eficaz del evangelio, o si el discurso fundacional de la teología de la liberación, así como de otras expresiones del pensamiento crítico latinoamericano, ha tenido la capacidad y la sensibilidad para dejarse interpelar y transformar –mediante la escucha, el diálogo y la comunión - por las oralidades impugnadoras de las mujeres, de las juventudes, del ecoambientalismo, de la minga indígena, de la diversidad sexual, del pacifismo antimilitarista, del protagonismo infantil, de los artistas, del altermundismo, de la diversidad religiosa, etc. Y si esto es posible, si está sucediendo, ¿dónde están los relatos que lo expresan y los sujetos agentes que lo reproduzcan y resignifiquen? ¿dónde transcurre el debate epistemológico-metodológico que tales rupturas implican? ¿dónde y cómo las re-lecturas de identidad, de poder y de relaciones sociales que otras memorias exigirían?, ¿dónde la deconstrucción de la racionalidad patriarcal-colonialista dominante en el conocimiento, en las narrativas y en las estructuras y lógicas de poder?
4.3 Sobre “sintonías”, “coincidencias” y “zonas fronterizas”
El Equipo Colombiano de Investigación Social ECISE,
Su familia librepensadora, su núcleo generacional abierto a las novedades y los cambios, su paso por Europa en el ambiente ecuménico de
Como en aquel tiempo, hoy requerimos osadía y creatividad para construir “zonas fronterizas” de encuentro, de diálogo y negociación a partir de nuestras diferencias identitarias a fin de alcanzar “plataformas” donde las diversas particularidades sean reconocidas, valoradas e incluidas como riqueza humana y como potencialidad humanizadora. “Zonas libres” donde podamos transitar y transgredir los muros que nos han fragmentado y deshumanizado en dinámicas de discriminación, amenaza y destrucción mutua. El horizonte del “amor eficaz” podría hoy “equiparnos” humanamente para la transfronterización, el desarme, la confluencia y la recuperación de la confianza entre diferentes. Apertura necesaria en la que es más lo que ganamos que lo que perdemos. La teología de la liberación tendrá que hacerse y re-hacerse, desde su propia perspectiva y acumulado, en y desde las nuevas zonas fronterizas que los movimientos de impugnación ética y social han construido paulatinamente para la confluencia y la coincidencia tales como el cuerpo, el arte, la desmilitarización, el medioambientalismo, el género, la interculturalidad, la espiritualidad, la minga, la no-violencia, la comunión intergeneracional, el diálogo inter-religioso, etc... Si en Camilo Torres, la revolución social fue el medio para alcanzar la eficacia del amor, igualmente hoy tendríamos que crear mediaciones pluralistas y ecuménicas que nos permita consolidarnos y sostenernos como alternativa de vida, de poder y de felicidad humana.
4.4 Sobre el principio del amor eficaz
Camilo Torres planteó el principio evangélico del amor eficaz a la manera de Jesús de Nazareth, en el campo secular donde transcurre la vida de los seres humanos, a partir de aquellas realidades que estructuralmente hacían más inhumana la vida de la inmensa mayoría de las colombianas y los colombianos tales como el hambre, la pobreza, la indigencia, el desempleo, la precariedad del vestido y la vivienda, la descampenización, la discriminación, el desempoderamiento, la insalubridad, el desmoronamiento familiar, el machismo, la violencia, la impunidad, el analfabetismo, etc. No existe ninguna contradicción, tampoco dicotomía entre el amor divino y el amor humano, más bien, ambas dimensiones constituyen un solo tramado simbiótico, una misma realidad expresa lo divino y lo humano, así como en Jesús se halla un paradigma de lo humano y un paradigma de lo divino. La mayor humanidad-divinidad será aquella realidad que históricamente más se haya aproximado a la plenitud del amor eficaz. Para lograr que tales realidades sucedan en el contexto colombiano, Camilo opta por la revolución como colombiano, como sociólogo, como cristiano y como sacerdote.
Estaríamos necesitando hoy plantearnos de nuevo el amor humano como lugar de concreción del amor divino, lo que significaría un horizonte a ser abordado desde una mayor secularización de la reflexión teológica y en una perspectiva ecuménica e inter-disciplinaria. Ir más allá desde donde Camilo llegó implica ahondar en el despligue del amor humano en sus muchas posibilidades, en donde lo económico, lo político o lo religioso son una entre otras. En todo caso, cada una de ellas, sea cual sea, abordada desde la amorosidad humana y relacionada en mallas cada vez más complejas.
Hasta ahora en nuestro medio es hegemónica la concepción moderna-patriarcal del capitalismo sobre el amor humano, entendiéndolo como “tener más” y “dominar más”. Es preciso tener y poder para amar. El mercado, la publicidad y las armas se constituyen en garantes de felicidad. Otra cosa es la perspectiva tanto del Evangelio como de las tradiciones religiosas ancestrales en donde el amor humano se entiende como “vivir mejor” en la medida en que los seres humanos construyen relaciones de equilibrio y de equidad entre sí mismos, entre estos y las comunidades, y entre los seres humanos y la naturaleza. Pasar del horizonte de sentido del “tener y poder más” al de “vivir mejor” es hoy el imperativo humano que nos interpela. Si en Camilo Torres la interpelación por la revolución eran las carencias materiales de las mayorías, hoy, sigue siéndolo, pero además, la vida humana está aún más desafiada (y amenazada) por vulnerabilidades mayores. Esta realidad, ante la cual son tan sensibles las nuevas generaciones juveniles e infantiles, podría ayudarnos a romper los crípticos esquemas de pensamiento y de acción en los que nos movemos y abrirnos a las vincularidades y las complicidades a las que los sujetos y las subjetividades emergentes – como nuevos “jardines de alegría”- nos convocan con urgencia, como en su momento los estudiantes convocaron a la rebelde generación de Violeta Parra y Camilo Torres.
Bogotá, 3 de febrero de 2009
80 aniversario del nacimiento de Camilo Torres R.
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