Sin ninguna necesidad, el presidente Felipe Calderón Hinojosa criticó en el extranjero el debate en torno a la Reforma Energética del Senado de la República, al expresar en el marco de su encuentro con el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que se centra en temas ideológicos, políticos e históricos.

Efectivamente, sin ninguna necesidad provocó al cotarro de la crítica, por que un día después el jefe del Ejecutivo mexicano tuvo que enmendarse la plana al reconocer, ahí mismo en Madrid, la pluralidad del Congreso y explicar que de ninguna manera intentó hacer reproches al Legislativo por llevar al cabo los foros sobre la iniciativa de Reforma Energética.

Sin embargo, ante el interrogatorio a que fue sometido por los periodistas de radio de la Cadena Ser, Calderón Hinojosa volvió a la carga al reiterar su aseveración de que en las discusiones, la controversia “ha estado más bien en los planos ideológico y político, pero en el técnico y de los hechos que busca la Reforma realmente no ha habido polémica, sino información, opiniones, sin mucha controversia”.

Esta posición, de respeto a la separación de poderes que consagra la Constitución, sin dejar de defender su percepción sobre los foros, seguramente se debió a las reacciones duras que se provocaron y se siguen suscitando.

Hasta el depuesto ex líder de la bancada panista y presidente de la Cámara alta, Santiago Creel Miranda le reviró, al afirmar que en estos foros si se han encontrado el dialogo y los argumentos como instrumentos de la democracia, mismos diálogos que constituyen la piedra angular de todo parlamento.

El senador perredista, Carlos Navarrete y el diputado priísta, Emilio Gamboa Patrón, entre otros legisladores de la oposición, tacharon al viajero presidente de estar ignorante de lo que está ocurriendo o de que lo tienen mal informado. Sus declaraciones en España son indignantes, enfatizaron.

Dentro de toda esta polémica son de tomarse en cuenta dos aspectos de sus declaraciones que se inscriben precisamente en la discusión nacional y que debieran de rescatarse en el momento propicio por parte de los legisladores: negó que en términos estrictos busque abrir PEMEX, sino exclusivamente darle “mayor flexibilidad” para que pueda administrar, contratar y multiplicar su capacidad operativa y de ejecución.

Y una todavía más importante: reconoció que todavía hay discrepancia en cuanto a que Petróleos Mexicanos pueda hacer las nuevas refinerías con sus propios instrumentos, operarios y obreros, o si, como ocurre en todo el mundo, debe pagar la maquila, es decir que empresas privadas puedan construir los ductos para mejorar la distribución de gasolina, petróleo y gas sin que PEMEX deje, “si así lo juzga conveniente”, de ampliar su propia red y seguir operando la que ya tiene.

Como se puede apreciar, desde el extranjero, el presidente Calderón Hinojosa provocó el cotarro de la crítica, ya que finalmente se metió en los Foros de la Reforma Energética y ahora plantea dos posibilidades: que PEMEX quede como está o que “le hagan la maquila”, además de cambiar la arremetida por el reconocimiento sobre las discusiones en el Senado, que ahora las califica de plurales, enriquecedoras y por consecuencia enaltecen la vida pública del país.


- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano.