En septiembre, del pasado año, el Ministerio del Poder Popular para la Educación presentó un nuevo Diseño Curricular para el Sistema Educativo Bolivariano.

En su prológo, el Ministro Adán Chávez Frías coloca en nuestra manos, según sus propias palabras: "un proyecto de gran envergadura porque dicta las bases históricas, pedagógicas, filosóficas, sociales, culturales, psicológicas, políticas, metodológicas, científicas y humanistas con las cuales se implementará la formación de los niños, niñas, jóvenes, adultos y adultas de nuestro país."

Nos unimos al Ministro Chávez Frías al invitar a todos los venezolanos a leer, discutir, analizar y apropiarse del Currículo Nacional Bolivariano. Léanlo antes de opinar. No se dejen convencer sólo por aquellos quienes, vamos a estar claros, lo único que desean es ser intermediarios entre nuestras grandes riquezas y aquellos que quieren apropiárselas para su exclusivo uso, goce, disfrute y beneficio.

Recordamos al Libertador Simón Bolívar, en su decreto sobre el Fomento a la Enseñanza Pública, firmado en Bolivia 1825, cuando estableció que "El primer deber del Gobierno es dar educación al pueblo"

La estructura del Currículo Bolivariano está basada en orientaciones legales, filosóficas, epistemológicas, sociológicas y educativas, donde se fijan los perfiles deseados tanto para los maestros y maestras como para los egresados y egresadas, detallando además las áreas de aprendizaje, los componentes, las mallas curriculares, la organización de los aprendizajes y la evaluación, en base a principios, tipos, formas, características y funciones.

Recientemente un medio privado de información señaló que algunos "Gremios y Padres reiteran rechazo al referendo educativo y sostienen que la formación de los jóvenes debe ser por acuerdo”.

Nosotros preguntamos: ¿qué más consenso que un referéndum? ¿O es que consenso es que le deben preguntar a ellos y si ellos dicen que nó es nó? A nosotros, eso nos suena a derecho a veto.

En esa misma edición, un profesor del Pedagógico dice: "la idea no es que se eduque con la propuesta que sacó más votos, sino la que logró el mayor acuerdo". Por alguna razón, este trabalenguas nos recuerda al Pacto de Punto Fijo, el cual disminuyó notablemente el nivel de la educación primaria y secundaria en Venezuela.

Otro entrevistado por la oposición, Presidente del Colegio de Profesores, solicita al Presidente y al Ministro "sentarse sin mezquindades con las universidades, los gremios y las academias" O sea, con los que saben, y nó con aquellos que, precisamente por culpa del tradicional currículo educativo presente desde la segunda mitad del pasado siglo, no tienen los conocimientos. Y preguntamos ¿donde quedan entonces las comunidades?

Cabe recordar al amigo y compatriota Rafael Febles quien al respecto nos dice: "No es indispensable ser docente en nivel inicial, básico o diversificado para inmiscuirse en las reflexiones y discusiones acerca de la pertinencia o no de un nuevo currículo o la modificación del actual". Rafael insiste en que el Currículo Bolivariano es un asunto de todos y todas porque atañe principalmente a nuestros niños, niñas y adolescentes. Insiste en que es un asunto que compete a todas las comunidades que conforman la Patria.

Otro medio impreso privado considera exagerada la importancia que el currículo bolivariano propuesto le asigna al tema del Desarrollo Endógeno.

Les parece insólito que le demos la misma importancia que a las matemáticas y al lenguaje. Podemos asegurarles, porque consecuentemente leemos exámenes escritos respondidos por alumnos universitarios, que estudiaron primaria y secundaria según esos currículos y con profesores preparados por tales currículos, que no le damos la misma importancia, sino mucho mayor. No quisiéramos que un alumno nuestro tuviera sobre desarrollo sustentable tan escasos conocimientos como lo tienen, sobre matemáticas y lenguaje, los alumnos promedio preparados según sus currículos.

El Currículo Nacional Bolivariano es bastante más que una enseñanza del modelo de desarrollo endógeno.

Su lectura nos conduce a seis subsistemas de educación desde la Inicial, Primaria y Secundaria, hasta la Especial, Intercultural y la Educación de Adultos y Adultas.

Ellos se burlan de la propuesta diciendo que "suponen que habrá conucos detrás de las escuelas" Por una parte, afirmar tal cosa lo único que hace es ratificar la urgente necesidad de incluir el desarrollo endógeno en los programas educativos. Según quien redacta, y debo suponerla graduada en una universidad venezolana, el desarrollo endógeno se limita a la siembra de vegetales alimenticios.

Si tuviéramos el honor de tenerla en este momento como usuaria del Canal Informativo de la Radio Nacional, nos permitiríamos preguntarle: La industria, la manufactura, la extracción de minerales, el aprovechamiento de las fuentes energéticas... ¿no son parte del desarrollo? ¿o es que considera que eso es intocable y no debemos hacerlo con personal venezolano?

Esa posición está ratificada en ese artículo cuando su entrevistado, coordinador de un doctorado en la Universidad Central, ataca al currículo propuesto tratándolo de "localista en un mundo globalizado". O sea: debo seguir dependiendo de la tecnología importada. Cuando habla despreciativamente sobre conucos y fincas, me está demostrando que a su doctorado le hicieron falta algunas clases sobre "Desarrollo Endógeno”.

Finalmente, conviene recordar que, en diversos países, especialmente latinoamericanos, en estos momentos se están introduciendo cambios importantes a los curriculos educativos. Hay ejemplos como Perú, México, Argentina, España y hasta en Estados Unidos, donde en Harvard están convencidos que hay que convertir el aula en un salón de clase pensante.