La gran prensa silencia la “operación tenaza”, otra acción clandestina de la CIA
- Opinión
La desfachatez de la CIA no tiene límites. Su injerencia en Venezuela es abierta y descarada. Hace tres días que circula “orbe et urbi” un memorándum “confidencial” de la estación CIA en Caracas, interceptado por la inteligencia venezolana, cuyo texto puede leerse completo, entre otras fuentes, en Aporrea (www.aporrea.org/tiburon/n105390.html). Un tal Michael Middleton Steere, de la US Embassy, le informa al mismísimo director de la CIA, Michael Hayden, cómo marcha en Venezuela lo que llama “operación tenaza”, una acción de inteligencia y de operaciones encubiertas que incluyen hasta la posible participación de tropas extranjeras en un probable golpe de estado según los resultados de las elecciones del domingo.
Al leer ese informe de la CIA, lo primero que se viene a la cabeza es que podría tratarse de una elaboración de la contra-inteligencia, o de un trabajo de contra información, es decir, de un texto producido por los propios “intervenidos” por la injerencia de la superpotencia. Y es que el informe del tal Michael Middleton Steere es tan descarado que provoca dudas de su autenticidad. Quizás esto sea muy poco “inteligente”. Por ejemplo, revela todos los nombres de los personajes venezolanos clave involucrados en esta conspiración y explica de una manera cínica una "tenaza" de grandes “operaciones encubiertas” que desnuda el “modus operandi” del accionar del servicio secreto exterior estadounidense en un país extranjero con el que todavía mantiene relaciones diplomáticas formales. Y pareciera que efectivamente así, desfachatadamente, funciona la “inteligencia” de la superpotencia más agresiva del planeta.
El descarado accionar de la CIA en Venezuela parece pueril pero puede resultar terriblemente mortífero. El lenguaje y la impunidad con que el agente Middleton Steere informa a su jefe trae a la memoria al festivo “Superagente 86” (y al actor cómico Maxwell Smart) de los años 50 y 60, en que las acciones CIA derribaron a gobiernos legítimos como el de Mohammad Mossadegh, en el Irán de 1953 (una historia de la caída de un gobierno "hostil" por resguardar su petróleo que hoy George Bush quisiera que volviera a repetirse en el mismo país, como en el tango). También la CIA derribó al gobierno de Jacobo Arbenz en Guatemala (1954) e influyó, financió y manipuló a los militares y a la derecha facista chilena que fraguaron el golpe contra Salvador Allende en Chile (1973), entre muchos otros.
Todos los gobiernos que ha derribado la CIA fueron elegidos democráticamente, con votaciones libres en las urnas, tal como predica EEU y según los mecanismos electorales de la “democracia representativa”, igual como fue elegido y reelegido Hugo Chávez en Venezuela. Básicamente, nada ha cambiado en sus métodos desde que la CIA comenzó a funcionar hace 60 años, bajo el lema bíblico "La verdad os hará libres".
La “operación tenaza” luce peligrosamente tan burda que no amerita el uso de las mayúsculas, que la lengua castellana debería reservar sólo para cuestiones más civilizadas. Ahora está claro que EEUU y la "operación tenaza" están todos los días detrás de la prensa latinoamericana y las estaciones del tipo CNN que ofrecen a diario abundantes “noticias” sobre Venezuela. Tanto esfuerzo por desacreditar a Hugo Chávez y el referéndum del domingo levantaron una cortina de sobre-información, una suerte de saturación informativa que en realidad es una cortina de falacias, mentirosa y des-informativa.
Tampoco hay preocupación periodística en CNN por el panfleto como noticia químicamente pura ni por quienes a diario reparten distintos panfletos en casi todas las ciudades de América Latina, panfletos que tratan de diferentes cuestiones, no sólo planteamientos políticos, sino incluso hasta propuestas comerciales, servicios médicos y ofertas de viviendas. Y es que los únicos panfletos que hacen noticia son los que se reparten en Caracas contra Chávez, aunque no se muestren. Los demás no valen nada. Y no es casual, porque el documento de la CIA explica en detalle cómo la “operación tenaza” se empató con la comentada deserción del general retirado Raúl Isaías Baduel y está coordinada con la caja de resonancia de los medios de comunicación venezolanos y extranjeros que participan en la conspiración, con la televisora privada Globovisión a la cabeza, precisamente la principal proveedora de las imágenes arregladas de las concentraciones opositoras que suele mostrar CNN.
Esta habilidad de la TV privada venezolana para recrear noticias falsas alcanzó su clímax en el golpe de 2002, con el incidente de Puente Llaguno, en Caracas, donde el periodismo de TV se las arregló para convertir en victimarios a las víctimas de una agresión policial coludida con los golpistas. Este vergonzoso travestismo de un hecho real efectuado por la televisora privada Venevisión mereció los honores del Premio Príncipe de Asturias, del mismísimo Rey de España.
La "operación tenaza" no es "noticia"
La matriz de opinión de los comentaristas que en estos días se refieren a Venezuela insiste en que la elección del domingo será la primera vez en que Chávez “no está seguro del triunfo” y otras paparruchadas y especulaciones infundadas que bombardean la mente del ciudadano común para encubrir lo que se está tejiendo en secreto. También esos "especialistas" ocultan que ya hubo elecciones en que la oposición venezolana simplemente pateó la mesa y no quiso participar.
Y por último, la derecha venezolana, el imperio estadounidense, George Bush, el Rey de España, José María Aznar, los social cristianos, los social demócratas, CNN, el diario El País, la SIP y todos quienes se oponen a las reformas constitucionales propuestas por Chávez argumentan que defienden la Constitución vigente. Catan loas a la Constitución que actualmente rige en Venezuela. “Todo con la Constitución, nada fuera de la Constitución”, proclaman los ardientes líderes estudiantiles de la "operación tenaza" por las cámaras siempre listas de CNN-Globovisión.
La Constitución vigente en Venezuela tiene defensores ardientes. Y ésa no es otra que la mismísima Constitución Bolivariana promulgada por el presidente Hugo Chávez en noviembre de 1999. Sus defensores de hoy son los mismos que ayer financiaron, promovieron y protagonizaron el golpe del 11 de abril de 2002, cuya primera acción "legislativa" fue precisamente decretar con un plumazo la derogación de la Constitución Bolivariana durante las escasas horas en que se hicieron del poder. Y la pregunta de cajón es ¿cuánta sinceridad habrá en estas fervorosas adhesiones a la Constitución que Chávez quiere reformar democráticamente?
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