Tubos de gasoductos sur y noreste deben fabricarse en ciudad del acero boliviana

12/03/2007
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Empresa Siderúrgica Mutún ( ESM ) tiene ante sí reto crucial para consolidar existencia y fortalecimiento de la proyectada ciudad del acero en Puerto Suárez, provincia Germán Busch. Cual es la de impulsar y agrandar inversiones comprometidas por empresa india JINDAL asociada al Estado boliviano. O crear también nuevas empresas.

JINDAL tiene ventajas que no habría podido conseguir sin estar asociada al Estado boliviano - representado por ESM y COMIBOL en este caso - que representa entrega 50% de reservas en hierro y manganeso, que a un ritmo de producción de millón toneladas acero año, alcanzarían fácilmente para veinte mil años de explotación continua. A todas luces JINDAL obtiene reservas gigantescas con sólo compromiso de invertir tres mil millones de dólares en diez años. O sea prácticamente muy poco en relación a las reservas vistas.

Estas reservas de 40 mil millones toneladas hierro pertenecen al Estado boliviano, es decir a ESM y COMIBOL, que seguramente tendrá planes adicionales al acuerdo con empresa JINDAL para explotar otro 50% de reservas, donde empresa JINDAL nada tiene que hacer. Sobre esto se debe analizar cuidadosamente fortalezas, debilidades y oportunidades.

Planes estratégicos de Bolivia como nación son infinitamente mayores que tiene empresa india JINDAL, debido a que Estado nacional está conminado por población para producir grandes cantidades de acero común y especial a precios bajos para sustentar las revoluciones que se vienen, a saber, vivienda barata, infraestructura industrial y caminera, puentes y obras de comunicación a largo y ancho del país, edificios inteligentes, etc.. Es decir revoluciones para elevar nivel de vida de gente, pueblos y elevar sustancialmente PIB nacional, social e individual. Bolivia está conminada a usar más acero per-cápita.

Industria pesada es otro reto para Bolivia, como construcción de maquinarias y equipos, laminados para construcción de silos, vehículos, tractores, etc. Sin industria pesada no se puede construir sociedades modernas, autónomas y sociales. Este reto se encaró en Rusia 1917, México 1937, Europa oriental y China 1950, Argentina y Brasil 1947 en adelante y Venezuela Bolivariana 1998 hasta hoy. Siempre acompañados de gobiernos progresistas como Lázaro Cárdenas en México, Getulio Vargas en Brasil, Juan Perón en Argentina y Hugo Chávez en Venezuela Bolivariana.

Esta historia se repite en siglo XXI pero la ocasión ha llegado para países llamados pequeños de la región que carecen de industria pesada, pero que también tienen derecho y gobiernos progresistas como Tabaré Vásquez, Rafael Correa, Daniel Ortega y Evo Morales. Se trata esta vez de crear y poner en funcionamiento industrias pesadas y ligeras al servicio del desarrollo integral y social. Esta tarea debe ser acometida como prioridad por los Estados nacionales, y en el caso de Bolivia por Ministerio Minería y Metalurgia, ESM, COMIBOL, YPFB y comunidades industriales afines a intereses de la nación.

Industria pesada y ligera siglo XXI no significa dejar de lado revolución del conocimiento y tecnológica, en marcha y acción en humanidad globalizada, sino más bien integrada a esta industria pesada y ligera social. O sea con construcción de siderurgias integrales automatizadas y ecológicamente sostenibles, ciudades del acero de alto valor agregado en manufacturas, herramientas, equipos, maquinarias y productos semi-elaborados como hierro esponja, aceros construcción al manganeso y aceros especiales con niobio y tantalio.

Para lograr valor agregado además influye a favor o en contra ventajas comparativas y competitivas que en caso de países chicos hoy es posible tener o adquirirlas. Bolivia tiene reservas gigantescas de hierro y manganeso y minerales raros del precámbrico que aumentan valor agregado de aceros y se usan en industrias químicas, petroquímicas, vehículos, maquinarias especiales y naves espaciales. Mundo que se conquista con investigación permanente, innovación, gerencia tecno-científica y transferencia tecnológica.

Es decir tareas a ser impulsadas desde ESM, COMIBOL, ENAF, universidades y tecnológicos, prefecturas, sub-prefecturas, municipios y empresas privadas. JINDAL seguramente pondrá lo suyo de acuerdo a contrato, pero Bolivia necesita ya mismo producir diez millones de toneladas de acero año en forma de tubos de acero para construcción de gasoductos dentro de planes de MERCOSUR, ALBA, CAN y necesidades endógenas.

Como así también para exportación a China continental que tiene una demanda insatisfecha año de quince millones toneladas. Gobierno y Estado nacional deben hacer planes para otro 50% de reservas no asignadas a empresa JINDAL. Por suerte el Estado boliviano puede planificar ahora sin presiones el futuro de la siderurgia integral en Puerto Suárez, apoyando de corazón poco o mucho que empresa JINDAL esté dispuesta a realizar.

Si Gasoductos Sur desde Venezuela Bolivariana y Noreste desde Argentina pretenden contar con inversión en ambos gasoductos 30 mil millones de dólares próximos diez años, y Bolivia dentro de acuerdos de integración con ambos países promotores lograra un mercado de provisión de tubos de 50 %, entonces en próximos años Bolivia deberá producir al menos quince millones de toneladas de acero en forma de tubos con valor agregado.

Esta sería expresión de verdadera integración latinoamericana que de antemano abriría mercado de tubos a la industria siderúrgica de Bolivia. Seguramente Venezuela Bolivariana y Argentina coparán el resto de la demanda, pero sólo Bolivia tiene inequidad en el desarrollo integral. Merece esta situación real que Gobierno nacional de Evo Morales negocie esta participación boliviana dentro de ALBA y MERCOSUR, o directamente.

Si se da esta perspectiva a largo plazo, entonces ESM deberá jugar un rol activo mucho mayor que en su relación actual con empresa JINDAL. Deberá exigir ampliación de inversiones hasta llegar a etapa de fabricación de tubos de gasoducto sin costura, dado que existiría mercado. También paralelamente asociarse a chinos, rusos, coreanos, indonesios, venezolanos, peruanos, uruguayos, paraguayos, ecuatorianos y nicaragüenses para construir todos juntos la verdadera y más grande ciudad del acero en Latinoamérica, pero esta vez al servicio de pueblos y naciones comprometidas con el ideal bolivariano de unirse para vencer.

Socio especial del Estado boliviano deberá ser hermana república del Perú y China continental, dado que desde Ilo y Tacna se debe construir y financiar ferrocarriles modernos y gran capacidad hasta Mutún, para exportar hierro, hierro esponja, aceros y maquinarias desde ciudad del acero Puerto Suárez para Latinoamérica, China, Japón, Asia toda y ultramar. MERCOSUR necesita hierro esponja y aceros laminados. Manos a la obra entonces entre todos.
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