Polo Democrático Alternativo, ¿cómo nos fue en el 2006?

10/01/2007
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El año que concluyó significó un avance notable para la izquierda colombiana, más en sintonía con la ola de democratización que recorre el continente y en medio del desgaste y hundimiento del proyecto de derecha que gobierna Colombia. El despegue de la izquierda se concretó en una serie de hechos políticos tales como la creación del nuevo partido Polo Democrático Alternativo que tuvo su primer congreso el pasado mes de noviembre y cuyos delegados fueron elegidos por más de medio millón (555.000) de votantes. Como también en el amplio apoyo electoral que nuestros candidatos (Carlos Gaviria Díaz alcanzó una votación histórica de 2.6 millones en las presidenciales de mayo) a presidente, Senado y Cámara han tenido en el pueblo. Pero el año que pasó, fue igualmente el del destape de la parapolítica y de la denuncia del Estado mafioso que hoy existe en Colombia. Y en cuanto a la labor de oposición política ejercida por el Polo, nos hemos comportado entre regular y bien.

1er Congreso del PDA

El 1er Congreso del PDA (del 30 de noviembre al 2 de diciembre) fue tanto una prueba de fuego acerca del grado de unidad y madurez de la izquierda, como el nuevo trazado de la composición de las fuerzas y tendencias que integran hoy al partido. Es innegable que hoy existe un alto grado de unidad y madurez política en la izquierda colombiana. No obstante, en el importante foro político que se llevó a cabo se evidenció también hacia donde se inclina la tendencia ideológica mayoritaria del Polo, con un péndulo moviéndose más a la izquierda que al centro. En este sentido, el Congreso fue el escenario donde, por un lado, midieron fuerzas las dos grandes tendencias (la socialdemócrata y la socialista) que hoy conforman el partido, y por el otro, se configuró el mapa de poder a su interior a partir del nuevo realinderamiento de fuerzas reflejadas en la dirección nacional que allí se eligió.

Así mismo, es de destacar los avances del partido en materia de programa ratificando, con algunas modificaciones, las bases programáticas que sirvieron de plataforma política a Carlos Gaviria en las pasadas elecciones a la presidencia, y que apuntan en el futuro a la creación en Colombia de una sociedad democrática basada en el Estado Social de Derecho. Otro logro del Congreso fue ratificar, con algunas modificaciones, en las comisiones de discusión los elementos esenciales del ideario de unidad donde están expresados en 7 puntos (Soberanía nacional y unidad latinoamericana; Estado y régimen político; Democracia económica; Derechos sociales, económicos, culturales y ambientales; Paz, justicia y seguridad; Política nacional de drogas; y Lucha de masas democrática) los temas que unen a la izquierda y que serían los mínimos a lograr bajo un gobierno del Polo. Igualmente se aprobaron nuevos estatutos que regularán la vida del partido, las reglas del juego en cuanto a la forma de dirección, el programa, los objetivos y metas, el carácter de partido de tendencias, de afiliados y afiliadas, los criterios de participación para las elecciones, y, de darse las condiciones, para las alianzas con otros partidos políticos. Finalmente, y muy importante por la labor que vienen cumpliendo en la consolidación y unidad del partido, el Congreso eligió a Carlos Gaviria Díaz como su presidente y Antonio Navarro Wolff como su secretario general.

Parapolítica y Estado mafioso

2006 fue sin lugar a dudas el año del destape de la relación entre clase política y paramilitares, como asertiva y valientemente lo viene planteando el senador Gustavo Petro. Su denuncia (como la de Carlos Gaviria, Clara López y otros voceros del Polo) consecuente y sistemática desde el Senado de la República y por algunos medios contra la maquinaria criminal y corrupta al servicio de encumbrados caballeros de la política, ha servido para crear conciencia pública sobre uno de los problemas (y obstáculos para la construcción de un Estado democrático) más graves que golpean al país: la relación casi consanguínea entre el paramiltarismo y un amplio sector de la clase política. Situación que ha llevado a muchos y muchas a preguntarnos por la legitimidad del gobierno del presidente Álvaro Uribe. Pues, para nadie es un secreto en este país que los votos que eligieron a los congresistas vinculados con el paramilitarismo, son los mismos que llevaron a Álvaro Uribe a la Presidencia de la República. Los mismos que hoy están siendo llamados a responder ante la Corte Suprema de Justicia por tener vínculos y haber apoyado a grupos paramilitares, principales responsables de crímenes de lesa humanidad como masacres, secuestros y desapariciones forzadas, saqueo y desfalco del erario público, amenazas y asesinato a lideres de la oposición, desplazamiento forzado y expropiación de tierras a campesinos, etc.

Las denuncias sobre la parapolítica y el desenmascaramiento del Estado mafioso han contribuido, más que nada, a que Colombia como el mundo descubrieran las macabras artimañas que subyacen a la descomposición moral de las principales instituciones del Estado (Congreso, Presidencia, Incoder, DAS, Ejército, Policía, etc.), además del grado de emparentamiento que existía de tiempo atrás entre clase política y paramilitarismo. Es decir, la olla podrida en que está sumida la sociedad colombiana y que despide un olor tan nauseabundo que algunos incluso se han atrevido a decir que el pueblo no está preparado aún para “escuchar” la verdad histórica de lo que ha sucedido en el país durante los últimos décadas de violencia para-estatal.

El Polo como partido de oposición

Al Polo en su labor de oposición política le fue entre regular y bien. Regular porque aún hace falta afinar en varios aspectos. Uno, discutir y decidir junto con las bases del partido cómo va a ser nuestra participación (a través de quienes elijamos) en cargos publicos; cuál la agenda de discusión; qué priorizar, etc. Por ejemplo, ¿hasta cuándo es sostenible una institución como el Congreso? ¿Son revocables por las bases que los eligen, aquel o aquella representante que se aparte de la “naturaleza” y estatutos del Polo o incumpla el mandato de sus electores? Dos, porque se nota cierta tendencia en nuestros representantes a priorizar las reuniones y discusiones con el “alto gobierno” en el parlamento, descuidando la movilización y protesta por fuera de dichas instituciones. El Polo es un partido de tendencias y movimientos sociales que jamás han renunciado a la oposición y protesta en las calles. De hecho, hay una amplia tendencia a su interior que siempre ha sostenido que la protesta de sectores populares por sus derechos y reivindicaciones son legítimas, y que por lo tanto nosotros como Polo tenemos la obligación de estar con ellos, apoyarlos, jalonar las movilizaciones por sus derechos y libertades. ¿En qué quedamos entonces con el gran movimiento nacional que tenemos que jalonar en la calle contra el TLC, y por la verdad histórica?

Y al Polo le fue bien haciendo oposición política por varias razones. Una, porque ha sabido denunciar, desenmascarar y confrontar las políticas antidemocráticas y antipopulares que caracterizan el actual gobierno de Álvaro Uribe quien ha hecho del Estado y del ejecutivo instrumentos al servicio de los intereses de una potencia como los Estados Unidos. Convirtiendo la soberanía nacional, la economía y las relaciones internacionales en temas que se discuten y deciden más de acuerdo a las prioridades de Washington, que a las del soberano colombiano, el pueblo. Políticas gubernamentales que todos y todas sabemos han llevado a un enriquecimiento nunca antes visto de los grandes capitalistas representados en las transnacionales y un pequeño grupo de oligarcas colombianos.

Dos, porque reconocidos representantes del Polo han sido capaces de demostrar lo nefasto que resultará para millones de colombianos, para la agricultura y la coja industria nacional el TLC entre Colombia y Estados Unidos. Labor ardua y sistemática que han llevado a cabo muchos y muchas del Polo y por fuera de él, aunque hay que destacar el nivel de profundidad y síntesis sobre este tema a que han llegado Jorge Robledo y Aurelio Suárez, para solo nombrar dos de los cuadros del partido que más han contribuido con sus análisis, artículos de opinión y debates a que tomemos conciencia sobre semejante engaño como lo será, de firmarse, el TLC con Estados Unidos.

Tres, Carlos Gaviria Díaz, presidente del Polo, ha sido muy claro y lucido en plantear la meta que como partido alternativo al proyecto de la oligarquía tiene la izquierda colombiana: la realización del Estado Social de Derecho. Simplemente porque, como él bien lo ha dicho y demostrado, en Colombia no hay democracia. De ahí la importancia crucial para la izquierda en tener un programa que nos permita, de llegar al poder, trabajar en pos de la construcción de un Estado Social de Derecho como única vía, al momento, para sentar las bases de una sociedad auténticamente democrática.

Cuatro, Gustavo Petro con su denuncia sistemática ha logrado insertar en la conciencia pública el tema del paramilitarismo y el grave daño que éste ha causado a la sociedad colombiana, al punto de contribuir con sus análisis a la tesis que describe al Estado colombiano como mafioso, y a plantear la necesidad de un Gran Acuerdo Nacional por la Verdad histórica.

Cinco, nuestros otros representantes en la Cámara y el Congreso en general han hecho una labor positiva desde la oposición contribuyendo a esclarecer y proponer alternativas en temas como los derechos laborales, salariales, salud, soberanía nacional, política sobre cultivos ilícitos y lucha antinarcóticos, relaciones internacionales, extradición, educación, sistema de pensiones, subsidios de vivienda, etc.

¿Qué le espera al Polo?

Continuar afianzando y consolidando su avance lento pero seguro hacia el poder. Nos espera un trabajo arduo para ampliar mucho más la base electoral, el apoyo de millones de colombianos y colombianas en las urnas. Así mismo, seguir fortaleciendo las organizaciones de base, formación de jóvenes para la sociedad alternativa a la que nos ofrece el capitalismo y sus defensores. Pero de igual importancia, es que el Polo y nuestros representantes en el parlamento convoquemos y trabajemos en la creación de un gran movimiento nacional contra el TLC, por un Gran Acuerdo Nacional por la Verdad histórica y por el intercambio humanitario, pasos fundamentales para la democracia con justicia social y bases para una paz verdadera en Colombia. Así mismo para que le cerremos el paso a la impunidad en el país y la verdad, justicia y reparación para los y las miles de víctimas de la violencia paramilitar y estatal no sean una quimera y engaño más.

Pero un movimiento nacional de estas características no se crea solamente a partir de las denuncias en el parlamento sino desde y con las organizaciones barriales, comunidades campesinas, estudiantiles, obrera, indígena, y minorías por sus derechos sexuales en las calles, el campo, las fábricas y la universidad. Es hora de pasar de la consigna “preparándonos para gobernar” a “preparados para gobernar”, como se dijo en el Congreso.

Nos espera, como está en la declaración política del Congreso de Unidad del PDA del 2 de diciembre: “cuidar la unidad como el bien sin el cual no es posible vencer y vincularse con toda decisión y entusiasmo a las diferentes luchas que adelantan los distintos sectores de la sociedad en pro del empleo, el ingreso, la producción, la educación, la salud, los servicios públicos y los demás derechos de los colombianos, incluidos los de los trabajadores en torno a sus garantías laborales democráticas, así como asegurar que libraremos la batalla electoral del 2007 con la mayor dedicación y responsabilidad, de forma que obtengamos otro resonante éxito. Que su consecuencia con la búsqueda de la unidad del pueblo confirme la decisión de construir un nuevo poder realmente popular y un gobierno democrático”

Decía alguien que ya hemos aprendido a ver por donde no es, y que ahora nos toca aprender por donde es. El Polo es la única posibilidad y oportunidad de aprender por donde es. Hacer realidad ese sueño del que ya empezamos a despertar, es lo que nos queda por hacer.

Medellín, enero 6 del 2007

Oto Higuita

Colectivo PDA Antioquia

Miembro de la dirección nacional del Polo Democrático Alternativo

E-mail: otohica62@yahoo.com

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