Opinión sobre el litigio que enfrentan Uruguay y Argentina

Cuando el árbol nos impide ver el bosque

16/02/2007
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El diferendo entre los Gobiernos de Argentina y Uruguay en torno a la instalación por parte de la Empresa Botnia de una planta de pasta de celulosa en las costas del Río Uruguay, lleva más de dos años.

El punto principal de diferencia es que Argentina entiende que se violó el Tratado del Río Uruguay y que Uruguay sostiene que hubo consultas y acuerdo sobre la construcción de la planta de pasta de celulosa. Este punto es el que Argentina planteó en el Tribunal de La Haya.

Paralelo a las gestiones oficiales de Argentina, desde Gualeguaychú, Entre Ríos, organizaciones ambientalistas se opusieron a la construcción de la planta de celulosa enarbolando la bandera de la defensa de la ecología. Desde entonces han sido mutuas las acusaciones con diferentes argumentos.

Los ánimos se fueron endureciendo y se empezó a perder la capacidad de escuchar y de discrepar. Por más que se apeló a la hermandad entre nuestros países, a los lazos familiares y de afecto, fueron surgiendo en el trasfondo temas políticos y económicos no resueltos del pasado y otros del presente. La discusión fue dejando traslucir, cada vez más, ese panorama político-económico que esta en la base del conflicto.

El ex-Canciller Argentino Dr. Rafael Bielsa al plantear la necesidad de buscar una solución política (1) se coloca, correctamente, en esa línea al señalar que el problema pasa del tópico ambientalista para ser político.

La última decisión de la Corte Internacional de la Haya, como lo analiza el Jurista español Manuel Diez de Velasco, fue un mensaje indirecto para ambos países " Oigan, hagan el favor de arreglarse ustedes" (2) es decir, parar este argumentar de unos contra otros.

Guillermo Waksman en su artículo en el semanario uruguayo Brecha, del 26 de enero, afirma que la decisión de la Haya crea "una nueva relación de fuerzas lo que obligará a dialogar y a negociar". Agrega que Botnia parece haberlo comprendido.
Creemos que este nuevo tiempo debe ser utilizado por ambos Gobiernos en una real búsqueda de salida política, donde cada uno tendrá que ceder en algo para obtener la tan reclamada solución.

Lo ecológico se volvió periférico incluso para aquellos que pretenden defenderlo. Entre otras observaciones, desde ambas orillas, se plantea que hay considerable cantidad de casos de clara amenaza ecológica mas que la planta de celulosa en Fray Bentos. Un desfile de estudios técnicos se elaboraron que se contradicen entre si, que en algunos casos llevan a hacer especulaciones apocalípticas.

Como Iglesia Metodista en el Uruguay, junto a las Iglesias Valdense y Evangélica del Río de la Plata, cuyas organizaciones incluyen ambos países, y la Iglesia Metodista Argentina, hemos instado al diálogo y al encuentro de los dos gobiernos rioplatenses. Hemos iniciado conversaciones con las Iglesias de Finlandia buscando otros posibles caminos y todo esto, unidos en un círculo de oración que incluye a otras Iglesias, además de la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Anglicana.

Entendemos que nuestro rol es crear conciencia y llamar a la conciliación con el debido respeto entre ambas naciones, evitando caer en la tentación de pretender transformarnos en peritos técnicos o jueces.

Creemos que es tiempo de no dejarnos absorber por el árbol del conflicto que tenemos por delante y que nos ha nublado la vista y distorsionado la visión del problema.
Creemos que nuestra responsabilidad es llamar una vez más a ver el bosque real, que está lleno de otras fabricas de celulosa, de explotación de minas a cielo abierto, de plantaciones indiscriminadas que irán empobreciendo nuestros suelos, de un alud de inversiones, enajenación de tierras y reservas naturales por intereses ajenos a nuestras naciones.

Este no es un problema ni uruguayo ni argentino, es un problema regional y como tal debe encararse desde la base inicial del Mercosur.

Este tiempo de ver el bosque implica no caer en una postura principista de que todo es malo de por si, sino ver que beneficia al ser humano como criatura de Dios para alcanzar una vida plena y cuales son los límites. Afirmar fuertemente que la economía, las inversiones, el uso de los recursos, las industrias, deben ser en función del bien las sociedades y no al revés. Ese debe ser un criterio fundamental.

Debemos ver en ese bosque las reservas de aguas que tienen que ser protegidas si se quiere tener un mañana. Instamos a nuestros Gobiernos y a los de la Región a dejar de ver esto como un conflicto bilateral y empezar a construir un Acuerdo Regional, con el asesoramiento de los centros científicos y técnicos en la materia de nuestra región, que permita el balance entre crecimiento y bienestar económico, que todos tenemos derecho, y los limites que nos protejan de autodestruirnos y aseguren nuestro futuro como personas y como naciones.


NO AL BLOQUEO ARGENTINO CONTRA URUGUAY

Notas

(1) Ex Canciller. Diputado Nacional. La Republica 27/1/07
Junta Nacional de Vida y Misión

(2) Miembro del Instituto de Derecho Internacional. Semanario Búsqueda 25 /1/07
https://www.alainet.org/es/active/15632
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