Riqueza y futuro en visión bolivariana y gringa

14/02/2007
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Volviendo al libro reciente “ Revolución de la Riqueza” del autor norteamericano reconocido Alvin Toffler, se presenta por esta vía la visión estadounidense o gringa sobre creación de riqueza mundial y la llamada revolución de la riqueza que se generaría por nuevos métodos, es decir con aplicación de conocimientos nueva era, aplicados tanto a agricultura, industria y conocimientos, produciendo más productividad y producción de riqueza, como nunca antes la humanidad pudo haber pensado o soñado que era posible.

Esta nueva riqueza - según Toffler - será generada en primer término en el país que mejores condiciones presenta para esta tarea, y que lógicamente no podría ser de otra manera que EE.UU.. Sin descartar secundariamente a Europa, Japón, China, Rusia, India y otros. Es decir Toffler plantea que EE.UU. y su sistema de tercera ola basado en investigación y conocimiento - aplicados en forma consecuente - permitirá dejar el imperialismo actual de lado, porque el conocimiento se aplicaría tanto endógena como universalmente. Es decir compartiendo.

La humanidad, de esta forma, se libraría del imperialismo actual de un EE.UU. todavía afincado en etapas industriales e intercambio de mercancías, hecho que lo presenta ante el mundo como potencia imperial por el comercio desigual en contra del tercer mundo. Por contrario, un EE.UU. de conocimientos necesariamente deberá compartirlos con el mundo amigo y no tan amigo, debido a que en esencia el conocimiento es universalidad y descentralización.

En otras palabras EE.UU. se haría amigo de forma directa e indirecta de todos los que comparten conocimientos para crear riqueza conjuntamente y planear de alguna manera un futuro idóneo para todos. Esta visión Toffler es forma digna cómo científicos y líderes de EE.UU. expresan teorías con noble sentimiento de compartir riqueza con mundo y humanidad, y de alguna manera disculpar y justificar la situación actual que es casi contraria, por culpa de esta estrategia imperial. De hecho Toffler no critica al gobierno de su país y las guerras imperiales.

La visión bolivariana se hace eco de la nueva etapa que vive la humanidad que es de revolución del conocimiento, pero agrega otros elementos para comprender mejor y más profundamente la realidad que el ofrecido por Toffler y otros. En primer lugar la necesidad de nivelar a todos los países del mundo en forma inmediata con el conocimiento actual y la investigación de nuevos procesos y productos en función de eliminar la miseria. Eso es moral y dignidad.

Las multinacionales reservan sus conocimientos para ganar más dinero y los patentan para ganar aún más, en caso de que otros países o empresas desearan producir riqueza con ellos. Es decir el conocimiento no es libre y tiene dueño. Acumulación de riqueza, conocimientos y finanzas está al servicio de empresas y bancos que hacen uso de su poder para acumular más riqueza no compartida. Esta es la visión real gringa del futuro. Pero Toffler concluye al revés.

Si se compara el PIB de EE.UU. de doce trillones con dinero transado a nivel de banca mundial que es de 160 trillones en 2006 año, se observa la concentración de riqueza en entidades financieras. La revolución del conocimiento por sí sola no puede distribuir la riqueza a escala planetaria, se necesita nuevas relaciones de propiedad y producción y solidaridad activa.

Visión bolivariana ha surgido precisamente para oponerse al poder financiero mundial mediante la creación de poderosas economías públicas con control social. Estas economías estatales son base necesaria para palanquear otros tipos de economía social, cooperativa, comunitaria y hasta privada con orientación popular. En otras palabras concentra riqueza de pueblos y naciones aprovechando el valor de sus materias primas con valor agregado - cada vez más requeridas por el globo - y la aplica en plan económico-social generalizado a todo nivel y en todos los sectores. El que presta y concede créditos es el Estado para incubar empresas sociales con aporte propio.

En este punto se acepta visión de productividad del conocimiento, pero en manos y cerebros de todos y no sólo de empresas multinacionales que actúan de hecho como enclaves sin contacto con la realidad integral de países donde invierten. No transfieren tecnologías. Para este fin cada país que aceptara visión bolivariana del futuro deberá investigar in situ necesidades de empresas e instituciones para elevar productividad de manufacturas y conocimientos.

La concepción bolivariana pretende crear una nueva civilización social, ecológica y socialmente sostenible, es decir con criterios de productividad y retorno de inversiones, pero también creando tecnointeligencia en trabajadores y gerencia integral. Mientras más control de calidad y normas ambientales exista, la producción tendrá mayor acogida en consumidores y proveedores.

Proveedores serán de sí mismos y de sus regiones consumidoras, tanto de manufacturas, generación energética, investigación aplicada y servicios. Pensar y actuar en el lugar de trabajo deberá ser patrimonio de todos los involucrados y todas las empresas sociales y cooperativas. Trabajo manual, intelectual y de innovación de cada individuo, con coordinación y control colectivos, en función de objetivos superiores, será esencial para generar socialismo y paz.

Toffler no menciona prácticamente a Sudamérica, excepto cuando hace referencia que se trata de un continente a punto de entrar en erupción. Es cierto que este continente ya está en erupción, pero no para actuar como terroristas, sino para inventar y crear ideologías y programas alternativos a la visión imperialista del mundo, que es de monopolio y de aprovechamiento de los demás para beneficio propio. Se trata de emerger como potencia continental pacífica.

Visión bolivariana, por contrario, siente alegría por justicia y apoya nivelación de pobres y países endeudados con ricos y pudientes. Aplica comercio de pueblos con insospechados resultados inmediatos en producción, complementación y seguridad alimenticia. Sólo Bolivia con producción de papa, quinua, maíz, soya y frutas podría alimentar a todos y cada uno de los países ALBA y África, a cambio ésta requiere financiamiento apropiado para industrializar el gas natural y otras materias primas. Con comercio dinámico y equitativo en la región, la juventud ya podría ir planificando un mundo más justo y culto a todo nivel y a largo plazo.

En conclusión, es más adecuado impulsar conocimientos en regiones bolivarianas - tanto en Sudamérica como el mundo - por conciencia de sus líderes que desean compartir inventos y tecnología con el pueblo y sus pequeñas empresas, que en EE.UU. donde el poder imperial de gobiernos impide adecuada diseminación del conocimiento a nivel industrial y energético. De lo contrario hace décadas que EE.UU. ya debería haber reemplazado hidrocarburos en transporte colectivo por vehículos híbridos a batería eléctrica. Si no lo hizo no fue por falta de conocimientos sino por intereses creados de las multinacionales. Conclusión válida para todos, incluyendo a líderes del norte industrializado que no la tienen en cuenta ni se enfrentan contra ella. Revolución del conocimiento y futuro comienza con lucha política contra intereses egoístas.
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